Usted está aquí: viernes 25 de mayo de 2007 Estados Pagan a Ocampo unos pesos a cambio de riesgo y depredación

Preocupa a habitantes peligro de un derrame de cianuro de la minera Gammon Lake

Pagan a Ocampo unos pesos a cambio de riesgo y depredación

La erogación por el uso de los terrenos equivale a sólo 0.083% de la inversión total en la zona

Las protestas ponen en peligro la llegada de capitales foráneos, dice el gobierno de Chihuahua

MIROSLAVA BREACH VELDUCEA

Ampliar la imagen Las leyes que obligan a empresas canadienses a proteger el ambiente en las comunidades donde operan e invertir en desarrollo económico y social son letra muerta en la Tarahumara Las leyes que obligan a empresas canadienses a proteger el ambiente en las comunidades donde operan e invertir en desarrollo económico y social son letra muerta en la Tarahumara Foto: Miroslava Breach Velducea

Ocampo, Chih., 14 de mayo. Las operaciones de la Compañía Minera Gammon Lake para explotar oro y plata en esta región cambiaron radicalmente el paisaje y la vida cotidiana de los pobladores.

Hoy se observan cerros deforestados, arroyos obstruidos, tráfico pesado sobre la única calle del pueblo y contenedores de productos químicos peligrosos dispersos por todo el monte. Las explosiones de dinamita cimbran las casas y se vive con el temor de un derrame accidental de cianuro.

Esta cabecera municipal serrana cambió hace dos años, cuando comenzaron las exploraciones en el distrito minero de Ocampo, uno de los más grandes productores de oro y plata del país. Acostumbrada a la minería tradicional, la comunidad recibió de pronto técnicos, ingenieros, trabajadores y maquinaria pesada de la empresa canadiense.

Hombres y mujeres del pueblo, la mayoría campesinos que viven de la ganadería, la explotación forestal y la siembra de pequeñas parcelas, esperaban un auge económico y una mejoría notable en su calidad de vida; por eso negociaron sin mayor problema la concesión de terrenos ejidales para la construcción de la mina, por los cuales recibieron un millón 830 mil pesos, apenas 0.083 por ciento de la inversión total de 200 millones de dólares que Gammon Lake asegura aplicar en la zona.

Cada uno de los 183 integrantes del núcleo ejidal de Ocampo y Cerro Pelón, que negociaron la concesión de tierras con la compañía, recibió 10 mil pesos por ceder 350 hectáreas durante 30 años. Otro grupo de comuneros se quedó sin ese beneficio, a pesar de que las instalaciones de la minera también se construyeron en tierras del ejido Nombre de Dios, ampliación de los dos primeros núcleos.

Esa fue la causa principal de que el 30 de abril los ejidatarios bloquearan las actividades de la mina e impidieran por tres días el paso de material explosivo y químicos, para exigir la reparación de daños por 11 millones de dólares, con lo que pretenden recuperar el valor de 29 hectáreas de bosque que fueron arrasadas, la afectación de otras 700 en las que se ha reportado muerte de ganado y venados por contaminación de arroyos y montes, y cuarteaduras en viviendas.

''La gente ya no tiene confianza en cómo están las cosas aquí. Ya no podemos ni comernos una vaca, pensando en que está contaminada'', señaló Alberto Campos David, ejidatario miembro del movimiento que demandó a Gammon Lake.

La reacción no se hizo esperar. La Secretaría de Desarrollo Económico estatal advirtió que las protestas ponían en riesgo una de las inversiones extranjeras más importantes del estado, y la compañía dijo que pagó un precio justo por el uso de suelo.

El proyecto de Gammon Lake busca explotar una veta riquísima. Para su desarrollo adquirió más de 170 derechos mineros en una superficie superior a 2 mil hectáreas, donde se beneficiará oro y plata.

Otras mineras canadienses realizan exploración y construyen minas a tajo abierto en la región serrana, lo que ubica a Chihuahua como el principal productor de oro en México. El precio de ese metal en el mercado internacional llega a 689 dólares por onza, unos 200 pesos por gramo de oro extraído de la sierra Tarahumara.

La negociación sobre indemnizaciones sigue abierta en sigilo. ''La discreción es necesaria'', a fin de que la cotización de la empresa en los mercados bursátiles no resulte afectada, dijo el director de Minería del gobierno de Chihuahua, Ignacio Vega Baca.

Paraíso a cambio de sueldos bajos

Al margen de la demanda por reparación de daños, ni el gobierno del estado ni Gammon Lake han ofrecido una solución integral a los problemas ambientales señalados por la gente de Ocampo.

Abelardo Pérez Campos, empresario minero y forestal, se refirió a la complejidad del problema: ''En nada benefician esas compañías extranjeras a la nación, más allá de los empleos de 120 pesos que pagan a la gente. A cambio de eso viven en el paraíso fiscal, no pagan impuestos a la explotación minera ni a la producción. México propicia una apertura minera indebida a los capitales extranjeros''.

En opinión del empresario, oriundo de Ocampo, las inversiones extrajeras en la industria minera del estado ''son transitorias'', y compara el interés de los inversionistas canadienses, australianos y estadunidenses en la explotación de metales preciosos en la sierra Tarahumara con el auge maquilador en la franja fronteriza, donde se consigue mano de obra barata, se opera a menor costo, se cierra cuando conviene y se evitan normas ambientales estrictas, como las que se aplican en los países de origen de esas empresas.

En los tres años recientes las mineras fueron vistas como una alternativa de empleo. Algunos proyectos están en fase de exploración y otras ya iniciaron operaciones, pero es evidente el poco o nulo cuidado de las empresas extranjeras en el manejo de los residuos peligrosos y el impacto ambiental.

Un estudio del Centro Internacional para el Desarrollo en Investigación (IDRC), realizado a solicitud del Parlamento de Canadá para dar asistencia a comunidades donde operan mineras de capital canadiense, señala que estas compañías tienen la obligación de participar en la búsqueda de soluciones a problemas económicos, sociales y ambientales que genera la operación de minas a tajo abierto.

Este tipo de proceso produce residuos sólidos, ácidos, metales pesados, lixiviados, arsénico y sales de aguas oxidadas de la mina, entre otros tóxicos.

En la mina de Ocampo se realiza beneficio mediante lixiviación con cianuro de sodio en fosas apenas protegidas por malla ciclónica. Cada día se usan 47 toneladas de químicos, además de diesel, aceites y dinamita para desgajar cerros y barrenar el tiro de lo que fue la vieja mina del poblado, situada a un costado del caserío.

 
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