Usted está aquí: sábado 4 de agosto de 2007 Sociedad y Justicia La mitad de mujeres de AL no tiene ingresos propios: estudio de la Cepal

Sólo 20% de los varones se encuentran en esa situación, asegura

La mitad de mujeres de AL no tiene ingresos propios: estudio de la Cepal

MARIANA NORANDI

La mitad de mujeres mayores de 15 años de América Latina y el Caribe no tiene ingresos propios frente a sólo 20 por ciento de hombres en esa situación, refiere un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El documento, titulado El aporte de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe, será presentado en la décima Conferencia Regional sobre el tema, que se llevará a cabo la próxima semana en Quito, Ecuador.

Según el reporte, "la paridad, más que un concepto cuantitativo, expresa la redistribución del poder en tres ámbitos específicos: el mercado de trabajo, la toma de decisiones y la vida familiar.

"Este debate pone en evidencia que el ciudadano no es neutro; que la ciudadanía se construye sobre modelos masculinos y que el acceso a la representación se da en un escenario de carácter sexuado, caracterizado por la exclusión, no accidental, sino es-tructural, de las mujeres."

Señala que el ingreso laboral de las mujeres es de 70 por ciento en comparación con el de los hombres en tareas iguales. Pese a esa desventaja, "el trabajo femenino es fundamental para mitigar la pobreza, tanto si percibe ingresos monetarios como si hacen un aporte no remunerado al hogar".

Esta situación revela las desventajas que enfrentan las mujeres en el ámbito laboral, pues se trata en realidad de un "impuesto reproductivo", aunque por otra parte genera ahorros en gastos de salud, cuidado de niños e integrantes de la tercera edad.

Afirma que el "círculo vicioso" de la desigualdad generada por la obligatoriedad social del trabajo doméstico explica en buena medida la ausencia de las mujeres en política y en la toma de decisiones en general.

El documento indica también que en varios países analizados, los hombres casados participan menos en tareas domésticas y tienen jornadas totales de trabajo menores que las mujeres. Para las mujeres, añade, la jornada de trabajo es superior que en hombres en estado conyugal.

Una preocupación especial es el estado de los derechos laborales de las trabajadoras domésticas, pues las desigualdades en relación con el resto de trabajadores se manifiesta en cuestiones como el número de horas trabajadas, el acceso a la jubilación o los beneficios sociales.

El documento refiere, asimismo, que este sector de la población, que constituye la mitad de la población en el mundo, está subrepresentada en la mayoría de parlamentos y en otros poderes que conforman el Estado.

 
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