Número 127 | Jueves 1 de febrero de 2007
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus

ENTREVISTA

Negacionismo, datos para terminar con una falsa polémica

No hay espacio para la duda. Los argumentos de los autollamados “disidentes del sida” son falsos, y pueden acarrear serios perjuicios a las personas que viven con la infección. En esta entrevista, científicos del Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas (CIENI) del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), refutan con bases científicas lo dicho en televisión por los negacionistas.

Hace algunas semanas se presentaron en el programa Reporte 13, producido por el periodista Ricardo Rocha para Televisión Azteca, un grupo de personas que sostienen una postura conocida como “AIDS denialism”, o negacionismo del sida. El origen de estas ideas puede rastrearse en los años en que comenzaron a realizarse las primeras investigaciones sobre el sida y su agente causal. El científico estadounidense Peter Duesberg planteó una hipótesis —el VIH no causa el sida— que fue posteriormente refutada, con pruebas científicas, y terminó con la polémica desde principios de los años noventa. No obstante, hasta la fecha, algunas personas y organizaciones mantienen de manera artificial la polémica.

El equipo científico coordinado por el investigador Gustavo Reyes Terán, que trabaja directamente con el VIH en el CIENI del INER, se dio a la tarea de hacer un recuento de las afirmaciones hechas por el médico colombiano Roberto Giraldo y el investigador mexicano Roberto Stock en el programa de Rocha, y presentar una refutación seria y científica a ellas.

Afirmaciones y sus refutaciones científicas
Dr. Giraldo: “…El Instituto Pasteur no encontró ningún virus, ni Roberto Gallo encontró ningún virus. El doctor Montagnier, de Francia, lo que vio fueron unas partículas parecidas a virus”.
Los artículos de Montagnier y Gallo demuestran claramente el aislamiento del virus (que posteriormente fue llamado VIH), de células de pacientes con sida. Los virus aislados en estos estudios fueron capaces de infectar otras células en cultivo, lo cual no hubiera sido posible si se tratara sólo de “partículas parecidas a virus” y no un virus verdadero.

Dr. Stock:
“La hipótesis para el sida era que esta inmunodeficiencia adquirida era adquirida (sic) por un virus y eso a uno lo volvía susceptible a todas las enfermedades que se definen como asociadas al sida. Pero el virus en sí no causa ninguna enfermedad”.
La primera parte de esta afirmación es cierta: El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (de ahí las siglas SIDA) es causado por un virus, el VIH. El sida genera una susceptibilidad particular a ciertas enfermedades, que llamamos “oportunistas”, puesto que no suelen aparecer en personas cuyo sistema inmune se encuentra entero y sí en personas cuyas defensas inmunológicas han sido destruidas por el VIH. La segunda parte de la afirmación es falsa: El virus sí causa una enfermedad: destruye las células de defensa del cuerpo conocidas como linfocitos T CD4, dejando al cuerpo desprovisto de su mecanismo de defensa. No se trata de un virus inofensivo que se pasea por el cuerpo sin causar problemas.

Dr. Giraldo: “En el sida no solamente hay un colapso del sistema inmune, sino que están deteriorados los otros órganos y sistemas. Entonces, lo que nosotros estamos haciendo con la persona con sida es que chequeamos (sic) cómo están sus glándulas, cómo está el hígado, cómo están los riñones, cómo están los pulmones y estimulamos todos los órganos y sistemas”.
En las etapas iniciales del sida lo único que se encuentra sistemáticamente afectado es el sistema inmune, en particular los linfocitos T CD4. Los otros órganos y sistemas sólo se ven alterados en casos particulares de infecciones oportunistas: por ejemplo la piel cuando se trata de un sarcoma de Kaposi o el sistema respiratorio cuando se trata de una neumonía. Aunque es posible tratar individualmente muchas de estas enfermedades, la única forma de evitar que continúen presentándose es con tratamientos antirretrovirales que controlan al VIH, permitiendo al cuerpo recuperar sus defensas para poder deshacerse de las diferentes enfermedades oportunistas. Antes de la existencia de los tratamientos antirretrovirales, todas las personas infectadas con el VIH morían de sida. Hoy en día, la mayoría de las personas en la fase sida de la enfermedad que comienzan a tomar medicamentos antirretrovirales logran recuperarse y llevar una vida normal.

Dr. Stock: “Pero el hecho es que la distribución de la enfermedad del sida (…) es más de 80 por ciento en hombres, la relación hombre mujer es de cinco a una, eso es muy raro para una enfermedad infecciosa”.
Esta afirmación demuestra una grave falta de conocimiento en el tema. El último informe global de ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida), de 2006, reporta que 48 de cada 100 personas con VIH son mujeres, es decir, una relación casi paritaria. La concentración en varones en países como México no pone en duda que se trate de una enfermedad infecciosa. Sólo refleja los modos de transmisión, en el caso de nuestro país por la vía sexual entre varones.

Dr. Giraldo: “Había una droga muy favorecida por cierto sector de la comunidad gay, que se llama popularmente poppers, que son nitritos de aminobutilo (sic). Los nitritos de amino y butilo (sic) son los que destruyen el sistema inmune y causan el sida en algún sector de la comunidad homosexual”.
Durante los primeros años de la epidemia, en la década de los años ochenta, se favorecieron hipótesis como ésta para explicar las causas del sida. Así se concentró artificialmente la infección en los consumidores de ciertas drogas dentro de las comunidades homosexuales. Pero rápidamente se vio que el sida podía presentarse también en personas homosexuales y heterosexuales que no consumían drogas, e incluso en niños. Igualmente, la mayoría de los usuarios de drogas, incluyendo los poppers, no desarrollan sida. Los estudios epidemiológicos de la época refutaron claramente toda relación causal entre el uso de estas drogas y el sida.

Dr. Giraldo: “El sida es una enfermedad tóxica y nutricional y no tiene nada que ver con el sexo. No es una enfermedad infecciosa, ni se transmite. (…) Y lo peor de todo es que después de 25 años, el fenómeno conocido como VIH o virus de la inmunodeficiencia adquirida ni siquiera existe”.
Esta afirmación es errónea y criminal. Existen miles de estudios internacionales, llevados a cabo por investigadores sin ninguna conexión con biofarmacéuticas u otras empresas que muestran claramente y sin lugar a dudas que:
•El sida es una enfermedad infecciosa.
•El VIH es el virus causante del sida.
•El VIH se transmite sexualmente, por vía sanguínea y de la madre embarazada a su hijo.

El no informar de estos hechos pone en riesgo a la población. Muchos de los pacientes que llegan con VIH o sida al CIENI se infectaron precisamente por no saber de la existencia del VIH y de los modos de evitar la transmisión. Diseminar ideas equivocadas sobre el sida es diseminar la epidemia de VIH.