Usted está aquí: miércoles 1 de agosto de 2007 Cultura La adquisición de predios es el máximo escollo para el INAH

De 39 mil 305 zonas arqueológicas, sólo Tula pertenece por completo a la nación

La adquisición de predios es el máximo escollo para el INAH

Ambulantaje, saqueo, falta de vigilancia e intereses particulares atizan la problemática

Uxmal, como Chichén Itzá, ocupa terrenos privados propiedad de la familia Barbachano

ANA MONICA RODRIGUEZ

Ampliar la imagen El templo 21 del sitio prehispánico de Palenque, Chiapas, en imagen de 2002. Allí, particulares y el Instituto Nacional de Antropología e Historia comparten la propiedad de los terrenos donde se asientan esos vestigios mayas El templo 21 del sitio prehispánico de Palenque, Chiapas, en imagen de 2002. Allí, particulares y el Instituto Nacional de Antropología e Historia comparten la propiedad de los terrenos donde se asientan esos vestigios mayas Foto: José Antonio López

Ampliar la imagen Vestigios precolombinos del juego de pelota en la zona arqueológica de Xochicalco, Morelos, en imagen de archivo Vestigios precolombinos del juego de pelota en la zona arqueológica de Xochicalco, Morelos, en imagen de archivo Foto: Francisco Olvera

La falta de dinero para adquirir terrenos privados, el escaso oficio político -en los ámbitos municipal, estatal y federal-, así como la caótica y conflictiva cuestión agraria son los obstáculos que enfrenta el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en las 39 mil 305 zonas arqueológicas registradas en el país, de las cuales sólo 173 están abiertas al público, es decir, menos de 1 por ciento.

A la problemática anterior se suma el saqueo, el ambulantaje, los intereses particulares, la falta de vigilancia y los daños que presentan algunos de los monumentos precolombinos.

Sin embargo, el máximo dolor de cabeza del INAH se centra en la propiedad de los predios donde están asentados los vestigios arqueológicos.

Desde su creación, en 1939, el instituto sólo ha adquirido 61 predios, ni siquiera dos por año.

Esto significa que casi todos los sitios con riqueza prehispánica se encuentran a merced de los especuladores inmobiliarios y desarrolladores de espacios turísticos.

Varios regímenes de propiedad

Hace unos meses el presidente Felipe Calderón anunció un programa de rehabilitación de las 173 zonas arqueológicas abiertas al público, de las cuales sólo 47 cuentan con decreto del Ejecutivo que las declara monumento arqueológico.

De éstas, sólo Tula es propiedad de la Federación, pues las demás presentan diversos regímenes de tenencia de la tierra (federal, estatal, municipal, ejidal, comunal o privada).

Asimismo, Calderón anunció la apertura de 10 sitios prehispánicos más durante su administración, los cuales son: Chapa de Corzo, Lagartero y Plan de Ayutla, en Chiapas; Peralta y La Cañada de la Virgen, en Guanajuato; Pañu, en Hidalgo; Tehuacalco, en Guerrero; Las Ventanas y Teul, en Zacatecas, así como Santo Nombre, en Puebla.

Tras la designación de Chichén Itzá como ''nueva maravilla'', se reavivó la añeja petición para que el INAH, custodio de esos vestigios, adquiera los lugares donde se asienta esa riqueza. Las opciones son la compraventa o la expropiación.

A raíz del actual debate en relación con Chichén, emerge el caso de Uxmal: allí, la familia Barbachano también es propietaria de predios donde se asienta ese sitio, los cuales fueron comprados, en 1955, por Fernando Barbachano Gómez Rul e incluyen las tierras de la Hacienda Uxmal, ahora llamada hotel Hacienda Uxmal.

Hace unos días, Alfonso de Maria y Campos, titular del INAH, se manifestó en favor de la compraventa y de la creación de un fondo multianual acumulable proveniente de partidas presupuestales que serían aprobadas por el Congreso de la Unión.

No obstante, en los años 90 ya se había creado el Fondo Nacional Arqueológico para realizar trabajos de restauración en proyectos especiales que se iniciaron en 1992.

Focos rojos

Este lunes, la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados insistió en la necesidad de que De Maria y Campos comparezca e informe sobre los siguientes aspectos: la problemática relativa a la posesión de la tierra donde se ubica la zona arqueológica de Chichén Itzá; el estado que guardan las disposiciones presupuestales de la LIX Legislatura relativas al etiquetamiento de recursos para la adquisición de terrenos en zonas arqueológicas; el estado que guardan las negociaciones con los particulares que detentan la propiedad de la tierra en Chichén y en Uxmal, así como las alternativas de solución que explora el INAH en torno a la recuperación de esos predios.

