Usted está aquí: jueves 1 de febrero de 2007 Espectáculos Presentan libro y exposición homenaje a Pedro Vargas por su centenario

La disciplina, virtud que cultivó el tenor, coinciden artistas y amigos

Presentan libro y exposición homenaje a Pedro Vargas por su centenario

ARTURO CRUZ BARCENAS

Ampliar la imagen El Samurai de la Canción nació en San Miguel Allende el 29 de abril de 1906 Foto: Archivo

Pedro Vargas practicó una virtud a lo largo de su vida: la disciplina; diario hacía ejercicios de canto, pero aconsejó a algunos de sus amigos que no se cuidaran en demasía de la garganta, pues todo exceso es malo. En esto coindicieron Jacobo Zabludovsky, Lucho Gatica, Miguel Alemán Velazco, Xavier López Chabelo y María Victoria, durante la presentación del libro y exposición fotográfica Pedro Vargas, 100 años de música-muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido, la noche del pasado lunes, en el Club de Banqueros de México.

El libro es una edición cuidada por Editorial Océano. El marco: el centenario del natalicio de Vargas (1906-2006). En el histórico edificio de los magnates de México, antes teatro Colón, los tres hijos sobrevivientes del intérprete de La negra noche: Pedro, Alejandro y Marcelo (Mario ya falleció) saludaron emocionados a todos los ahí presentes. Todos, amigos de su padre.

La obra es un recuento ameno y sustancioso de la vida de Vargas, quien nació en San Miguel de Allende, Guanajuato, el 29 de abril de hace un siglo. Fue el segundo de 15 hijos de José Cruz Vargas y Rita Mata. Comenzó sus estudios primarios a los 6 años, al igual que su práctica del canto en la parroquia de su ciudad natal. A los 15 años se trasladó a la ciudad de México.

Llegó a la Facultad de Medicina de la UNAM, pero no acabó la carrera. Optó por el bel canto. El 22 de enero de 1928 se presentó en el teatro Esperanza Iris, hoy Teatro de la Ciudad, donde interpretó la ópera Caballería Rusticana; sin embargo, al poco tiempo se enfiló hacia la música popular. Cantó a todos los compositores importantes de sus días, como su compadre Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Armando Manzanero y Juan Gabriel.

Fue pionero en grabaciones de discos, fundador de la XEW y de la televisión con el famoso programa El estudio de Pedro Vargas; participó en 40 películas. Se presentó en toda América Latina, Estados Unidos y Europa. Recibió condecoraciones de varios presidentes y de los reyes de España.

Tal fue su fama y admiración que se le llamó El Tenor de las Américas, El Samurai de la Canción, El Tenor Continental, El Tenor de los Presidentes, El Gentil Amigo... Falleció el 30 de octubre de 1989.

El libro es un relato desde su infancia y de sus relaciones con figuras como Lara, María Félix, Jorge Negrete, Dolores del Río, Mario Moreno Cantinflas, Toña la Negra, Pedro Armendáriz, Pedro Infante, Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco y David Alfaro Sequeiros.

Emocionado, en entrevista, Chabelo expresó: "Es una de las figuras que enmarcaron mi carrera por la gran admiración que le tengo, que le tuve y que le tendré. Me distinguió con su amistad, me enseñó cómo llevar una carrera, cómo ser disciplinado. A pesar de que era un bohemio, como lo soy yo, tenía una disciplina para lo que amaba, que era cantar. Nadie ha tenido las facultades de Pedro".

Recopilación de lo público y lo privado

Julio Alemán: "En el libro está la historia de Pedro Vargas; lo hicieron sus hijos y es una obra de amor. Es una gran recopilación de lo público y privado. Es un homenaje. Lo conocí por 1957, cuando hice una temporada en el teatro Lírico. Tuvo el detalle de hacerme segunda en La negra noche".

Zabludovsky: "Es muy importante que las nuevas generaciones mediante este libro entiendan quién fue Pedro Vargas y porque permaneció durante seis décadas en el favor del público. Era una voz magnífica, con escuela que conservó toda su vida. Me gustan todas sus interpretaciones, pero más algunas composiciones de Lara y Gonzalo Curiel. Tenía el don de saber dar consejos".

Eduardo Manzano (de Los Polivoces, quien hacía una imitación memorable de Vargas): "Es toda una leyenda, de disciplina, profesionalismo, calidad. Nos legó una escuela maravillosa. Disfruté su amistad. Siempre le dije maestro. Su música es la que llega a la matraca, al sístole y diástole, al miocardio. Lo tengo en mi memoria".

María Victoria: "Para mí fue un maestro. Me enseñó a mantener los pies en el piso, a nunca creerme ni sentirme estrella. Siempre cantó igual. Lucho Gatica, él y yo hicimos la película Cada quien su música".

Lucho Gatica: "La gente sigue a Pedro en todas estaciones de radio del mundo. Fue el Tenor Continental de la Canción Romántica".

Miguel Alemán: "Destacó en el medio artístico y hasta en el diplomático. Hablaba poco. Iba al grano. En Japón, el emperador Hiroíto tenía discos de Pedro Vargas. Especialmente le gustaba Bésame mucho, de Consuelito Velázquez".

Yolanda Montes, Tongolele: "Pedro Vargas era una persona sencilla. Era un gran amigo, un caballero".

Alejandro Vargas: "Sobre todo, fue un gran mexicano".

La exposición fotográfica se encuentra en el Club de Banqueros de México, sito en calle 16 de Septiembre número 27, Centro Histórico. El libro cuesta 489 pesos en Sanborns.

 
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