Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 29 de julio de 2007 Num: 647

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

La infinita aproximación
NADIA CONTRERAS-ÁVALOS

A alguien de la
misma edad

NIKOS FOKÁS

Estampas de Oriente
LEANDRO ARELLANO

¿Ahora, qué va pasar?
OCTAVIO AVENDAÑO TRUJILLO entrevista exclusiva con
SERGIO PITOL

Andrés Iduarte: una voz necesaria
MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ DE ARMAS

Un niño llamado Andrés Iduarte
VICENTE QUIRARTE

Declaración de amor
YAMILE PAZ PAREDES

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Cabezalcubo
JORGE MOCH

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Manuel Stephens

Erick Montes, mexican dancer in New York

"Angustia es la sensación que me provoca la situación de la danza en México", opina el solista de la agrupación neoyorquina Bill T. Jones/Arnie Zane Dance Company. Montes, quien por el momento tiene una agenda profesional que se extiende hasta 2009, es uno de los bailarines mexicanos más destacados de los últimos tiempos.

Montes ha recibido numerosos reconocimientos en México y, a pocos meses de haberse integrado a la compañía de Jones, fue destacado por Dance Magazine como uno de los bailarines que marcarían la pauta, en la edición especial anual 25 to Watch. El bailarín y coreógrafo considera que los problemas que aquejan a la escena dancística mexicana tienen su origen en una poco imaginativa administración de los presupuestos institucionales.

La primera incursión de Erick Montes en la danza estadunidense se da cuando es invitado a participar en una residencia artística en la Universidad de Michigan con el coreógrafo Bill DeYoung. Montes llegaría a Nueva York en 2002, apenas sucedido el ataque a las Torres Gemelas, formando parte de un proyecto comisionado por el Lincoln Center Out of Doors y Queen Theater in the Park a Stephen Petronio en colaboración con la compañía mexicana a-Quo. Providencialmente, en ese diciembre, Bill T. Jones contrataría nuevos bailarines; tras tres días de audición y eliminaciones, Montes es aceptado por el coreógrafo, quien arregla la documentación del bailarín para su estancia legal en ese país. La vida de Montes toma un rumbo nuevo: "No estaba dispuesto a entrar como aprendiz a la compañía y se lo hice saber. Bailar en Nueva York es un riesgo que quería correr pero no lo haría en condiciones que no estaban al nivel de profesionalismo que ya había demostrado."


Foto: Julieta Cervantes

Montes desde el inicio ocupo roles principales en las coreografías. La más reciente creación de Jones, para la cual Montes también coadyuva en el diseño de movimiento, es Chapel/Chapter, que aborda los dilemas éticos del acto de matar a otro ser humano. Montes resalta que se identifica con la danza con connotaciones sociales por su trabajo previo con compañías como Barro Rojo y La Cebra, que también tenían esta orientación: "La evolución de las metodologías para la enseñanza de la danza ha llegado un grado de evolución inusitado. El virtuosismo de los bailarines se debe a que la ejecución del movimiento tiene vías concretas que lo vuelven ‘fácil’, aunque sea de una gran complejidad. Debido a esto la tendencia generalizada en Nueva York es una danza libre de dramaturgia que se centra en la exploración de una estética visual de los cuerpos y del movimiento, alejada de una conceptualización intelectual sobre lo que se quiere decir. En esto se distingue la danza de Bill T., que siempre ha apostado por el compromiso con una realidad social, lo que nos distingue del resto de las compañías."

Montes insiste en que los coreógrafos deben empeñarse en encontrar una identidad propia antes de rendirse a los estilos en boga: "Hay que vivir primero un aislamiento personal que te permita saber quién eres, cuáles son tus preocupaciones y cómo las puedes llevar al escenario. De nada vale volverse coreógrafo si no estás claro y en ti, lo mismo vale para los bailarines." Montes se destaca por ser un bailarín atento y hábil con la velocidad a través de un particular uso del peso y la fuerza en la ejecución, así como por su compromiso con la interpretación de la obra del coreógrafo, cualidades que lo hacen brillar en escena, como muchos críticos han observado.

Montes, quien actualmente forma parte de la imagen publicitaria del Museo de Arte de Filadelfia, del Joyce Theatre y de la colección de otoño de la marca Puma, se manifiesta inquieto por la danza mexicana: "Me angustia que no se estén haciendo las cosas con visión. Si la danza en México no ha despuntado lo suficiente, no es por razones económicas. Hace falta cambiar las formas de producción de la danza desde las instituciones. El sistema que se maneja es totalmente obsoleto y no resuelve necesidades artísticas. Veo un estancamiento y escucho de mis colegas que los funcionarios les dan las mismas excusas de siempre. El límite para la danza no debe ser lo económico. Hay que ser creativos también a la hora de tener un cargo administrativo y, desde que bailo profesionalmente, nadie ha podido cambiar inteligentemente el panorama."

Ante la pregunta de qué habría pasado si no se hubiera arriesgado a emigrar a la danza neoyorquina y se hubiera quedado en México, Montes contesta: "Hubiera sido muy infeliz."