Alejandro Soberón, presidente ejecutivo de CIE, producirá la cinta Arráncame la vida
Importante para el cine que el Estado tenga visión a largo plazo
“Celebro muchísimo que exista el apoyo del artículo 226; interrumpirlo a la mitad sería miopía”
El séptimo arte no es redituable todavía; es pequeño a nivel económico, expresa el empresario
Ampliar la imagen Federico González Compeán, Roberto Sneider, Daniel Giménez Cacho, Alejandro Soberón,Ángeles Mastretta, Ana Claudia Talancón y José María de Tavira, durante la conferencia de prensa del inicio del rodaje de la cinta Arráncame la vida Foto: Chava Rock
Ampliar la imagen Alejandro Soberón
En entrevista con La Jornada Alejandro Soberón, presidente ejecutivo de la Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), opinó sobre la importancia de que el gobierno sostenga un apoyo decidido, a largo plazo, al cine mexicano para su crecimiento, pues, en su consideración, “cinco años de estímulos nos van a permitir decir que ya consolidamos una industria. Hasta el día de hoy lo que ha habido son chispazos, movimientos fugaces, brillantes”.
El ejecutivo de la empresa mexicana más grande en Latinoamérica en la producción de espectáculos en vivo, celebró “que exista el artículo 226 de la Ley de Impuestos sobre la Renta, para apoyar a muchísimas productoras… Eso va a traer una serie de beneficios muy importantes. Va haber más directores, más actores, va haber una industria mucho más activa. Alguien me comentaba que vamos a tener 60 películas este año, ya son cifras que no se veían hace 20 años a nivel de producción”; pero también dijo: “Me preocupa seriamente que en el Congreso no lo estén viendo ahorita y que de repente se nos olvide, que pase ligeramente y el año que entra se desplome la producción anual otra vez a niveles de cinco o seis películas por año”.
La charla con Alejandro Soberón Kuri se realizó al término del anuncio del inicio de la filmación, en octubre próximo, de la película Arráncame la vida, basada en la novela del mismo título de Ángeles Mastretta, bajo la dirección de Roberto Sneider y las actuaciones de Daniel Giménez Cacho (como el General Ascencio) y Ana Claudia Talancón (en el papel de Catalina Guzmán), bajo la producción de Altavista Films, propiedad de CIE, que gracias al estímulo fiscal con la aplicación al artículo 226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR) la productora podrá invertir seis millones de dólares en la realización de la película. Cifra escandalosa si consideramos que costará tres veces más de lo que gastaron en Amores perros y un poco más de lo que costó Voces inocentes, dos de las películas más exitosas de Altavista.
Alejandro Soberón Kuri en los años 90 renovó en gran medida la industria del espectáculo en México, primero de la mano de la empresa Ogdem y después de Ocesa; entonces organizó la forma de regular los primeros conciertos de talla internacional en este país. Tiempo después se adentró al mundo del teatro y poco a poco creó más empresas para zambullirse de lleno en el negocio del espectáculo. Automovilismo, futbol, venta de boletos, apuestas, carreras de caballos y el cine son varias de las áreas que cubre con su corporativo.
Aumenta producción de largometrajes
Alejandro Soberón desde muy joven fue productor de cine, así que al idear Altavista Films, empresa productora afiliada a CIE, simplemente abrazó de nuevo otra de sus pasiones. La productora empezó a operar desde 1999. Además de las películas ya mencionadas, su producción de largometrajes va en aumento: Amar te duele, Todo el poder, Por la libre y Atlético San Pancho son algunos de los que han trabajado.
–¿Arráncame la vida se beneficia con el artículo 226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta?
–Nosotros somos una productora que ha hecho en los años pasados alrededor de tres películas por año, con las dificultades propias de una productora. Considero que ampliar la posibilidad para que entren otras productoras, se hagan proyectos de mayor tamaño, más ambiciosos y pensar hacer una película de época, con los costos que implica, con la complejidad y reto que tiene una producción, sería imposible si no se alinean todas esas cosas. Yo sí soy de las personas que cree que es importante que el Estado tenga una visión a largo plazo en una industria cultural como es esta (el cine).
“Celebro muchísimo que exista el 226 para apoyar a gran cantidad de productoras; de hecho hay un punto en el 226 que impide que uno apoye sus mismas producciones, tiene que ser un tercero el que las respalde. Me parece bien, es un tema que ayuda a ampliar el espectro. Yo nunca he sentido mucho interés de tanta empresa en moverse, en interesarse en apoyar esto. Eso va a traer una cascada, una serie de beneficios muy importantes. Va haber más directores, más actores, habrá una industria mucho más activa. Alguien me comentaba que vamos a tener 60 películas este año; son cifras que no se veían hace 20 años a nivel de producción. Entonces, de repente interrumpir eso a la mitad me parecería una miopía muy grande.”
–¿Aunque parece que esta miopía permanece, pues luego vemos que se estrenan películas mexicanas con nada más 10 copias para su exhibición?
