Usted está aquí: domingo 1 de julio de 2007 Capital ''Es más fácil que se caiga la casa del señor Ebrard que ésta''

''Es más fácil que se caiga la casa del señor Ebrard que ésta''

Angel Bolaños Sánchez

Bertha Hernández, encargada de la botica Farmacia Nueva, en el número 83 de la calle República de Argentina, uno de los 22 inmuebles expropiados el viernes por el Gobierno del Distrito Federal para acciones de recuperación en el entorno urbano del Centro Histórico y la creación de corredores artesanales y de desarrollo económico, asegura que los muros de la construcción son tan resistentes que "es más fácil que se caiga la casa del señor Ebrard que ésta".

Se trata de un edificio de fines del siglo XIX aparentemente restaurado recientemente, según se observa en la viguería nueva del techo, el resane y la pintura de los muros en la farmacia, en la que Bertha asegura tener ya 50 años, aunque el giro del establecimiento pasa del centenario.

El local lo renta a una inmobiliaria y en estos años asegura haber enfrentado el acoso de los coreanos, que le han ofrecido mucho dinero para que les traspase el lugar, "pero yo me he negado".

Como este, la mayoría de los inmuebles expropiados no están del todo abandonados, son utilizados como locales comerciales en los que se vende bisutería (Venezuela 28), cosméticos (Del Carmen 14, al que inclusive ayer le estaban haciendo resanes en los muros), trajes y vestidos para novia y quinceañeras (Brasil 61) refacciones para máquinas de coser (Paraguay 73) o la giran de estacionamiento público (Perú 138), entre otros, aunque la mayoría sí muestran un avanzado estado de deterioro, particularmente en los niveles superiores, completamente deshabitados o usados como bodegas.

La excepción es Argentina 75, donde habitan 12 familias y existen 8 locales comerciales. La propietaria de una de las viviendas, María Trinidad, confía en que exista una confusión, dado que el predio contiguo, al derrumbarse, se llevó una parte de su edificio. Hace 28 años llegó a rentar, y un año después de los sismos de 1985, mediante el programa Fase 2, el entonces Departamento del Distrito Federal los apoyó para adquirir el predio, "no creo que el mismo gobierno quiera ahora sacarnos"

Hay varios que sí están completamente en ruinas, sostenidos inclusive en lo que queda de sus fachadas, muros y trabes con vigas de madera y acero, como el de Paraguay 49, Argentina 54 y en esta misma calle, el número 95, convertidos en basureros en los que proliferan ratas y gatos, pero que aún así son todos ellos refugio de indigentes, quienes cubrieron los huecos de las entradas con plásticos y madera.

 
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