Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 23 de septiembre de 2007 Num: 655

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Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Fontanarrosa: mucho más que un humorista
ALEJANDRO MICHELENA

Ruinas
TAKIS VARVITSIOTIS

El otro regreso de José Gorostiza
EVODIO ESCALANTE

Michelangelo Antonioni: Blow Up de ida y vuelta
RICARDO BADA

Actualidad de Antonioni
CARLOS BONFIL

Antonioni-Hancock. ’66 Blowup Jazz
ROBERTO GARZA ITURBIDE

Los idiomas del poema
RICARDO VENEGAS Entrevista con EDUARDO CASAR

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Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
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LUIS TOVAR

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Manuel Stephens

El rock de la cárcel: presos que bailan

Millones de personas han disfrutado y reído con el video en el cual los internos del Centro de Detención y Rehabilitación de la Provincia de Cebú ( CPDRC, por sus siglas en inglés), en Filipinas, muestran sus dotes dancísticas interpretando Thriller , pieza con la que Michael Jackson marcó época en los derroteros de mtv y en la cultura pop. El video fue subido a YouTube por Byron F. Garcia, director del Centro. En él se observan alrededor de mil 500 presos bailando con coordinación corporal y sincronización de grupo ejemplares. La “compañía” se divide en tres grupos: los solistas y los corifeos al centro, y dos grandes grupos de cuerpo de baile a los lados, ocupando la totalidad del patio principal de la prisión. La coreografía es un remontaje del original, incluidas las escenas dramatizadas tal cual aparecen en el video de Jackson.

Los internos del CPDRC tienen ya un repertorio de doce coreografías, están Radio Gaga , de Queen; I Will Follow Him , del film Cambio de hábito ; y Algorithm March , de un programa infantil japonés. La selección musical es del propio director, quien escogió In the Navy y ymca , de Village People, para animar a quienes mostraban problemas de machismo –ignorando lo significativas que son estas rolas para la comunidad gay. García inició este programa cuando se percató de que eran pocos los que asistían al acondicionamiento físico, a las calistenias, “lagartijas” y abdominales, que ofrecía el Centro. En su lugar, se empezó a marchar con música y de ahí se pasó a la danza.

El ingeniero Vince Rosales fue contratado como coreógrafo el año pasado y, aunque al principio se topó con el rechazo, ha manifestado a la prensa internacional que ahora son como una gran familia. La labor de Rosales es sin duda admirable, tomando en cuenta la población y las condiciones con que se enfrenta. Sus estrellas principales son Crisanto Niere –quien es acusado de vender crack y lleva cinco años esperando por un juicio– y Wenjell Resane, quien se describe como una she-male (persona que busca una reasignación vía quirúrgica de género, pero que ya cuenta con características opuestas a su sexo de nacimiento), comparte celda con una docena de transexuales y espera juicio desde hace tres años por traficar con metanfetaminas.

García asienta que una de las estrategias implementadas en cpdrc es literalmente “Divide y vencerás”. La actividad física centrada en la danza serviría para desalentar la formación de pandillas al interior de la prisión, formas de socialización bajo las cuales han vivido los presos en el exterior. Otra de las premisas de García se resume en “Cuerpo sano en mente sana”, por eso el énfasis en la actividad dancística. Sin embargo, habría que cuestionarse lo idílico del sistema que propagandiza García, hijo del hoy congresista Pablo García –que introdujo la pena de muerte en Filipinas en los años ochenta– y hermano de la actual gobernadora de Cebú. En sus declaraciones, García suele aludir a las bondades de penetrar en la psique de los internos e imponer la disciplina.


Fotos: Reuters

En YouTube está también el video Prison Thriller the Truth , en el que se hace referencia a supuestas prácticas autocráticas de García, entre las que se mencionan el haber convertido al cpdrc en un “calabozo sadomasoquista” con un harem de mujeres a su servicio y tatuadas con su nombre, la sobrepoblación de reos quienes tienen que dormir por turnos en literas de metal, la renta de espacios para encuentros sexuales cuya recaudación va a las manos del director, y el forzar a los internos a dar funciones a invitados especiales –recientemente se les concedió a veintiséis internos un permiso de salida de cuatro horas para participar en la celebración del 438 aniversario de Cebú, para lo cual se les cambiaron las inadecuadas sandalias para bailar por tenis.

La precisión y limpieza en la ejecución de los internos le ha valido a García su promoción a nivel global como un innovador en el campo de la rehabilitación de infractores, pero existen intereses políticos coludidos que habría que discernir. ¿Qué tanto se ha mejorado la vida de los presos? Las bondades terapéuticas de la danza son innegables, pero en este caso se observan improntas de imposición del poder que se ciernen sobre lo que, de otra manera, sería una impecable representación dancística.

García ha encargado coreografiar el tema de la película Electric Dreams (1984), que narra el enamoramiento de una computadora con una cellista, para agradecer a los cyber-fans de los internos. Pero ¿dónde está el romance? Esa es la pregunta.