Usted está aquí: jueves 10 de mayo de 2007 Mundo La Escuela de las Américas, obstáculo para la democracia

Entrevista a ROY BOURGEOIS Y LISA SULLIVAN, INTEGRANTES DEL SOAW

La Escuela de las Américas, obstáculo para la democracia

En breve el Congreso de EU votará un proyecto para su cierre

Más de 60 mil soldados han sido entrenados ahí. Aprenden técnicas de combate, contrainsurgencia y guerra sicológica para ser aplicadas en países donde los rebeldes son campesinos sin tierra o activistas pro derechos humanos

GABRIELA FONSECA

Ampliar la imagen FOTO Cristina Rodríguez FOTO Cristina Rodríguez

Ampliar la imagen Lisa Sullivan y el religioso Roy Bourgeois, integrantes del Observatorio de la Escuela de las Américas, durante la entrevista con La Jornada Lisa Sullivan y el religioso Roy Bourgeois, integrantes del Observatorio de la Escuela de las Américas, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez

"La Escuela de las Américas es un símbolo de la política exterior de nuestro país, Estados Unidos, hacia América Latina. Queremos que se cierre definitivamente y queremos cambiar nuestra política exterior hacia el hemisferio". Este es el objetivo del Observatorio de la Escuela de las Américas, (SOAW, por sus siglas en inglés), que considera que la institución es "un obstáculo para la democracia, la humanidad y los derechos humanos"

En entrevista con La Jornada, el sacerdote Roy Bourgeois y Lisa Sullivan, se mostraron optimistas al afirmar que este año podría avanzarse sustancialmente hacia ese fin. En semanas próximas el Congreso de Estados Unidos votará un proyecto de ley para el cierre definitivo de la Escuela de las Américas que será presentado por el representante demócrata por Boston, Jim McGovern.

Sullivan habla de cómo la campaña para el cierre de la Escuela de las Américas se ha intensificado, aprovechando la actual coyuntura en el continente. "Todo el año pasado visitamos países que han estado enviado soldados a la Escuela de las Américas. Es una forma de involucrar a la a gente con lo que es la política exterior estadunidense para América Latina, para que entiendan los intereses que Estados Unidos tiene en el hemisferio. Nos hemos reunido con representantes de todos los gobiernos latinoamericanos, con excepción del de Colombia, con grupos de derechos humanos y asociaciones civiles.

"Venezuela y Argentina han dejado de enviar soldados a la escuela, Chile ha reducido los envíos y Bolivia ha dicho que dejará de recomendar gente". Colombia tiene, con mucho, a la mayoría de los soldados que han ido a la escuela, tanto en el pasado como en el presente, afirma Sullivan, y agrega que no fueron recibidos por ningún representante del gobierno colombiano.

Señala que en la historia de la institución, la mayoría de quienes asisten provienen de los lugares donde en ese momento existen los conflictos más graves y donde hay más abusos contra los derechos humanos.

Cambian las condiciones

Agregó que ahora hay condiciones distintas en América Latina, "vemos un momento en que se privilegian la soberanía, la dignidad y la integración de los países, y se empieza a buscar otra relación con Estados Unidos, alejada de la dependencia".

Bourgeois y Sullivan mostraron a este diario una lista de nombres de los alumnos. Todos los nombres aparecían tachados con plumón negro impenetrable, y sólo podía leerse la nacionalidad. "Cada año pedimos una lista de los alumnos que están en la Escuela de las Américas, existe una ley de derecho a la información que obliga al gobierno estadunidense a proporcionárnosla. En 2004 se otorgó la lista con nombres, apellidos y procedencias, pero al año siguiente, todos los nombres venían 'editados'".

En la lista de 2005 aparecen sólo cinco alumnos procedentes de México, aunque han sido muchos más en años anteriores, sobre todo cuando el conflicto en Chiapas estaba en su momento álgido. Entre los ex alumnos mexicanos figuran el general Juan López Ortiz, cuyos hombres ejecutaron a cinco personas en Ocosingo, en 1994. La organización pedirá a México no enviar más alumnos.

La fundación

Bourgeois habló del origen de su propia lucha como fundador del Observatorio. "En Estados Unidos mucha gente ignora la política exterior de Washington hacia América Latina, así como la historia y la cultura de estos países. Yo crecí en Louisiana y nunca cuestioné la política exterior. Cuando salí de la universidad, entré al ejército y fui a Vietnam, donde tuve una conversión, y empecé a cuestionar lo que se nos decía: que nuestra causa era noble e íbamos a ser los libertadores.

