Usted está aquí: jueves 21 de junio de 2007 Cultura Cristina Kahlo entabla un espejeo con mural de Rivera

La fotógrafa abrirá su exposición Tiempo al juego en el museo de Balderas y Colón

Cristina Kahlo entabla un espejeo con mural de Rivera

El encuentro con una reproducción de Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, en Suiza, resolvió el ''dilema creativo'' de esa muestra

Presentará 62 imágenes ''narrativas''

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Cristina Kahlo, ayer, durante la entrevista con La Jornada. Al fondo, fragmento de Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, obra mural pintada por Diego Rivera en 1947 Cristina Kahlo, ayer, durante la entrevista con La Jornada. Al fondo, fragmento de Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, obra mural pintada por Diego Rivera en 1947 Foto: Guillermo Sologuren

Un encuentro inesperado en Basilea, Suiza, con el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, sirvió de pauta a la fotógrafa Cristina Kahlo para su exposición -entonces en ciernes- para el Museo Mural Diego Rivera, guardián de esa obra pintada en 1947.

Tiempo al juego (Spielzeit), de 62 imágenes, muestra que será inaugurada el 26 de junio, a las 19:30 horas, en el recinto de Balderas y Colón, Centro Histórico, entabla varios diálogos: uno con el mural riveriano en un juego de espejos y, otro, con la historia personal de la fotógrafa.

A raíz de un viaje en 2005 a Pforzheim, Alemania, ciudad natal de su bisabuelo, el fotógrafo Guillermo Kahlo, que lo honró con una primera exposición allí, Cristina recibió una beca de la Fundación Bartels, para realizar una residencia en Basilea, Suiza.

Allí también presentaría su exposición Noviembre dos en el contexto del Festival Más Acá del Más Allá, organizado por Desirée Meiser y Gualtiero Dazzi, actividad que hermanaba el mexicanísimo Día de Muertos con el Totentanz (baile de muertos) local.

Uno de los artistas invitados fue Humberto Spíndola, quien presentó ''un performance de la Catrina", en el cual una actriz, con vestuario de papel, emergía en forma del personaje emblemático de Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Para esto, había llevado allá una reproducción a escala del afamado mural.

En la inauguración del festival, la fotógrafa se sorprendió mucho al encontrarse de frente con dicha réplica. El ''dilema creativo" de su propia exposición, de repente, se resolvió.

Rencuentro con México

La estancia de Cristina Kahlo en Basilea también coincidió con otro festejo, el Herbstmesse, una fiesta de octubre en la que todas las plazas y parques de la ciudad se llenan de ferias rurales.

La programación incluía a la Banda Filarmónica del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe, así como una banda de músicos suizos. Fue el rencuentro con México en un lugar extraño.

Esto le dio la pauta de que su exposición en el Museo Mural tenía que representar ''ambos mundos". Debía ''dialogar" con el mural de Diego Rivera, ''que representa a México, mi nacionalidad" y, por otro lado, presentar el Herbstmesse, que hace alusión a su estancia en Suiza.

Cristina Kahlo solía trabajar formatos pequeños. Por ejemplo, fotografiaba en blanco y negro, imprimía y después coloreaba. Se trataba de una obra muy íntima. Sin embargo, advirtió que éstos se perderían junto al mural. Entonces optó por formatos más grandes, en color directo, digital, inclusive hubo un cambio en su técnica.

-¿Vendrá a cambiar su trabajo la obra realizada en Basilea?

-Una de las ventajas para un creador consiste en estar en constante cambio. Tu vida cambia y la obra también. Los acontecimientos personales van de la mano con la obra. Sí, creo que a partir de Basilea hubo todo un cambio personal en la forma de trabajar mi fotografía, inclusive, porque allí no tenía un laboratorio, entonces, tenía que trabajar de manera digital cuando siempre había usado la fotografía análoga.

''Sin embargo, los cambios también son personales. Es un poco como el agua que se mueve constantemente. Quizá lo ves igual, pero el agua nunca es la misma. A partir de lo que se hizo en Basilea, ahora viene la fusión entre éste y mi trabajo anterior. En la exposición se ve un poco: utilizar la fotografía digital como un elemento más, que de alguna forma se une con el lenguaje que manejaba con anterioridad.

''Diría que mi fotografía en cierto modo es narrativa; puedes hacer muchas historias alrededor de una imagen. Manejo mucho también la cuestión lúdica, me gusta mucho jugar con la imagen, hacer que el espectador juegue también con las imágenes. Que te provoque algo y puedas dar tu propia interpretación. No me gusta que las cosas sean evidentes, sino que siempre haya un discurso detrás que el espectador tenga que descubrir."

Tiempo al juego, anota, se puede plantear de dos maneras: como piezas individuales o como una instalación, es decir, un todo que conforma un espacio.

La fantasía de Cristina Kahlo es que los visitantes a la exposición experimenten ''esta sensación festiva", de México, mediante el mural, pero también una distinta, gracias a la feria de Basilea.

 
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