Ojarasca 103 noviembre 2005

Declaración de Durugubuti, Honduras

Contra el Plan Puebla Panamá y todo lo demás

Las luchas y resistencias sacuden los territorios americanos.
En pocas semanas de marzo y abril se han efectuado reuniones y
movilizaciones sin precedente en Guatemala, Bolivia y México.

Desde la Declaración de Tercera Cumbre Continental de Pueblos

y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala en Iximche'(Guatemala)

a La Otra Campaña que en México sigue su marcha, y el

pronunciamiento hondureño que aquí se publica, los pueblos

originarios y tradicionales salen al salvamento de sus territorios

y culturas como algo más que una metáfora de la defensa del planeta
y la Naturaleza, esa madre de todos los que conservan madre y raíz

a lo largo y ancho de nuestro continente.

Los representantes del pueblo garífuna, lenca y Vía Campesina, reunidos en el Foro de Biodiversidad: Territorio y Cultura, nos manifestamos con los espíritus de los ancestros masacrados hace setenta años en esta comunidad por la dictadura de Tiburcio Carías, y declaramos:

Ante la ofensiva neoliberal del Plan Puebla Panamá, que pretende afianzar el neocolonialismo en nuestros pue-blos, destruyendo hábitat y diseminando sus redes energéticas, de transporte y maquila levantamos una vez más nuestra voz contra el saqueo de nuestros te-rritorios y la desarticulación de las organizaciones sociales y políticas que expande la dominación de los países industrializados y sus compañías multinacionales en el istmo mesoamericano.

La imposición de los organismos financieros internacionales como el fmi, bm, bid, bcie, usaid, ue, con sus proyectos de destrucción a los que suelen llamar integración y desarrollo, pone en peligro la vida y las culturas de nuestros pueblos, anteponiendo al equilibrio con la naturaleza (parte íntima de nuestras cosmovisiones y de la cual muchos obtenemos nuestro sustento) un "desarrollo" basado en las ganancias económicas.

La grave crisis alimenticia del país está enraizada en una política de producción agrícola destinada a las exportaciones, sin que exista una estrategia de reforma agraria integral que garantice el derecho a la tierra para campesinas y campesinos hondureños y su soberanía alimentaria.


El Usumacinta de Guatemala. Fotos: Daniela Parra

La apropiación de la biodiversidad por las transnacionales, que incluye agua, flora, fauna, y el conocimiento tradicional de nuestros pueblos, relacionado con la conservación y uso racional de los recursos, pone en grave peligro nuestra sobrevivencia.

Las políticas colonialistas originan conflictos sociales que desembocan en actos represivos a manos de las fuerzas de seguridad de los Estados nación, los cuales adoptan el terror como estrategia de control social a beneficio de la élite de poder, compañías transnacionales y organismos financieros.

El calentamiento global y las gra-ves consecuencias que confrontamos a nivel planetario para alimentar el consumo de una industria devoradora, es responsable del desastre del cambio climático y nos golpea de diversas formas.

La aplicación de múltiples Trata-dos de Libre Comercio totalmente asi-métricos, a favor de un sistema basado en la explotación y el consumismo desmesurado, conlleva a la destrucción del planeta. Por tanto, demandamos:

Inmediata suspensión de los mega-proyectos en áreas protegidas o de alta fragilidad ecológica, como las anun-ciadas represas del Tigre, Patuca (Bios-fera Corazón del Corredor Biológico Mesoamericano) y el proyecto turístico Bahía de Tela que incluye el relleno en la Laguna de Micos; que se detenga la destrucción de innumerables ríos y riachuelos a lo largo del país.

Suspensión inmediata de la Ley de Minería y Forestal vigentes, y de intentos de reformas amañadas por congresistas a sueldo y las transnacionales. Anular de inmediato las más de tres-cientas concesiones mineras otorgadas --más de 30 mil kilómetros cuadrados del país--; recuperar la soberanía nacional y el equilibrio ambiental, respetar los derechos territoriales y culturales de los pueblos indígenas, negros y campesinos de Honduras.

Una Reforma Agraria Integral, acompañada de una estrategia de seguridad alimentaria con visión de país, que responda a las necesidades del pueblo y no esté diseñada por los organismos financieros internacionales y los vaivenes del mercado.

Moratoria indefinida de la exploración y explotación de hidrocarburos, y diseñar y ejecutar una estrategia de ahorro al consumo de energía. Que la li-citación respete el compromiso con el pueblo hondureño, prio-rizando nuestra soberanía y dignidad y anteponiéndolas a las componendas con las transnacionales extranjeras y las presiones del Procónsul de Estados Unidos.

Ratificación inmediata del Protocolo de Bioseguridad (Cartagena), para lograr frenar la pérdida de las variedades nativas de nuestras semillas, en especial el maíz. Tomar las medidas precautorias para salvaguardar la cuna del maíz, etiquetar los productos que están fabricados con alimentos transgénicos. Ante la reactivación del cultivo del maíz, impedir una importación masiva de semilla y cereal genéticamente modificados, y suspender la importación y cultivo de variedades transgénicas.

Ante los efectos directos del calentamiento global que venimos padeciendo en Honduras desde el huracán Mitch, con un incremento de la intensidad y número de tormentas, aumento de las temperaturas y periodos de larga sequía que sacuden al país, exigimos una estrategia estructural de respuesta al calentamiento global y sus efectos en áreas altamente vulnerables, tales como la Costa Caribe, la Zona Sur y el país en general.

Rechazo total a la Ley Indígena fabricada por el consorcio Papin-bid, elaborada a espaldas de las comunidades indígenas, violando el espíritu del Convenio 169 de la oit. Exigimos la aplicación y respeto del mismo, y la enmienda del Artículo 100 de la Ley de Propiedad, que atenta contra la propiedad comunitaria.

Ante los actos represivos que venimos padeciendo de forma sistemática indígenas, negr@s campe-sin@s, obrer@s y activistas ambientales, exigimos un respeto total a los derechos humanos del pueblo hondureño y una aplicación de justicia a los criminales.

Como respuesta a las presentes agresiones nos comprometemos a intensificar el proceso de resistencia, el nivel organizativo, de información y formación, y a construir alternativas destinadas a crear una sociedad más justa y equitativa.

Con la fuerza de los masacrados en Durugubuti, Talanquera, Astillero, Horcones y los espíritus de Lempira, Etempica, Iselaca, Mota, Barauda y Satuye, seguiremos en la lucha con dignidad.

San Juan Tela, Durugubuti, 18 de marzo de 2007

Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh),
Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), Vía Campesina

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