Usted está aquí: domingo 12 de agosto de 2007 Opinión ¿La Fiesta en Paz?

¿La Fiesta en Paz?

Leonardo Páez

Suerte, Campo Hermoso

A reserva de ocuparnos mañana de los nuevos amagos de complicidad de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal con el inhábil sector empresarial taurino, bueno es hablar del profesionalismo de algunos criadores de reses bravas que en sus importantes tareas incluyen el desusado hábito de la comunicación eficaz.

Pablo Suarez Gerard, propietario de la debutante ganadería de Campo Hermoso en la monumental Plaza México este domingo, empezó la dura tarea de combinar sus actividades profesionales con la desgastante, en todos sentidos, afición de criar reses bravas allá por el año de 1995, en que adquiere vacas y sementales de Jaral de Peñas, de don Luis Barroso Barona, probablemente uno de los hombres que más saben del arte de combinar bravura con estilo y fundador del legendario hierro de Mimiahuápam.

En los años 94, 95 y 96 Suárez Gerard adquiere cada año 15 vacas con sus respectivos sementales, todo origen Mimiahuápam y en 1997 agrega un lote de 30 vacas y un semental del mismo hierro. Pero en la compra a Jaral de Peñas del año 96 se hace también de un semental número 42, de nombre Peineto, de pelaje negro berrendo aparejado, del hierro de don Fernando de la Mora, que había llegado a manos de don Luis por un intercambio comercial entre ellos.

Lo anterior ayudo a que don Fernando se interesara por saber lo que había dejado de descendencia ese toro berrendo y surgió así una amistad entre Suárez Gerard, propietario de Campo Hermoso, y el señor De la Mora, amistad que sirvió para que en años posteriores se le compraran 45 vacas muy bien escogidas por ambos y lo que derivó finalmente en la compra del célebre toro 56, de nombre Poblano, nada menos que el toro más importante en los pasados 25 años de la ganadería de Fernando de la Mora y quizá de toda la crianza de bravo en México.

Por citar un ejemplo, Poblano es el padre de cinco de los últimos siete ejemplares a los que se les ha cortado el rabo en la Plaza México, de varios toros indultados y de reses que han propiciado faenas memorables en varias plazas de la República. Campo Hermoso debutó en la Plaza Monumental de Monterrey en un festejo dentro de la Feria Nacional del Novillero 2000 y al año siguiente lidió su primer corrida en Villahermosa, Tabasco. Su presentación en plazas del Distrito Federal fue en 2006, en Arroyo.

Las reses de Campo Hermoso pastan en el municipio de San Miguel de Allende, Guanajuato, en dos ranchos colindantes. En el primero, denominado Ex Hacienda de Marroquín de Arriba, las 130 vacas y los sementales con que cuenta la ganadería en la actualidad. El segundo, denominado Ojo de Agua, se utiliza exclusivamente para criar machos desde su destete hasta que son vendidos para su lidia, y esta actividad se combina con la crianza de caballos de raza española y agricultura. Ojalá esta tarde tanto esfuerzo y tan buena simiente se vean coronados con triunfos en la séptima novillada.

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