Usted está aquí: domingo 1 de julio de 2007 Opinión A la mitad del foro

A la mitad del foro

León García Soler

La fiesta del no cumpleaños

Las encuestas alientan al gobierno de Felipe Calderón. Y el lunes habrá fiesta atrás del espejo. Dos oradores: el Presidente de la República y el presidente del PAN. Punto y contrapunto, tesis y antítesis, sonido y furia en el desconcierto de la conjura palaciega que aspira a prolongar la explotación mediática de Vicente Fox, con el renovado apoyo de Aznar el exiguo. Voz de Calderón, réplica de Espino: dúo en el que desafina la disputa por el poder en los límites de la derecha ultra y eso que llaman centroderecha.

Y sin embargo se mueve. No hay marcha atrás en las reformas al ISSSTE, y presentaron la versión edulcorada de la reforma fiscal que aspiraba a ser estructural. Agustín Carstens ensayó la alquimia para transustanciar el IVA a medicinas y alimentos en aproximación a impuesto de tasa única: CETU que garantiza el pago de 16 por ciento, sin precisar si es transferible al ISR, deja al contribuyente la inenarrable opción de escoger el que resulte más alto de la suma y resta. O algo así. Hay quien ve virtudes a la CETU, capaces de garantizar un pago mínimo a cargo de las grandes corporaciones que nada pagan, simplemente deducen y no declaran utilidades, porque destinan el ingreso al pago de derechos a la sede ubicada en las metrópolis de la globalidad.

Ventaja virtual pareciera el cobro de 2 por ciento de impuesto a todo depósito bancario de 20 mil pesos mensuales en efectivo. Los aprendices de brujos aspiran a meter al aro de la tributación a los millones de la economía informal, así como a los que operan marginalmente, como los del flujo de capitales sin regulación alguna que predican y practican los profetas de la globalización. A querer o no, es parte de la fiestecita de mañana y adelanto del fiestón del no cumpleaños, con marcha del Monumento de la Revolución al Zócalo, y presentación del libro de Andrés Manuel López Obrador, La mafia nos robó la Presidencia. Acto multitudinario que poco o nada aportaría a los encuestadores. Pero podría indicar el rumbo de la "presidencia legítima", trazado por la consolidación del control en Michoacán y la disolución inocultable del Frente Amplio Progresista.

O su dilución en simple acuerdo parlamentario. No es menos de eso lo que deja entrever Carlos Navarrete, coordinador de la fracción senatorial del PRD, al declarar que en casi la mitad de los procesos locales no han podido acordar la participación conjunta. No hay unidad en el frente, pero no hay ruptura, precisa, porque en lo legislativo "va bien", y los dirigentes de los tres partidos, semana a semana, se reúnen con Andrés Manuel López Obrador "para evaluar la lucha política que estamos dando en todo el país". Frente a frente, Leonel Godoy se alzó con la candidatura del PRD a gobernador de Michoacán. La ausencia temporal, simbólica, respetuosa de Lázaro Cárdenas Batel subrayó la ausencia seca, dura y pura de Cuauhtémoc Cárdenas.

Ricardo Monreal se ausentó ostentosamente de Zacatecas, después de haber grabado a fuego su confrontación con la gobernadora Amalia García, y apadrinar el cambio de chaqueta de su hermano, quien dejó el PRD para contender como candidato del PT a cargo de elección popular. Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico, dicen los campiranos. La política de tránsfugas, vino a decirnos Felipe González, el andaluz, al ver las idas y venidas de nuestra transición en presente continuo y las alternancias de claro cuño lampedusiano. Para confirmar la fragilidad y la indefinición del injerto de las izquierdas, nacionalismo revolucionario y descontentos del priato tardío, Leonel Cota Montaño hizo penoso recuento de los hermanos y familiares de Ricardo Monreal integrantes del gobierno zacatecano, electos o designados, pero nepotes todos.

Y, sin embargo, persiste el movimiento lopezobradorista. Hoy revelará nombres de capos de la mafia que le robó la Presidencia. Ninguno actuaba a la sombra; de sus tratos con varios de ellos ha dado cuenta el estratega de Nacajuca; de la oferta de 5 mil billetes de mil dólares que le hizo un innominado hablan los adelantos del libro que hoy presenta. Mucho ayudaría a contener la consolidación neoconservadora, centroderecha o extrema derecha de yunque nacional y fascios falangistas hispanos, que en la manifestación de hoy se aceptarán peso y presencia de los grupos de poder real; del PRD integrante del poder constituido, actor, representativo, sin desdoro de la legitimidad de una presidencia asumida simbólicamente, como estandarte de continuidad y firmeza.

No hacen falta escudos restaurados de pureza republicana para ser auténtico líder de la oposición y conducir el combate a la extrema derecha al servicio de los dueños del dinero y de la jerarquía católica; para invocar la legitimidad democrática en defensa de los derechos individuales en grave riesgo de atropellos por el estado de excepción, declarado ante el reto del crimen organizado, pero sin el requisito constitucional de solicitarlo al Congreso de la Unión.

El reformismo generó la gradual conversión a la política litigiosa. De la docilidad ante el autoritarismo presidencial, a las llamadas "concertacesiones", acuerdos a espaldas de la norma y de la voluntad mayoritaria, para compartir el tránsito a la pluralidad democrática y la reforma electoral "definitiva". El terror por el caos anarquizante y los linchamientos arropados en la burda y deformada visión de los "usos y costumbres", nos puso ante la virtud civilizadora de dejar la resolución de conflictos a los tribunales. Y de ahí, al fetichismo de la ley en abstracto. A la política como litigio y conducto directo al recurso sistemático de acudir ante la Suprema Corte de Justicia.

En vísperas del no cumpleaños, la Corte resuelve si se han dado violaciones a los derechos individuales en varias entidades de la Federación. Se trata, dice el senador Manlio Fabio Beltrones, de resoluciones con un "alto impacto político"; urge legislar para reglamentar el artículo 97 constitucional que otorga esas facultades. En la Cámara de Diputados, Diódoro Carrasco Altamirano, hoy panista y presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, alerta que aunque las decisiones de la Corte no tienen carácter vinculatorio, "tendrán un enorme impacto político para determinar si se inicia juicio político contra el mandatario..."

Los señores ministros no pueden reclamar fueros ni refugiarse en la solemnidad de la ley. Saben qué es y para qué es la separación de poderes. Deben, desde luego, resolver conforme su interpretación de la constitucionalidad de normas y actos puestos a su consideración. Legislar no es facultad de la Corte.

Vale la pena citar a John Rawls, jurista, pensador distinguido, universal por encima de su formación en el derecho anglosajón: "Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la justicia a la que ni siquiera puede sobreponerse el bienestar de la sociedad como un todo. De ahí que en una sociedad justa los derechos garantizados por la justicia no sean sujetos al regateo político o al cálculo de los intereses sociales."

En nuestra Suprema Corte ya hubo quien advirtiera el riesgo de regateo político, inocultable en el antecedente de haber servido "como mano de gato" para defenestrar a algún gobernador. Este era un gato con los pies de trapo y los ojos al revés, ¿quieres que te lo cuente otra vez?

 
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