Usted está aquí: lunes 9 de abril de 2007 Deportes El Pumas-América arrojó 38 detenidos y cinco lesionados; entre ellos dos policías

Afuera del estadio universitario, aficionados fueron de los insultos al enfrentamiento

El Pumas-América arrojó 38 detenidos y cinco lesionados; entre ellos dos policías

Los servicios médicos atendieron desde heridos por arma blanca, hasta un joven por "un pasón"

JORGE SEPULVEDA MARIN

Ampliar la imagen Elementos de la policia capitalina repliegan a aficionados del América durante el partido en CU Foto: Víctor Camacho

Mientras adentro del estadio Olímpico Universitario, Pumas y América disputaban uno de los clásicos del futbol capitalino, Pumas-América, afuera muchos de sus aficionados pasaron de los insultos a enfrentamientos con todo lo que encontraron a su paso, aunque la vigilancia policial evitó que hubiera mayores consecuencias.

De acuerdo con el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal hubo 38 detenidos por reventa, portar bombas de humo y alterar al orden público, además de que debieron ser atendidos cinco lesionados; tres civiles y dos uniformados.

El sol a plenitud puso pronto la mañana del domingo caliente. Desde las 7:30 horas empezaron a llegar los mil 200 policías destacados para el operativo y 45 minutos después estaban apostados en sus respectivas posiciones de vigilancia.

Dos horas antes del inicio las filas para ingresar al inmueble universitario eran interminables. Boleto en mano, previa revisión, fueron ingresando quienes ya dentro sumarían 60 mil asistentes, de los cuales mil 84 entraron gratis.

Las barras de los seguidores auriazules recibieron a mentadas y lluvia de proyectiles a las americanistas, que caminaban sobre Insurgentes. Los uniformados trataron de protegerlas con palabras de amenaza y luego con sus escudos, pero fue más efectivo hacerlos correr.

El juez de lo cívico, José Luis Esquivel, puso a trabajar a su gente de inmediato con los primeros detenidos, varios de los cuales no alcanzaron a pagar allí su multa y fueron remitidos a la delegación Coyoacán para purgar, si no tenían para liquidar los mil 30 o mil 534 pesos de sanción, las 24 o 36 horas de arresto.

Los servicios médicos fueron requeridos igualmente. Llegó un herido en la mano izquierda, por arma blanca, comentó el galeno Alfonso Domínguez, quien descartó la versión de quien traía de fuera el calzón estampado con escudos del América, que dijo "me corté con una botella".

Luego fue conducido otro aficionado con el ojo izquierdo morado y cerrado, por el pu(ñe)tazo que le dieron por ir vestido de azul y oro y un puma en el pecho.

Pero el caso que más preocupó a los doctores fue el de un joven de aproximadamente 16 años, quien fue arrastrado por su compañeros hasta la ambulancia.

Estaba inconsciente y sus acompañantes sólo atinaron a decir que se desmayó; a uno de ellos lo detuvieron porque entre sus ropas le encontraron una piedra del tamaño de un mango petacón. De acuerdo con la opinión del galeno, el joven desmayado "se dio un pasón".

Los servicios de Seguridad Pública, los de vigilancia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y los de otras corporaciones brindaron cifras diferentes.

Dos helicópteros sobrevolaron la zona durante cuatro horas. En tierra, terminado el cotejo, los uniformados empezaron a dispersar a los asistentes y sobre la grana todo finalizó 1-1.

En 20 autobuses de diversas líneas y de la RTP fueron conducidos al estadio Azteca los seguidores del América, que dejaron el lugar 35 minutos después que los aficionados universitarios.

Atrás, de ocho vehículos tipo suburban, con vidrios oscuros, salieron los jugadores del conjunto de Coapa y luego, con varias patrullas de por medio después, abandonó el lugar al autobús de Pumas.

 
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