Usted está aquí: martes 10 de julio de 2007 Cultura Se corre el riesgo de que empresarios “pasen por encima” de organismos y gobiernos

“Existe un mercantilismo descarnado y cínico”, advierte el jurista Bolfy Cottom

Se corre el riesgo de que empresarios “pasen por encima” de organismos y gobiernos

ANA MONICA RODRIGUEZ

Con la campaña comercial de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo se corre el riesgo de que los empresarios “pasen por encima” de organismos como el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y hasta el propio Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), manifestó el investigador Bolfy Cottom.

Asimismo sugirió solicitar al INAH el contenido del contrato o acuerdo suscrito con el magnate suizo Bernard Weber para promocionar a Chichén Itzá.

“El punto más grave y serio es que si se empieza a dejar que se ejerza la manipulación mediante los medios de comunicación masiva, sobre todo con las televisoras, esto francamente será una ida sin retorno porque entonces se pasará por encima de instituciones como el INAH, la Secretaría de Educación Pública, la UNESCO o el Icomos.

“Entonces –prosiguió el jurista– qué sentido tendrán esos organismos, si quien definirá el carácter de todos estos bienes serán las empresas, los millonarios y esos señores a los que les interesa extraer fondos y dinero para sus proyectos personales.”

Cottom dijo que, al margen de la preocupación por el aumento de turistas en Chichén Itzá y su utilización mercantil, “a futuro tal vez llegue la disputa por la propiedad de esos lugares.

“Por eso, si estas cuestiones no son planteadas desde ahora, si no se advierte de ello, después será muy tarde, porque existe un mercantilismo descarnado y cínico”, agregó.

“Es lamentable –subrayó– que la importancia o las ‘maravillas’ de un bien estén determinadas por una competencia comercial a la que someten ahora a estos bienes, pasando por encima de instituciones nacionales e internacionales. Entonces, qué importará si hay declaratorias o si intervienen o no los gobiernos, porque ahora el chiste es someterlos a votación en un reality show.”

Bolfy Cottom explicó que al hacer uso de los bienes de la nación se deben pagar derechos de acuerdo con las tarifas establecidas en la Ley Federal de Derechos que cada año expide el Congreso de la Unión, la cual señala cuánto se debe pagar por una reproducción o una fotografía que se utilizará con fines comerciales.

“Cuando el uso es con fines científicos y de difusión del conocimiento no se paga, pero en el caso de Chichén, como existe un uso comercial, tienen que pagar una tarifa que debe ser muchísimo, por el carácter internacional” del certamen organizado por el magnate suizo.

La organización fundada por Weber contó “con el aval del INAH, porque para autorizarla este instituto solicitó cuál es el objetivo, quién va a utilizar y para qué, porque no puede arriesgarse a que se haga mal uso de la imagen de un monumento.”

“Concurso de belleza”, dicen en Grecia

A pregunta expresa, Cottom explicó que el INAH ha mantenido “con cierta secrecía el contenido del contrato” suscrito con Bernard Weber y su fundación.

“Habría que pedir al instituto que informe en qué términos se firmó el convenio con la empresa suiza para que no se extralimiten y, si no es así, por medio del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública se podrían transparentar los términos” en los que se signó el contrato con Weber para el uso de estos bienes, regulados por las leyes de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, la General de Bienes Nacionales, y las orgánicas del INAH y de la Administración Pública Federal.

En París, el gobierno francés se deslindó del concurso sobre las Nuevas Siete Maravillas del Mundo al asegurar que prefería la “concepción” de la UNESCO sobre el patrimonio a esta “iniciativa privada”.

“Francia comparte la concepción de la UNESCO, que inscribió en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad 851 lugares, de los cuales 31 se encuentran” en ese país, dijo Pascale Andreani, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El domingo, el organismo internacional dijo tener una “visión muy amplia del patrimonio”, en el que incluye no sólo monumentos, sino conjuntos más vastos como centros urbanos, paisajes trazados por el hombre o entornos naturales.

Christian Manhart, del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, denunció el carácter “mediático” del concurso organizado por Weber, a quien acusó de transmitir un “mensaje negativo a los países cuyos monumentos no fueron seleccionados”.

También en Atenas, Georges Vulgarakis, ministro griego de Cultura, dijo que el certamen organizado por el magnate suizo es un “concurso de belleza”.

“Los monumentos no están allí para desfilar sobre un podio como en los concursos de belleza”, ironizó.

El concurso, organizado por Internet y en el que pudieron votar personas del mundo entero, “no tiene nada que ver con el valor de los monumentos”, prosiguió Vulgarakis, quien recordó que su gobierno no se movilizó en ningún momento para apoyar a la Acrópolis en esta iniciativa y se alineó a la postura de la UNESCO.

 
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