Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 12 de agosto de 2007 Num: 649

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

El infierno de Fante
VÍCTOR M. CARRILLO

El cine coreano y la violencia
LEANDRO ARELLANO entrevista con PARK CHAN-WOOK

Baldomero Sanín Cano, cincuenta años después
HAROLD ALVARADO TENORIO

Baudelaire, desde Campoamor
RICARDO BADA

Baudelaire y Las flores
del mal

ANDREAS KURZ

Bruno Widmann:
lenguaje y figuración

MIGUEL ANGEL MUÑOZ

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Cabezalcubo
JORGE MOCH

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
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El infierno de Fante

Víctor M. Carrillo

La ficción en que se convirtió la vida de John Fante, autobiografiada a través de su alter ego, Arturo Bandini, se resume en tres capítulos y un epílogo fallido, que iniciaron al huir de un opresivo ámbito familiar católico para satisfacer su deseo insano de ser escritor famoso ("me gustaría que mis libros estuvieran entre los indispensables, como la Biblia y el diccionario").


Fante en 1969

Fante viajó a Wilmington, y en la época de la Gran Depresión fue obrero, mesero y estibador mientras obsesivamente escribía en el sótano del diario Long Beach Press Telegram con una máquina prestada, hasta que en 1932 le publicaron su primer cuento en la American Mercury.

Seis años más tarde terminó su primera novela Espera a la primavera, Bandini, mejor libro del año en Los Angeles y por el cual fue comparado con Saroyan. Doce meses después concluyó Pregúntale al polvo, considerado hoy su mejor libro, aunque en 1939 pasó desapercibido: cuando lo iban a lanzar, Hitler demandó a Stackpole & Sons por publicar sin autorización Mi lucha, y el dinero de la promoción de Pregúntale... sirvió para pagar el litigio que perdió la editorial. La novela de Fante no vendió ni 3 mil copias.

En el prólogo de la edición inglesa de Espera a la primavera..., Dan escribió que la poca fortuna de las novelas de su padre y su crisis económica lo orillaron a ser guionista de Hollywood: "En 1934, en el Musso/Frank’s Restaurant, ubicado en Hollywood Boulevard, su compañero de parrandas y, al igual que él, adicto al pinball, Frank Fenton, le propuso escribir un guión sobre John Dillinger, entonces enemigo público número uno, y venderlo en Hollywood. Concluido el trabajo la Warner Brothers los contrató por 250 dólares semanales".

Entonces desarrolló un oficio que en diferentes épocas tuvieron Faulkner y Saroyan, y que por ser tan lucrativo le permitió lo que más disfrutaba: beber. También jugar póker, pinball y golf. Pero lo alejó de la literatura.

Entre Dago Red (1940) y The Brotherhood of the Grape (1977) (comparada con Los hermanos Karamazov), Fante publicó sólo un trabajo de ficción (Full of Life, 1952), lo que "le agrió el carácter". Según Dan "a sus amigos les daba miedo contradecirlo porque tenía una lengua de rasuradora que usaba sin consideración, y yo vi sus borracheras y sufrí su maltrato, menosprecio y amargura".

Joyce, esposa de Fante, también los padeció: cuando le iniciaron las contracciones de su cuarto hijo y le pidió que la llevara al médico, él, enojado, pidió un taxi y la mandó al sanatorio, sola.

Esa etapa se vio agravada por sus conflictos de identidad: uno, su descendencia italiana le motivaba a seguir en las páginas deportivas al pelotero italiano Joe DiMaggio, pero sufría porque su apellido terminaba en vocal. En Espera a la primavera… escribe: "su nombre era Arturo, pero quería llamarse John, y su apellido era Bandini, aunque deseaba apellidarse Jones. Sus padres eran italianos, y a él le habría gustado que fueran estadunidenses. Su padre era albañil, pero él soñaba con que fuera pitcher de los Cachorros de Chicago". Y el otro, por la dispareja unión de sus padres: "Los imagino en mundos diferentes pero compartiendo el mismo pesebre, como un burro y una gallina."

Fue medio siglo de talento estrangulado por su oficio como guionista ("el trabajo más espantoso en el reino de Dios"); de convertirse en apostador compulsivo y alcohólico suicida que como antídoto al progreso de su diabetes, se emborrachaba; medio siglo de perfeccionarse como escritor maníaco, orgulloso, soberbio ("ni el viejo bastardo Hemingway podría escribir algo como esto"), pero tan creativo y sorprendente, como manipulador y cruel.

Dan abundó: "era voluble, explosivo. Era como vivir a los pies del monte Vesubio... Sólo después de su muerte empecé a amarlo".

El segundo capítulo se ubica en 1978, con un Fante envejecido, sentado en una silla de ruedas en su lujosa casa en Malibú, sufriendo una diabetes que lo dejó completamente ciego y con ambas piernas amputadas.

El tercero inicia ese mismo año cuando Bukowski mencionó en Women dos de sus libros, Espera a la primavera, Bandini y Pregúntale al polvo, que leyó veinticinco años antes. Las novelas convencieron a su editor, John Martin, y publicó la obra completa de Fante.

En 1980, reapareció Pregúntale..., cuarenta y un años después de su primera edición, y siguieron Espera..., The Wine of Youth: Selected Stories, y en 1985 Camino a Los Angeles (1936).

El destino nuevamente fue perverso con Fante, quien nutriéndose de Nietzsche escribió Camino…, una novela retadora, cruda, que a pesar de ser una hermosa sátira de su adolescencia, se publicó un año después de su muerte.

La influencia de Nietzsche ya se dibujaba en Espera... ("estas monjas. Tan dulces y tan afables. Y tan estúpidas"), pero en Camino… la perfeccionó al hablar del anillo de bodas de su madre: "pequeño pedazo de estúpido metal, un día tendrá un valor incalculabe. Puedo ver el museo, la gente arremolinándose ante el subastador, hasta que un Morgan o un Rockefeller ofrezca 12 millones de dólares por él, sólo porque era de la madre de Arturo Bandini, el escritor más grandioso".

Inició la novela en 1933 al recibir un adelanto de 450 dólares, y en 1936 escribió: "terminé Camino…, y estoy complacido… algunas partes van a erizar los pelos de la cola de un lobo. Es demasiado fuerte, pero no me importa". El editor no pensó igual y la rechazó.

En la época de Fitzgerald, Hemingway y Steinbeck, y antecediendo a Miller y a los beats, Camino… fue censurada cincuenta años. "Es muy cruda, tiene frases que incluso ahora saltan y golpean el pecho, y hay cierto racismo que se habría embarrado en la cara de la época", escribió Stephen Cooper, su biógrafo.

Cooper se refiere a frases en las que Fante habla de su trabajo en la Soyo Fish Company: "cómo yo, un chico blanco, podía estar entre esa masa de ignorantes filipinos y mexicanos".

Fante, que murió el 8 de mayo de 1984, quiso concluir la ficción de su vida protagonizando un epílogo. Después de que sin piernas y ciego terminó su última novela, Dreams From Bunker Hill (1982), dictándosela a su esposa, su retorcido destino frustró su ácido objetivo con el que mostró que pese a su arrogancia era un bufón de sí mismo.

Afilando la lengua se mofó de sí diciendo que escribiría una autobiografía que, parodiando a Dante, se llamaría "El Infierno de Fante", que se basaría en la tragedia que le ocasionó su exceso de azúcar en la sangre, y que hablaría de su dulce, muy dulce, muerte.

Tampoco eso pudo lograr.