Los legisladores también solicitan la información correspondiente de las zonas arqueológicas que permanecen en situación similar y las acciones previstas por el INAH para atender cada caso particular, así como un informe pormenorizado de todos los litigios iniciados por particulares en contra del instituto en relación con la tenencia de la tierra durante el periodo 2000-2007.

De acuerdo con una investigación efectuada por La Jornada, esta es la problemática de algunas de las zonas arqueológicas consideradas por el propio INAH, como focos rojos:

Tula, Hidalgo: esta zona, asiento de la cultura tolteca, es la única área prehispánica propiedad de la nación. Posee el estatus de Patrimonio Cultural de la Humanidad conferido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Sus problemas consisten en el control que ejercen los encargados de la misma zona con los vendedores ambulantes.

Hace seis años, se detectaron importantes daños en los Atlantes, provocados por la lluvia ácida que genera emisión de contaminantes de la refinería Miguel Hidalgo, de Petróleos Mexicanos, y la planta termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, de la Comisión Federal de Electricidad. Y ante la escasa vigilancia, los grafiteros realizan pintas sobre las legendarias esculturas, las cuales hace tiempo se propuso retirarlas para suplirlas con réplicas.

Uxmal, Yucatán: es la segunda en importancia de ese estado y también tiene propietarios particulares, aunque varios son campesinos que poseen extensiones de tres a cuatro hectáreas. Dos empresarios tienen registradas alrededor de 10 hectáreas cada uno, entre ellos un integrante de la familia Barbachano.

El resto de los dueños, unos 20 campesinos, tienen propiedades en pequeñas comunidades ejidales, pero allí no hay estructuras prehispánicas de alto valor. El sitio arqueológico está rodeado por al menos tres hoteles.

Construcciones subrepticias

Teotihuacán, estado de México: está constituida por las áreas A, ''de monumentos arqueológicos''; B, ''ampliada de monumentos'', y C, ''de protección general'', en cuyas inmediaciones se construyó una tienda de autoservicio de la trasnacional Wal-Mart. Fue declarada zona protegida el 30 de noviembre de 1988.

El INAH custodia la zona, aunque hay predios particulares. Y no obstante que existe ''máxima restricción'' para no autorizar construcciones, éstas se realizan durante la noche.

El área B, del circuito empedrado hacia el exterior, corresponde en su mayoría a terrenos particulares de los municipios de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, entre otras localidades. Es en esta zona donde decenas de viviendas se amplían o edifican mensualmente sin permiso del INAH, de manera clandestina.

La población presiona al INAH para que les permita construir. Inclusive algunos pueblos han propuesto eliminar la restricción para la construcción, por considerar que sus predios no son aprovechados ''ni para el rescate arqueológico ni para edificar alguna vivienda''.

El Departamento de Protección Legal a los Monumentos de la Zona Arqueológica de Teotihuacán estima que en la década pasada los habitantes de la región han construido por lo menos 3 mil viviendas, ampliaciones o comercios, sin permiso del instituto, sobre vestigios de la cultura teotihuacana.

Otra anomalía es el funcionamiento del restaurante La Gruta, instalado en una caverna natural, en el área B, al igual que el hotel Villas Arqueológicas, el cual cuenta con vestigios preshispánicos en el interior y ofrece a sus huéspedes un programa de actividades físico-culturales en torno a la zona arqueológica.

Tulum, Quintana Roo: el Parque Nacional de Tulum cuenta con 664 hectáreas y es la segunda zona arqueológica más visitada a escala nacional. También es escenario de una controversia que involucra a los tres niveles de gobierno y a 113 propietarios de predios en esa zona de alta plusvalía ubicada en la Riviera Maya. El enfrentamiento ha sido atizado por el Programa de Desarrollo Urbano de Tulum (PDU), aprobado por el Cabildo del municipio de Solidaridad y que en cuestión de días será publicado en el Periódico Oficial del gobierno del estado. A lo largo de décadas, tanto el gobierno federal como el estatal han permitido que esa zona sea ocupada por particulares, generando una situación conflictiva. A partir de 1981 el gobierno federal decidió darle a esa superficie categoría de Zona Natural Protegida, pero el gobierno del estado ha seguido extendiendo títulos de propiedad, mientras el gobierno federal ha autorizado la construcción de algunos hoteles, entre ellos dos avalados por el gobierno de Vicente Fox. Se trata del Dream y del Azul, con 150 y 104 habitaciones, respectivamente; este último se cree pertenece a la familia Bribiesca Sahagún.

