Usted está aquí: sábado 21 de abril de 2007 Opinión Violencia contra los niños y las niñas

Miguel Concha

Violencia contra los niños y las niñas

En 2001 la Asamblea General pidió al titular de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que llevara a cabo un estudio serio sobre la violencia contra los niños y las niñas, con frecuencia escondida y a menudo socialmente aprobada en todo el mundo. Más tarde, dicho estudio fue encomendado al experto independiente Paulo Sergio Pinheiro (Brasil), en colaboración con la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud. Dicho análisis fue presentado a la Asamblea General el 11 de octubre de 2006, y entregado a la prensa el 20 de noviembre siguiente, Día Internacional de la Infancia y aniversario de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño.

Es la primera vez que se intenta documentar la realidad de la violencia contra las niñas y los niños, que afecta a todos los países, independientemente de las culturas, clases sociales, niveles educativos, ingresos y origen étnico, evaluando lo que en realidad se ha hecho para detenerla, más allá de la suscripción de instrumentos internacionales que protegen sus derechos. Miles de personas contribuyeron a su elaboración desde 2003 en grupos de trabajo y consultas, respondiendo cuestionarios y en otros medios. Las y los niños tuvieron también una participación efectiva a todo nivel.

El estudio combina perspectivas de derechos humanos, salud pública y protección de la infancia, y se centra en los cinco principales escenarios en los que se genera la violencia: el hogar y la familia, las escuelas y los centros educativos, las instituciones alternativas de acogida y los centros de detención, los lugares de trabajo y la comunidad. Este fenómeno, calificado con razón por la titular de la ACNUDH de violación de los derechos humanos de niñas y niños, incluye la violencia física, la sicológica, la discriminación, el descuido y el maltrato. El análisis por ello cataloga desde el abuso sexual en el hogar, hasta los castigos corporales y humillantes en la escuela; desde el empleo de restricciones físicas en los hogares de niñas y niños, hasta la brutalidad de los oficiales encargados de hacer cumplir la ley; desde el abuso y negligencia de las instituciones contra la violencia callejera, en los lugares donde los niños juegan y trabajan, hasta el infanticidio y los así llamados crímenes de honor.

La investigación, presentada en México el pasado jueves, muestra cómo la experiencia de la violencia durante la infancia está estrechamente asociada con conductas que ponen en riesgo la salud y la vida, como el hábito de fumar y el abuso del alcohol y la droga, así como la inactividad física y la obesidad. A su vez, estas conductas influyen en algunas de las principales causas de enfermedad y muerte, como el cáncer, la depresión, el suicidio y problemas cardiovasculares. Propone entonces sobre todo a los estados un conjunto de recomendaciones generales y concretas para todas esas circunstancias, con el propósito de dar respuestas y prevenir esta problemática, que no sólo afecta a las niñas y los niños, como expresó el día de su presentación en Ginebra la directora ejecutiva de la Unicef, sino también a todas las comunidades y naciones.

En cumplimiento de estas recomendaciones, la Secretaría de Salud elaboró en México un Informe Nacional sobre Violencia y Salud, que también fue presentado el pasado jueves en el auditorio Jaime Torres Bodet, del Museo Nacional de Antropología e Historia, con la presencia del experto de la ONU Paulo Sergio Pinheiro, y la participación del representante de la ACNUDH en el país. Dicho informe, que compila investigaciones anteriores de la Unicef, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el DIF, el Instituto Federal Electoral y el Sistema Nacional de Información en Salud, afirma que México es uno de los países más violentos del mundo, pues desde hace 30 años mueren asesinados a diario dos menores de 14 años.

Según datos de la Unicef, México, Estados Unidos y Portugal "tienen el número más alto de niños muertos por maltrato" entre los países miembros de la OCDE. En efecto, de acuerdo con el informe, entre 1991 y 2002 se registraron 7 mil 351 homicidios contra menores de 15 años, y en 2005 el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática reportó 677 homicidios contra menores. Los índices más altos de asesinatos que reporta el estudio ocurren entre la población de cero y cuatro años de edad, y las causas son ahorcamiento, estrangulación y sofocación. Entre 2000 y 2002 el DIF recibió un promedio de cuatro casos de maltrato infantil al día; en 47 por ciento la responsable fue la madre, mientras en 29 por ciento fue el padre.

En el caso de los homicidios de adolescentes, otro factor que incide es la delincuencia, pues en la mayoría de los casos se emplean armas de fuego. Por todo ello, el pasado jueves se firmó también un acta de compromiso, con el fin de llevar a la práctica las recomendaciones establecidas en el estudio de la ONU y en el informe nacional. Confiemos en que ello sea cierto.

 
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