Usted está aquí: miércoles 21 de febrero de 2007 Mundo "Algo fuerte pasará en Madrid", le advirtieron a implicado en el 11-M

El marroquí Morabit dice que "nunca imaginó" que se tratara de un ataque

"Algo fuerte pasará en Madrid", le advirtieron a implicado en el 11-M

Niegan tres de los enjuiciados tener nexos con terroristas y haber participado en el atentado

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El marroquí Fouad Morabit Amghar, al momento de declarar ayer durante el juicio que se le sigue en España por su presunta vinculación con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid Foto: Reuters

Ampliar la imagen El sirio Mouhannad Almallah Dabas, al momento de declarar ayer durante el juicio que se le sigue en España por su presunta vinculación con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid Foto: Reuters

Ampliar la imagen El también marroquí Otman Ghanoui, al momento de declarar ayer durante el juicio que se le sigue en España por su presunta vinculación con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid Foto: Reuters

Madrid, 20 de febrero. El ciudadano marroquí Fouad Morabit Amghar, uno de los 29 imputados en el macrojuicio por los atentados del 11 de marzo de 2004, admitió hoy haber conocido a Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, apodado El Tunecino, quien, dijo, le advirtió que se preparaba "algo muy fuerte" en Madrid pero, aseguró, nunca imaginó que se trataba de un ataque como el 11-M.

En su declaración previa al instructor, Morabit explicó que el sirio Basel Ghalyoun, otro de los presuntos autores materiales de los atentados, les dijo que Serhane les aconsejó que "se fueran del país porque iba a ocurrir algo muy fuerte en Madrid".

No obstante, este día trató de matizar su declaración y aseguró que no le dio importancia a lo dicho porque pensó que aquello "era fantasía o tonterías" de El Tunecino.

Morabit, que enfrenta una pena de 12 años por integración en organización terrorista, también admitió haber conocido a Rabei Osman Sayed, alias Mohamed El Egipcio, el presunto cerebro de los atentados y con quien dijo haber entablado cierto nivel de amistad, pero negó pertenecer a alguna organización terrorista.

Asímismo, el acusado denunció supuestos malos tratos de la policía española durante sus interrogatorios y que tuvo numerosas dificultades para poder estudiar la instrucción judicial en su contra durante su reclusión en la cárcel de Alcala-Meco.

De su lado, el sirio Mouhannad Almallah Dabas relató que El Tunecino, quien se suicidó junto con el resto de los presuntos miembros del comando que ideó el atentado tres semanas después de la matanza en un departamento del barrio madrileño Leganés al verse acorralados por la policía, trató de convencerlo para ir a combatir a la guerra de Irak, a lo que él se negó.

La Fiscalía acusa a Almallah de captar y alojar a jóvenes en un local que él rentó en el barrio madrileño de La Concepción a fin de prepararlos para la jihad (guerra santa). En ese mismo lugar residían otros dos de los procesados, entre ellos el también sirio Basel Ghalyoun, considerado uno de los autores materiales de los atentados que dejaron 191 muertos.

Almallah, para quien la Fiscalía también pide 12 años de prisión por integración en organización terrorista, indicó que El Tunecino, a quien calificó de violento y fanático, trató de alquilarle el local para celebrar reuniones.

En su declaración ante la fiscal rechazó que en el citado local se observaran películas o imágenes de la jihad o que se organizasen allí reuniones de extremistas islámicos.

Almallah rechazó además cualquier relación con alguna organización terrorista y afirmó que únicamente es miembro del gobernante Partido Socialista (PSOE), al que se afilió pocos días después de los atentados.

El tercer acusado, el también marroquí Otman Ghanoui, admitió que en febrero de 2004 trabajó como obrero con Jaman Ahmidan, El Chino, considerado el jefe operativo de los ataques, en la casa de campo de la localidad de Chinchón, donde se supone fueron montadas las bombas que estallaron en los trenes.

Durante su estancia allí, dijo, acompañó a Ahmidan, otro de los siete suicidas de Leganés, a comprar planchas de porexpán para construir una jaula en la que las gallinas no pasaran frío. Sin embargo, la policía encontró planchas que revestían un agujero en el suelo de la finca y en ellas halló componentes de los explosivos utilizados en la matanza.

Ghanoui, que está acusado de pertenecer a organización armada, falsedad documental y suministro de explosivos, aseguró que nunca vio explosivos y que Jaman siempre le decía que iba de viaje pero nunca le decía a dónde.

Después de cuatro sesiones, el tribunal y la opinión pública española ha visto cómo tres presuntos autores intelectuales, dos materiales y dos acusados por colaboración con "organización terrorista" negaron tajantemente cualquier implicación en el atentado, que condenaron y tildaron de acto "contrario al Islam" que, subrayaron, es una "religión de paz".

Sin embargo, los tres magistrados que integran la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional aseguran que cuentan con diversas pruebas y testimonios que los inculpan en la matanza.

 
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