–Empiezas por tener una producción constante, si no no vas a poder tener una distribución bien estructurada, porque no hay un flujo de producto que amerite eso. Hoy día la competencia a escala mundial es brutal, hay gran cantidad de producto, el cual es extraordinario, entonces si nosotros no tenemos la capacidad de filmar con nuestra visión nuestras historias… a mí en lo personal me hubiera dolido mucho que Arráncame la vida hubiera sido filmada por una productora extranjera, con un director extranjero, con su visión de lo que ellos interpretan de lo que era nuestro país. Creo que los mexicanos debemos arriesgarnos a eso, es mejor que lo hagamos nosotros, contando nuestras historias y poniéndole nuestro sabor y color.
–¿A quién le arrebataron esta película, quién tenía antes los derechos?
–No. La novela se tradujo a 11 idiomas, ha despertado interés en todo el mundo en los años recientes, y ha habido competencias de productoras. Había una productora alemana que durante algún tiempo tuvo la primera opción para comprar los derechos, pero afortunadamente se le venció; nosotros pudimos entrar y ganamos, la productora alemana quiso renovar los derechos y los perdieron: a mí me da mucho gusto. Además de que yo personalmente le tengo un gran aprecio y un gran cariño a Ángeles (Mastretta), me parece que el libro es una visión muy valiente de una serie de cosas. Roberto (Sneider) es un tipo enamorado de la historia; creo que después de Ángeles, es quien mejor conoce la novela, la sueña y la ha vivido. Estoy muy confiado en que resultará una película que nos va hacer sentir muy orgullosos a todos.
–En la novela, además del color amoroso, está el tinte político: ¿cuáles fueron las líneas que le plantearon al director?
–No. Absolutamente. El director tiene toda la libertad. Obviamente él decide desde qué punto de vista filmará la película: si desde el de Catalina, o desde el de Ascencio. Esas son las sorpresas que verán ustedes en la cinta, porque tiene muchos matices, muchos ángulos y parece que va a ser una gran épica del cine nacional.
Hasta hoy, sólo ha habido chispazos
–Mencionaba que el cine mexicano atravesaba por una etapa memorable. ¿Considera que ya se estableció una industria o está en vías de consolidarse?
–Cinco años de estímulo nos van a permitir decir que ya consolidamos una industria. Hasta el día de hoy lo que ha habido son chispazos, son movimientos fugaces, brillantes. A mí me enorgullece mucho haber sido parte de algunos de esos momentos. Me da mucho gusto lo que ha pasado con Alejandro González Iñárritu, me da mucho gusto que haya sido nuestra productora Altavista la que pudo estructurar ese primer proyecto con él, o haber hecho Voces inocentes, con Luis Mandoki. Haber apoyado a tantos directores… A final de cuentas este es un trabajo de muchísimos, y nos debe dar mucho orgullo que como producto de ese esfuerzo, estos personajes crezcan, evolucionen y sean ahora personajes de nivel mundial. Hay que crear esa plataforma y ese escalón para que haya muchísimos que lo logren.
–En lo económico ¿ya es redituable el cine?
–El cine no es redituable todavía.
–¿Pero los conciertos de rock sí?
–Es una industria diferente que también tiene sus matices, tiene sus temas. Si es una empresa de entretenimiento que cuenta con una gama de productos y participación muy importante y muy diversa. Ocesa lo mismo hace conciertos de rock, que de pop. O hace La bella y la bestia (el musical), porque cree que es importante apoyar al teatro musical. La obligación de CIE, como una empresa relevante del entretenimiento en América Latina, es tratar de apoyar a su talento; yo creo que eso estaría incompleto si no estuviéramos apoyando al talento en el cine, así como lo hacemos en el teatro todos los días, así como lo tratamos de hacer con las bandas de rock y les creamos un festival como el Vive Latino. Necesitamos que tenga cada uno su aire, su espacio, su oportunidad.
“Me preocupa que no lo vean en el Congreso”
–¿En cine qué sigue, qué proyectos se están cocinando?
–Primero tenemos que ver las condiciones, vamos a ver qué sucede. A mí si me preocupa seriamente que en el Congreso no lo vean ahorita, y que de repente se nos olvide, pase ligeramente y el año que entra se desplome la producción anual otra vez a niveles de cinco o seis películas por año.
–¿Qué es probable, porque muchas cosas se manejan en tiempos políticos?
–Ojalá que ustedes (los medios) nos ayuden a darle la dimensión que esto tiene. De veras es una industria que es muy pequeña a nivel económico, no es tan relevante el estímulo como monto total adentro de la economía del país, pero es muy relevante a la hora de poner a México a concursar en un concierto internacional de visiones del lenguaje. Esto es México, cabrón, sí, sí y yo puedo contar mis historias también, y no que vengan los estadunidenses a hacernos Traffic, porque está cabrón (y ríe).