El 11 de abril pasado, quienes se ostentan como dueños de terrenos formaron la Asociación de Propietarios Guardianes de Tulum, AC, para oponer un frente común. Según el regidor priísta Gilberto Gómez Mora, el mayor propietario de terrenos en ese parque es el empresario Jorge Portilla Mánica, quien junto con el actor Roberto Palazuelos ha participado activamente en la defensa de los predios. Existe un decreto de expropiación que no se ha ejecutado y, como reacción, los propietarios han promovido amparos.

Ruinas pendientes de explorar

Palenque, Chiapas: el Parque Nacional y Zona de Monumentos Arqueológicos Palenque no tiene mayores problemas con ejidatarios, vecinos y ambulantes, pero predomina -como en todos los sitios prehispánicos- la insuficiencia de recursos para conservar el lugar, así como para financiar investigaciones en un área circunvecina, donde existen decenas de pirámides y otras ruinas sin explorar. Estos vestigios están prácticamente a disposición de quienes llegan para ''llevarse piedras o lo que encuentren en el lugar''. En este lugar existen también particulares que comparten la propiedad del sitio con el INAH.

Monte Albán y Mitla, Oaxaca: la gran poligonal de esta zona perteneciente a la cultura zapoteca, está invadida al parecer por comuneros y pequeños propietarios. Cerca del área perimetral se ha cortado la valla de protección y se están edificando viviendas. Monte Albán está asentada en propiedad privada y tierras comunales, así como ejidales, que abarcan tres municipios circunvecinos Oaxaca de Juárez, Santa María Xoxocotlán y Santa María Atzompa. A diferencia de Chichén Itzá, donde el INAH negocia la compraventa de predios, aquí es prácticamente imposible que pudiera darse, pues se necesita adquirir más de 2 mil hectáreas de la poligonal.

Mitla tiene el mismo problema: la mancha urbana crece sin parar alrededor de la zona y también se han levantado algunas casas de dos o tres pisos y faltan más exploraciones.

Sin plano certificado

Cacaxtla, Tlaxcala: Este julio venció la fecha otorgada por el INAH-Tlaxcala para elaborar un plano certificado sobre el área que abarca la zona arqueológica de Cacaxtla-Xochitécatl, el cual no fue entregado. Las 335 hectáreas del sitio, hasta hace unos meses, carecía del padrón de dueños, aunado a la falta de presupuesto del INAH para la adquisición de dichos predios. Otro problema tiene que ver con el hecho de que el gobierno del estado adquirió hace ya algunos años los terrenos donde se ubica la parte de complejo de Xochitécatl, pero no hizo lo mismo con los de Cacaxtla, a pesar de que esta última zona fue descubierta primero. Lo cierto es que gran parte de los terrenos donde está ubicada la zona son de propiedad privada. Cacaxtla-Xochitécatl se encuentra rodeada de las comunidades de San Miguel del Milagro, Capula, San Miguel Xochitécaticatl y San José Atoyatenco. Cacaxtla figura en el decreto que la designa zona de monumentos.

Xochicalco, Morelos: La ausencia de especulación en las tierras ejidales y comunales de Temixco y Miacatlán mantiene a la zona arqueológica de Xochicalco aislada del crecimiento urbano y comercial registrado en ambos municipios, lo cual ha permitido continuar con las investigaciones, exploraciones y documentación de este sitio ubicado al suroeste de Morelos. Xochicalco, que significa ''En el lugar de las casas de la flores", está ubicado entre un conjunto de cerros de baja altura, entre los cuales destacan La Bodega, La Malinche y Xochicalco, lo que ha permitido que el comercio ambulante, el cual se instala sobre todo el 21 de marzo, se ubique en las faldas de los mismos y camino a este sitio. El régimen de propiedad es ejidal y comunal en la zona arqueológica, y básicamente son terrenos de cultivo de temporal y de pastoreo.

Con información de los corresponsales Carlos Camacho, Luis Boffil, Javier Salinas, Javier Chávez, Angeles Mariscal, Octavio Vélez, Andrés Serrano y La Jornada de Oriente

 
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