Usted está aquí: lunes 16 de julio de 2007 Política Rodríguez Zapatero se dijo afortunado de visitar la ''maravilla'' de Chichén Itzá

El presidente Calderón sólo sonrió y no tuvo comentarios sobre lo dicho por su huésped

Rodríguez Zapatero se dijo afortunado de visitar la ''maravilla'' de Chichén Itzá

Ambos presidentes ingresaron por un discreto acceso cercano al INAH

Turistas debieron esperar

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Ampliar la imagen Anfitriones y visitantes Anfitriones y visitantes Foto: Ap

Kahua, Yuc., 15 de julio. Con la pirámide de Kukulkán de fondo, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, fue el más abierto promotor de Chichén Itzá como una de las ''siete nuevas maravillas del mundo''. ''Es una maravilla, nunca mejor dicho. Soy un afortunado'', exclamó conmovido con la magnificencia de la arquitectura de la cultura maya.

Lejos de la campaña que el presidente Felipe Calderón había emprendido para que la zona arqueológica fuera bautizada así en un concurso privado, esta vez sonrió mientras posaba para los fotógrafos, pero no agregó más al dicho de su invitado.

En el aeropuerto de Kahua, construido en tiempos del gobierno priísta de Víctor Cervera Pacheco -que es prácticamente un elefante blanco-, se encontraron ambos gobernantes antes de emprender su visita a la zona arqueológica. El día anterior, el mandatario mexicano había cancelado su viaje a Cancún, aunque sí asistió a la boda del futbolista Pável Pardo.

A las 8:20 de la mañana, los dos presidentes, acompañados por sus esposas y protegidos por un fuerte dispositivo de seguridad, ingresaron no por la entrada para los turistas, sino por un discreto acceso cercano a oficinas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Este fue el primer punto de la gira que emprendió el socialista Rodríguez Zapatero por México; el español es el tercer gobernante de izquierda que hace una visita de Estado al país, después de la chilena Michelle Bachelet y del nicaragüense Daniel Ortega.

Turismo presidencial

El gobernante español y su esposa, Sonsoles Espinosa, se tomaron en serio que se trataba de una visita turística de carácter privado. Ella, de vestido floreado, tenis blancos, calcetas y lentes oscuros; él, de gafas oscuras. A su llegada, una ayudante del Estado Mayor Presidencial (EMP) les ofreció sombreros de jipijapa para que aguantaran los rayos del sol durante el paseo. Pero como la esposa de Zapatero llevaba el suyo, declinó. Calderón lo aceptó, pero en segundos lo dejó. Sólo su esposa, Margarita Zavala, lo llevó durante la caminata.

Así, juntos recibieron las explicaciones del presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Sergio Vela, y del arqueólogo Luis Alberto Matos. Primero recorrieron el juego de pelota y después se colocaron frente a la pirámide de Kukulkán para que los fotógrafos pudieran captar el momento en que Calderón y su huésped estrenaban la ''nueva maravilla''.

Los presidentes de México y del gobierno español se dieron la mano y después posaron al lado de sus esposas. La pareja visitante conversaba y se movía con soltura, mientras sus anfitriones se mostraban menos desenvueltos ante las cámaras.

Rodríguez Zapatero describió el lugar como ''una maravilla'', mientras Calderón no expresó nada a los reporteros, a pesar de que una parte de la zona arqueológica está en litigio con la familia Barbachano, dueña del hotel Mayaland, que colinda con Chichén Itzá. El día anterior, su equipo de comunicación tuvo una negociación de estira y afloja con los españoles para que la prensa pudiera atestiguar lo que parecía la consolidación de una campaña en pro de la ''nueva maravilla''. Pero quedó lejos.

Menos de 20 minutos duró la visita pública, porque la restante hora y 10 minutos fue privada, lejos de las miradas de reporteros o turistas. Estos últimos debieron esperar a que concluyera cada etapa del recorrido para acceder a los lugares que eran liberados por el EMP.

De ahí, las parejas ingresaron a la pirámide; luego llegaron en vehículo al cenote sagrado y visitaron zonas restringidas, una de éstas ubicada al lado del observatorio. De regreso al aeropuerto, el matrimonio español viajó junto con su hija Alba en el avión presidencial, mientras Calderón iba acompañado de su hija María. En ese tiempo, los dos mandatarios adelantaron de manera informal las conversaciones que sostendrán hoy en Palacio Nacional, antes de firmar un acuerdo de asociación estratégica.

Por la noche, el presidente español llegó a la ciudad de México, donde se reunió con la comunidad de su país en un hotel capitalino en medio de importantes medidas de seguridad. Este lunes, Rodríguez Zapatero realizará diversas actividades con el Gobierno del Distrito Federal.

Ya en Cancún, Calderón hizo un breve comentario sobre Chichén Itzá, pero sólo para asegurar a empresarios españoles que su nombramiento como una de las siete ''nuevas maravillas del mundo'' permitirá aumentar el turismo hacia México. Y apresurado regresó a la capital para ver el partido de la selección sub-20.

 
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