Reditan La corte de los ilusos, primera novela de la escritora Rosa Beltrán
''Nunca pensé que las justificaciones religiosas regresarían a México''
La desmemoria, ejercicio que practicamos con muy buenos resultados, dice a La Jornada
La novela La corte de los ilusos, de Rosa Beltrán, ubicada en una encuesta reciente como una de las mejores narraciones mexicanas de los recientes 30 años es, sobre todo, ''el retrato de una clase política que sigue presente", asegura la autora.
Con este, su primer libro, la también periodista obtuvo en 1995 el Premio Planeta. En él reinventa la vida y la muerte del único emperador mexicano: Agustín de Iturbide, con todo y su fastuosa corte, ''sus curiosos parientes, amantes y fieles enemigos".
Se trata, dicen los críticos, de una ''imprescindible tragicomedia" sobre la historia del país, ahora reditada con una acertada ilustración en la portada: un bufón sin cara.
En entrevista con La Jornada, Beltrán explica que la vigencia de La corte de los ilusos, calificada como un retrato de la clase política que dirigía México a mediados de los años 90, ''es una maravilla y un terror, porque nos confirma que la desmemoria es un ejercicio que practicamos los mexicanos con bastante buenos resultados".
Lamentó que en cada sexenio se repitan ''muchos hechos aberrantes, mediante un pacto de complicidad en el que todos estamos inmersos. Y al tratar de explicarnos por qué, siempre nos quedamos sin palabras.
''Ahora lo vemos: hay instituciones que no creímos que regresarían con la fuerza con la que están presentes. Mi generación se educó en el pensamiento crítico, en el último filón del existencialismo; leíamos a Sartre, Foucault, Camus, a intelectuales que cuestionaban fuerte todo lo que el poder utilizaba para sus propios fines, pasando por alto, siempre, los derechos humanos.
''Para muchos de nosotros, el laicismo es una forma natural de vida, no sólo lógica, racional y desde luego la más deseable. Entonces, ver que regresan ideas y justificaciones de orden religioso, esotérico, ajenas al racionalismo, es algo que me sorprende mucho, pensé que nunca ocurriría.
''Me doy cuenta de que la literatura, a diferencia de la estadística, la sociología o de las cifras duras y frías que prueban que algo no va a regresar, cala más hondo. La literatura nos hace ver que el alma humana adolece siempre de vicios, de malformaciones que en cualquier momento pueden saltar.
''Pues en La corte de los ilusos lo mismo está esa aristocracia que se construye al vapor, que compra sus títulos nobiliarios, como los indios que aparecen como ruido de fondo, con nombres propios pero en realidad como personajes que pueden ser intercambiables, en una suerte de parodia de lo que hace la narrativa mexicana en sus orígenes, hasta antes de la novela de la Revolución."
Sensación de irrealidad
Para esta nueva edición, Rosa Beltrán hizo algo que no acostumbra: releer una de sus obras ya publicadas, ''y me sorprendió". Explica: ''la sensación de irrealidad fue muy grande, pensé que no era yo quien la había escrito, y pienso que eso es bueno, porque entonces se estableció la suficiente distancia como para poder leerla con ojos distintos.
''Sentí que uno no cambia tanto con los años como parece, uno sólo envejece, porque vi que en esta novela aparecían, ya en germen, muchas de mis obsesiones que siguen presentándose en las distintas obras que he escrito.
''Por ejemplo, el hablar del poder desde su ámbito más improbable, por las tretas del débil. O el buscar en la realidad solemne y hierática lo irrelevante, lo anómalo y lo contradictorio, para así mostrar otra cara de lo real. O el buscar por medio de la ironía, del humor y de la mala leche, que me siguen pareciendo notables formas de conocimiento, una cara que estaba oculta de una realidad a la que solemos mirar siempre con mucho respeto, todo eso ya estaba ahí.
''Finalmente, la literatura no es una experiencia entretenida, para pasar el rato. La experiencia con un libro es algo que transforma. Es lo más cercano a lo sagrado."