Usted está aquí: jueves 1 de febrero de 2007 Sociedad y Justicia "Reformas, no buena fe", requisito para resolver la crisis del IMSS

El RJP es un problema que debe solucionarse de inmediato, advierte García Sainz a Molinar

"Reformas, no buena fe", requisito para resolver la crisis del IMSS

En 10 años no habrá recursos para cubrir los esquemas de retiro, dice el ex director del instituto

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Ampliar la imagen Ricardo García Sainz, ex director del IMSS Foto: María Meléndrez Parada

El régimen de jubilaciones y pensiones (RJP) de los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sí es un problema que debe resolverse de inmediato. De lo contrario, el flujo de efectivo será insuficiente en la siguiente década para cubrir éste y los otros esquemas de retiro que se basan en los años de servicio de los empleados, advirtió Ricardo García Sainz, ex director del IMSS.

Más que voluntarismo y buena fe, apuntó, lo que se requiere para lograr la modificación del RJP es una nueva reforma en la que se plantee la aportación de todos los sectores. El Estado tendría que cumplir con la ley que entró en vigor en 1997 y financiar el costo total de la transición que, además de las pensiones en curso de pago (régimen de 1973), incluye los servicios médicos de los pensionados.

García Sainz destacó que el Estado eroga cada año 40 mil millones de pesos para pagar las pensiones de alrededor de 2 millones de ex trabajadores. Le falta asumir su responsabilidad con los servicios médicos que utilizan estos mismos individuos, cuyo costo se estima en 20 mil millones por año, los cuales se cargan al presupuesto del IMSS.

Además ­indicó­, "las cuotas de los patrones deberían aumentar, y entonces sí tendría sentido para los trabajadores renunciar a algunos de sus derechos".

Resaltó que los cambios realizados hasta ahora para resolver la crisis financiera han sido arbitrarios y no resuelven el problema de fondo del IMSS, debido a que los efectos de la reforma legal de 2004 y el convenio de 2005 entre el instituto y su sindicato, por el que se modificaron las condiciones laborales de los nuevos trabajadores, se verán hasta dentro de 30 o 40 años, cuando los empleados que ingresaron a partir de octubre de 2005 cumplan con los requisitos para jubilarse.

Sigue pendiente resolver la forma en que se hará frente a las obligaciones que impone el RJP al IMSS para con sus trabajadores activos, quienes ya empiezan a tener derecho al retiro.

García Sainz, también presidente del Consejo de Administración de esta casa editorial, descartó que sólo con buena voluntad se puedan resolver los problemas del Seguro Social. Es reconocido, dijo, el déficit de 14 mil camas para garantizar la atención médica de los derechohabientes. Si se ha logrado mantener un aparente equilibrio, ha sido a costa de la negación de los servicios, los incumplimientos e insuficiencias de infraestructura, subrayó.

Reconoció que existen en el IMSS posibilidades para mejorar la eficiencia de la plantilla laboral. Algunas categorías, ahora innecesarias, se crearon con la finalidad de garantizar los servicios. Es el caso de las áreas de lavandería en los hospitales.

"Puede haber muchas, pequeñas o grandes, medidas de afinación, de conversión de plazas, combate a la corrupción, mayor eficiencia, pero no es la solución". Lo que se requiere, insistió, es que el Estado cumpla con la responsabilidad que le marca la ley, el aumento de las cuotas obrero-patronales y la reforma del RJP.

Descartó que el incremento en el monto de las cuotas pudiera afectar la generación de empleos, porque "nunca ha ocurrido así en la historia del IMSS". García Sainz mencionó las diversas ocasiones en que se ha recurrido a dicha medida. En los años siguientes, dijo, se registraron incrementos del empleo formal y, por lo tanto, del número de afiliados al IMSS.

Frente a una restructuración de las finanzas del organismo, apuntó, sus trabajadores estarían de acuerdo en ceder parte de las prestaciones del RJP. Entre otras, García Sainz se refirió a la actualización de las pensiones, que ahora se lleva a cabo en el mismo tiempo y nivel que los salarios de los trabajadores activos. Si se lograra que el aumento se homologue con base en la inflación, la diferencia sería sustancial, apuntó.

No obstante, ha faltado apertura de las autoridades para abordar la problemática de manera integral. "Se requiere una inmensa tarea de convencimiento para la refundación de las instituciones, en la que todos tendremos que aportar", concluyó el especialista.

 
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