Usted está aquí: lunes 3 de septiembre de 2007 Capital Cocinan en Cuajimalpa la quesadilla de hongos más grande del mundo

Fue la atracción principal en la clausura de la octava feria del alimento en la demarcación

Cocinan en Cuajimalpa la quesadilla de hongos más grande del mundo

Midió 100 metros, fue preparada con varios guisados de setas y se repartió a los asistentes

Rocío González Alvarado

Ampliar la imagen Unas 40 cocineras participaron en la elaboración de la quesadilla de hongos más grande del mundo, para lo cual utilizaron 100 kilos de masa de nixtamal y 200 más de setas, guisadas de diferentes maneras Unas 40 cocineras participaron en la elaboración de la quesadilla de hongos más grande del mundo, para lo cual utilizaron 100 kilos de masa de nixtamal y 200 más de setas, guisadas de diferentes maneras Foto: La Jornada

Con la participación de 40 cocineras que prepararon cien kilos de masa de nixtamal y guisaron 200 kilos de hongos, en diferentes presentaciones, se logró cocinar la quesadilla más grande de México y el mundo, que alcanzó una longitud de 100 metros, es decir, un tamaño mayor al originalmente programado de 50 metros.

El tradicional antojito mexicano se realizó como uno de los atractivos de la octava edición de la Feria del Hongo Cuajimalpa 2007, que ayer concluyó tras tres días de actividades, que tuvieron como propósito incentivar el consumo de las diferentes especies del reino fungi y promover su extensa variedad en guisados.

Cinco horas ocuparon los comerciantes del Desierto de los Leones y La Venta e integrantes de la Asociación de Molineros y Tortilleros de Cuajimalpa, participantes en este evento culinario, en la preparación de la quesadilla, que se rellenó de hongos cocinados a la mexicana, en chile pasilla, a la diabla, con cerveza, al ajillo, entomatado, asados, fritos y a la ranchera, entre otras combinaciones.

Desde las 10 de la mañana iniciaron los preparativos en la explanada delegacional, donde las cocineras, en completa sincronía, comenzaron a dar forma a este alimento, cuya repartición, a partir de las dos de la tarde, fue gratuita al público asistente.

De acuerdo con los organizadores, a pesar de que existen más de cinco mil variedades de hongos comestibles en el país, la mayoría de la gente desconoce sus beneficios en la alimentación, y su consumo, aún menor, se concentra prácticamente en los estados del centro.

Doña Catalina Martínez Ambriz, quien es conocida por su especialidad, la ya tradicional mermelada de setas, comentó que mucha gente cree que los hongos sólo pueden cocinarse en quesadillas y sopas, cuando existe una multivariedad de platillos en los que puede ser el sustituto de la carne, el pollo o el pescado.

“Es uno de los alimentos más sanos, porque es natural, sin grasas ni nada que afecte al cuerpo; al contrario, tiene muchos nutrientes”, afirmó al detallar que lo mismo se pueden preparar hongos empanizados, en ceviche, escabeche, tacos dorados e inclusive en tamales.

Sergio Sandoval, quien heredó de sus antepasados la tradición de recolectar hongos silvestres en los bosques de Cuajimalpa, comentó que este tipo de eventos ayudan a incrementar la venta de ese producto característico de esta demarcación y otras entidades como el estado de México.

La mayoría de las familias que se dedican a la recolección de hongos silvestres adquirieron el gusto por sus antecesores, y por lo regular, la cosecha era para el autoconsumo, pero en años recientes se han integrado asociaciones interesadas en su producción y comercialización más formal, expresó.

Según el hongo es la lluvia

A su vez, Víctor González Reza, de la dirección general de Recursos Naturales y Areas Protegidas, afirmó que la recolección de hongos, que inicia en junio y concluye en octubre, es parte de la cultura de los pobladores de esta región, que tienen en estas especies un indicativo de cada una de las etapas de las lluvias.

“La gente de aquí, sobre todo los ancianos, sabe qué tipo de hongos hay en determinada fecha. Cuando las lluvias empiezan, los más frecuentes son los llamados clavitos; en agosto, los enchilados indican que el temporal está en su máxima expresión, y las pancitas, que son como arbolitos disecados, anuncian que se acaban las lluvias”, explicó.

En cuanto a los diferentes tipos, depende la temporada, “pero haciendo un recuento, en total se conocen 18 especies comestibles, nada más aquí en la demarcación”, apuntó.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.