"Cuando salí del ejército ingresé a la comunidad religiosa de Maryknoll, me ordené, y fui a Bolivia a trabajar por los pobres. Ahí aprendí sobre la política de mi país, en un barrio de La Paz donde los pobres me enseñaron sobre la necesidad y la opresión. Al quinto año fui arrestado junto con un grupo de universitarios y se me obligó a regresar a Estados Unidos.

"Después me involucré en El Salvador, donde mi país apoyaba al régimen militar contra el comunismo, que en ese entonces era el 'enemigo'. El asesinato de monseñor Oscar Romero nos acercó al público. En noviembre de 1989, el ejército ingresó a la universidad jesuita José Simeón Cañas y asesinó a seis sacerdotes, a una mujer que les ayudaba y a su hija adolescente. Eso logró primeras planas en Estados Unidos, y por primera vez, enfureció a miembros del Congreso.

"Se envió a congresistas a El Salvador y regresaron con un reporte en que afirmaban que quienes llevaron a cabo la matanza fueron entrenados en la Escuela de las Américas, en Fort Benning.

"Con el visto bueno de mi comunidad, fui a hacer una vigilia. Además, empezamos a investigar y descubrimos que la Escuela existía desde los años 40. Era una escuela de combate que operó en Panamá hasta 1983, cuando se le obligó a salir y se estableció en Fort Benning, Georgia, que siguió con la misma función de ser la fuerza bruta de la política exterior estadunidense, diseñada para proteger los intereses estadunidenses. Hasta hoy, más de 60 mil soldados han sido entrenados ahí. Aprenden técnicas de combate, contrainsurgencia y guerra sicológica", para ser aplicada en países en que la insurgencia consiste en campesinos sin tierra, líderes religiosos y activistas de los derechos humanos.

Bourgeois y Sullivan añaden que la escuela ahora tiene el nombre oficial de Western Hemisphere Institute for Security Cooperation (Instituto del Hemisferio Occidental para la Seguridad y Cooperación) con la intención de mantener un perfil bajo o que ya no se asocie con la Escuela de las Américas, y es por este motivo que el grupo insiste en referirse a la institución con su nombre original.

Bourgeois añade que su grupo se encargó de diseminar por todo Estados Unidos el reporte de la Comisión de la Verdad publicado por la Organización de Naciones Unidas en 1993 y esto fue el principio de su movimiento. Más adelante se decidió recordar a los asesinados en noviembre a las puertas de la base en Fort Benning y a todas las víctimas de las políticas opresoras y militaristas en actos en que año con año hubo detenidos, pero cada vez más participantes.

Cuando van a parar a la cárcel, esto es visto como una oportunidad de llevar su campaña de información a otros públicos: obtienen atención de los medios y hacen labor con presos. El grupo también recurre a ayunos para llamar la atención a su causa.

La estrategia

El religioso sostiene que ahora la estrategia en práctica es ir a todos los países que envían soldados y policías a la Escuela de las Américas, organizar reuniones de alto nivel con sus gobiernos y "pedirles que nos permitan solidarizarnos con ellos por la justicia y la paz. Aún en los países más difíciles como Colombia, tan dominado por el imperio, o El Salvador, que tiene soldados en Irak, pero aún ahí hay esperanza al reunirnos con grupos de derechos humanos y asociaciones civiles".

Bourgeois y Sullivan señalan que hay un desafío mayor ahora que los medios están dominados por la guerra en Irak, y se ha explotado el temor que provocó el 11 de septiembre. Pareciera que América Latina ha sido abandonada por la política exterior estadunidense, pero este abandono se refiere sólo a sacar el tema del ojo público.

"El Pentágono no ha olvidado a América Latina. Es una manipulación de los medios como cuando se dan titulares que dicen 'Hugo Chávez: Loco'. Por eso es importante para ellos conservar esta escuela. No es el número de estudiantes, aunque más de 60 mil personas hayan pasado por ella, sino quiénes son", señaló Sullivan, y agregó que se busca captar a "líderes" que sean fácilmente controlables en el futuro y pone como ejemplo de estos personajes a quienes encabezaron el golpe contra el gobierno de Hugo Chávez en 2002.

El religioso concluye: "La Escuela se ha convertido en una pesadilla de relaciones públicas para el gobierno estadunidense. El New York Times, Washington Post, Los Angeles Times, Chicago Tribune, Newsweek y muchos otros medios de primer nivel han llamado al cierre de la Escuela de las Américas, pero aún así se aferran a ella. Insisten en que en esa institución se enseña democracia ¿pero cómo se enseña la democracia? Y sobre todo en esa fortaleza que parece prisión de alta seguridad. Si se es serio sobre la democracia debe enviarse a esos soldados latinoamericanos a nuestras mejores universidades y enseñarles sobre agronomía, cuidado de la salud, a ser maestros...".

La página web en español del Observatorio es www.soawlatina.org.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.