Usted está aquí: domingo 15 de julio de 2007 Opinión A la mitad del foro

A la mitad del foro

León García Soler

Reformistas, remisos y ranas pidiendo rey

Arden instalaciones y ductos de Pemex, y los que se ocupan de la cosa pública discuten si existe el EPR o se trata de un juego de sombras para asustar a la gente decente y amagar a la izquierda con el verdugo de Joseph Le Maistre. La seguridad nacional a lomos de un venado y a la pluralidad se la traga la tierra que se abre en la región más transparente, en busca del depósito de los millones de dólares hallados en la mansión del alquimista Zhenli Ye Gon.

¡Al ladrón, al ladrón! Los panistas señalan con índice de atole a Enrique Peña Nieto y a Fidel Herrera Beltrán. Y Andrés Manuel López Obrador dice en Oaxaca que los bombazos contra instalaciones petroleras son una "cortina de humo" de Calderón "el espurio" para desviar la atención del caso de Zhenli Ye Gon. Y los vigilantes del orden filtran presunciones de complicidad entre PRD y EPR. ¡La patria está en peligro!, clama Felipe Calderón, ¡ni un paso atrás! La guerra al crimen organizado sigue al filo del estado de excepción y el Ejecutivo anuncia campaña antidoping a millones de alumnos del sistema educativo.

La UNESCO ha reprobado el antidoping a menores, la amenaza de abusos, daños morales y sicológicos; perjuicios enormes y eficacia nula en un sistema de Big brother con bata blanca y recipientes para muestras de orina. Pero Felipe Calderón está resuelto a aplicarlo y la secretaria de Educación se arroja al vacío con ánimo apostólico, distante, del vasconcelista, de los profesores rurales del cardenismo, de los alfabetizadores de Jaime Torres Bodet. Podríamos estar ante el dilema del mal menor, pero hay datos duros de investigadores mexicanos que comprueban que las adicciones son mucho más frecuentes entre los menores que no asisten a la escuela.

Hoy llega a México el jefe de gobierno español, José Rodríguez Zapatero. El gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, lo recibirá en Cancún. Ahí, reunión empresarial, a la que asistirá el presidente Calderón. (Paréntesis de la parálisis política: en la fractura electoral Norte-Sur de los "dos Méxicos" pregonados por reformistas, alternantes y analistas virtuales, el PAN perdió Yucatán y la entidad más austral que gobierna es Morelos). Gobierno activista y paradójicamente discreto, el de González Canto ha visto multiplicarse las inversiones españolas como galeones de la reconquista; en todo México, las inversiones hispanas son superadas únicamente por las de Estados Unidos.

La visita del socialista Rodríguez Zapatero conmemora el 30 aniversario de relaciones diplomáticas restablecidas al morir Franco en su cama y concluir la dictadura fascista. El jefe de gobierno español se reunirá con los Niños de Morelia, a quienes recibió Lázaro Cárdenas hace 70 años. Los "trasterrados", acuñó León Felipe, que no desterrados; mucho más que refugiados, portadores y donadores de sabiduría y conocimiento. Pero, aunque males sean del tiempo y no de España, ambos gobiernos consolidarán la "alianza estratégica" en la lucha contra el terrorismo, la delincuencia y el narcotráfico.

A nombre del Congreso de la Unión habla Manlio Fabio Beltrones y reprocha las fallas de inteligencia en el Cisen. Sin eufemismos, Eduardo Medina Mora declara que se utilizaron explosivos plásticos y detonadores a distancia; que los atentados son un acto criminal y no de justicia social. Y que a pesar del seguimiento puntual del gobierno federal, es imposible determinar en qué momento va a producirse un ataque. Pemex tiene 60 mil kilómetros de ductos y necesita multiplicar aceleradamente su red de distribución; le urge invertir miles de millones en mantenimiento.

Y perforan ductos para robar no sólo gasolinas, sino petróleo crudo. Las amenazas de saqueo, de terrorismo, no excluyen el régimen fiscal; no invertir en exploración ni tendido de ductos para atribuir los rezagos a "incapacidad" administrativa, magnificar los abusos reales o ficticios del sindicato. Esos sí son cuentos chinos y no los del laberinto de filtraciones y negativas sobre rumbos y destinos de los 205 millones de dólares del alquimista Gon. Los cazadores de fantasmas están empeñados en saber dónde están y que se compruebe si son los mismos billetes confiscados en la mansión del misterioso personaje que perdía millones de dólares en Las Vegas, y cuyas importaciones documentadas pasaban por las aduanas.

La transición en presente continuo es reflejo de la serpiente que muerde su propia cola. Los apuros sexenales del alto vacío privaron de brújula al reformismo a ultranza: la apertura económica, la inserción al primer mundo y las glorias del libre mercado exigían liquidar al presidencialismo autoritario, poner punto final a poderes metaconstitucionales y al poder omnímodo sexenal que los anhelantes del monopolio de la oposición y los del priato tardío atribuyeron erróneamente al Presidente y no a la institución presidencial. Acabar con el poder tiránico del Presidente era la consigna del cambio, de la democracia como fin y no como medio.

Y ahora que los alternantes se hicieron del Poder Ejecutivo de la Unión y Felipe Calderón sucedió en el cargo de Presidente a Vicente Fox, se oyen lamentos de quienes renegaban de la división de poderes y el notable sistema de pesos y contrapesos: proponían la "colaboración de poderes" que, paradójicamente, resultaría en la concentración del poder que se proponían eliminar o limitar con variables de presunta de modernidad. Ya no los trabajos de Sísifo de los profesionales de la reforma del Estado por entregas y variaciones al gusto; ahora la regresión, la confesión angustiosa de impotencia presidencial que llegó con la pluralidad democrática cuando el PRI perdió la mayoría en el Congreso de la Unión.

Lo de Fox era la fe del carbonero: el despilfarro de los miles de millones de dólares de ingresos formidables de Pemex por el alza de precio del crudo; la destrucción de instituciones y los agravios intencionados al proceso histórico y el poder constituido, todo era culpa de los legisladores que "no lo dejan gobernar". No cambia de manchas el Gatopardo. Las ranas siguen pidiendo rey. Santiago Creel proclama la urgencia de fortalecer al Presidente de la República para que pueda gobernar. Demandaban limitar la fuerza presidencial; a partir de 1997 lo pedido se hizo realidad.

Y Liébano Sáenz, el de Chihuahua que fue secretario particular, declarado inamovible por el doctorcito Zedillo, echa su cuarto a espadas: "los saldos de la democracia ofrecen testimonio sobre el déficit de las instituciones". Se pregunta: ¿quién manda, el presidente o el Congreso? Y, colofón al fetichismo del timón fijo y el rumbo incierto: "la Presidencia se ha debilitado, no obstante continúa siendo la pieza más importante del edificio democrático". Y, faltaba más, suscribe una opción de cambio institucional que "se centra en mejorar el régimen presidencial, mediante su fortalecimiento en un entorno democrático".

Faltaba la indignada exigencia de Norberto Rivera: que los de sotana puedan ser candidatos a cargos de elección popular. Que son "seudociudadanos", dice. Los sacerdotes católicos no tienen vedado postularse para esos cargos: basta renunciar al ministerio y pagar impuestos. Es el caso de los militares. El cardenal Rivera sabe que la prohibición la impone la Iglesia católica. Habría que presentar la queja al Vaticano.

 
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