Usted está aquí: sábado 15 de septiembre de 2007 Opinión Los de Abajo

Los de Abajo

Gloria Muñoz Ramírez
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Denuncia de sexoservidoras

Tenemos mucho miedo, pero tenemos más coraje porque no es justo lo que nos hicieron. Nos vinculan con drogas porque somos pobres y trabajadoras sexuales. Nosotras no consumimos drogas y lo demostramos en los exámenes antidoping que nos hicieron cuando nos detuvieron. Si estuviéramos en el negocio del narco pues no tendríamos necesidad de trabajar con nuestro cuerpo”, afirma una trabajadora sexual serena, firme y, sobre todo, digna.

Con el rostro cubierto con un paliacate, al estilo zapatista, entraron las trabajadoras sexuales de Apizaco, Tlaxcala, a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde denunciaron la agresión de la que fueron víctimas el 31 de agosto pasado por miembros de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), quienes violentaron su domicilio de trabajo, las maltrataron físicamente, las detuvieron sin órdenes de aprehensión, acusadas de narcomenudeo y, finalmente, las dejaron libres por falta de pruebas.

Agrupaciones solidarias las acompañan hasta la puerta de la CNDH: “¡No están solas!”, les grita la gente de la cooperativa de trabajadoras sexuales Los Ángeles en busca de la libertad y los de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez. También están trabajadoras sexuales de La Merced, representantes del sector mujeres de la otra campaña, del Colectivo José Martí, de la iglesia anglicana y, desde Santiaguito, llegaron a apoyarlas jóvenes que mantienen el plantón frente al penal mexiquense en el que permanecen injustamente presas más de 20 personas de San Salvador Atenco y de la otra campaña.

El grupo de mujeres de Apizaco se mantiene firme y no dudan en reiterar su rechazo a la zona de tolerancia que el edil de Apizaco, Reyes Ruiz Peña, pretende levantar en la ciudad con una inversión privada de unos 50 millones de pesos. Su postura frente a este proyecto, acusan, ha provocado el hostigamiento y las agresiones policiacas. “Las autoridades nos quieren intimidar, pero no lo van a conseguir”, afirman.

En la pretendida zona de tolerancia “nos quieren poner a fichar, quieren reglamentar la delincuencia. Quieren un espacio para el tráfico de mujeres, para que sea más fácil engancharlas y llevárselas a Estados Unidos para explotarlas. A eso es a lo que nos oponemos”, denuncian.

Apenas dos días antes de la incursión policiaca, el colectivo de mujeres presentó en una conferencia de prensa un proyecto alternativo para edificar, en el mismo predio de alrededor de 17 mil metros cuadrados, una escuela, un asilo y un hospital, entre otras instalaciones que generarían también fuentes de empleo. Nada que, al parecer, le agrade al alcalde Reyes Ruiz.

“Ahora lo que tenemos es mucho coraje. Queremos que en lugar de investigarnos a nosotras, se investigue a los que realmente trafican con drogas. No nos va a callar”, gritan estas mujeres que reivindican el trabajo sexual y que se preparan ya para el foro “Trabajo sexual, derechos humanos, sida, trata de mujeres y niñas, seguridad pública, religión y autonomía, a celebrarse en Tlaxcala.

 
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