Usted está aquí: jueves 1 de febrero de 2007 Economía Comienza a declinar el ingreso por remesas, advierte el BdeM

Ortiz, en contra del control de precios y de un aumento salarial de emergencia

Comienza a declinar el ingreso por remesas, advierte el BdeM

Los migrantes enfrentan más obstáculos para cruzar la frontera y para encontrar trabajo en EU

No existe un problema de inflación generalizada, aunque sí incrementos en productos sensibles

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

Ampliar la imagen Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del banco central, ayer en el encuentro con la prensa Foto: Luis Humberto González

El ingreso por remesas, la segunda mayor fuente de divisas para el país después del petróleo, también comienza a declinar. La confirmación fue hecha este miércoles por el Banco de México (BdeM), que en un reporte anual dio cuenta de una ''desaceleración reciente del ingreso por remesas familiares''.

En su informe el banco reportó que en 2006 las remesas enviadas por los mexicanos que cruzan la frontera hacia Estados Unidos llegó a 23 mil 54 millones de dólares. Es una cantidad que, comparada con los 20 mil 35 millones de dólares de 2005, representó un crecimiento anual de 15.1 por ciento. Sin embargo, vistos los números en una perspectiva más amplia, y como dice el reporte, el crecimiento comienza a ser cada vez menor.

A mediados del año pasado, el Banco de México había estimado que el ingreso de remesas durante 2006 sería de 24 mil millones de dólares, que implicarían una tasa de crecimiento anual de 20 por ciento.

Durante 2006 el ritmo de crecimiento de las remesas se desaceleró ''de manera significativa'', indicó el banco central en el Informe sobre la inflación, octubre-diciembre 2006, presentado ayer por el gobernador del instituto, Guillermo Ortiz Martínez. Así, añadió el reporte, tales ingresos aumentaron a tasas anuales de 27.5 y 19.7 por ciento en el primero y segundo trimestres del año pasado. Esos ritmos de incremento bajaron a 10.6 y 5.5 por ciento en el tercero y cuarto trimestres.

La ''desaceleración'' en el ingreso de remesas, según explicó el banco central, está asociada a la mejor cobertura de las operaciones de remesas, que influyó al alza en la estadística de los años previos, pero su efecto ha ido desapareciendo gradualmente.

Otro factor, añadió, está relacionado con los mayores problemas que han enfrentado los trabajadores mexicanos para emigrar hacia Estados Unidos, como resultado de una mayor vigilancia fronteriza en ese país.

También incluyó entre las causas del menor dinamismo de las remesas el efecto de las políticas antimigratorias de autoridades a distinto nivel en Estados Unidos. La disminución del ingreso de remesas a México se debe además ''a las crecientes dificultades que han enfrentado en Estados Unidos los inmigrantes mexicanos indocumentados para encontrar trabajo, ante controles oficiales más estrictos en un contexto de desaceleración de la economía estadunidense''.

Las remesas familiares del exterior que ingresan al país han contribuido de manera importante al bienestar de las familias receptoras, indicó. Estos recursos han tenido un efecto positivo sobre sus niveles de ingreso y, por ende, de consumo; han constituido una fuente importante de recursos para que las familias inviertan en capital humano, incluyendo en salud, e inclusive en capital físico; y han facilitado que éstas accedan a mejores condiciones financieras, lo que les permite suavizar sus niveles de consumo e invertir en micronegocios.

''No obstante, hay que señalar que el proceso migratorio que da origen a los ingresos por remesas también implica una serie de efectos adversos tales como la pérdida de vidas derivada de intentos infructuosos por llegar a Estados Unidos; el costo social de la separación familiar, y el impacto en la producción interna asociado a la pérdida para el país de recursos humanos productivos, entre otros'', manifestó el banco central.

Podría haber un endurecimiento de la política monetaria

El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, se manifestó este miércoles contrario a un control de precios en algunos productos básicos, y a un aumento de emergencia a los salarios, como lo demanda un bloque nacional de sindicatos y organizaciones sociales.

''Un aumento salarial de emergencia sería contraproducente para los propios trabajadores'', afirmó Ortiz Martínez en una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por los otros tres integrantes de la junta de gobierno del banco central. ''No tenemos en el país un problema de inflación generalizada, aunque sí incrementos en productos muy, muy sensibles, como el azúcar y la tortilla'', afirmó.

Dijo que si se desatara una espiral de precios, el Banco de México (BdeM) recurriría a endurecer la política monetaria para evitar que ocurra ''una contaminación de alza de precios''.

Ortiz Martínez ofreció la conferencia al medio día para presentar el Informe sobre la inflación, octubre-diciembre de 2006 y el Programa monetario para 2007.

En el encuentro con la prensa insistió en que no existe un proceso de espiral inflacionaria, aun con el incremento en el precio de varios productos en los últimos meses. En el caso específico de la tortilla y el azúcar, insistió en que obedeció a un proceso de especulación más que de falta del producto.

Al ser interrogado sobre la demanda de sindicatos y organizaciones sociales de establecer un control de precios para productos de la canasta básica, y que se considere un aumento salarial de emergencia ­planteamientos principales de la marcha de ayer por la tarde en la capital del país­, el gobernador del banco central respondió:

''En periodos en que hubo control de precios los que más perdieron fueron los trabajadores; por eso se debieron abandonar esas estrategias". Recordó que en 1982, en medio de la crisis desatada por el desplome en los precios del petróleo y la devaluación de la moneda, se decretaron medidas de incrementos salariales de emergencia que ''detonaron una espiral inflacionaria, una carrera de precios y salarios en la que siempre salen perdiendo los salarios''.

Añadió: ''el mejor de los mundos es que los incrementos en los precios relativos se vayan absorbiendo, que la inflación se mantenga en niveles bajos. A pesar del alza de precios reciente, la inflación anual está en 4 por ciento, que es en la parte superior de la meta fijada. Esto indica que los choques de precios, que han sido muy fuertes, no han tenido hasta ahora un efecto generalizado''.

A comienzos de este año Guillermo Ortiz afirmó, en una conferencia en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), que el disparo en el precio de la tortilla, de 60 por ciento en un periodo de seis meses, no correspondía con el alza en el precio internacional del maíz, de menos de 40 por ciento, y que obedecía a un proceso de especulación.

Ha sostenido la misma idea en dos participaciones públicas posteriores y ayer insistió en la misma, aunque al ser requerido para que ampliara la información sobre quiénes son los especuladores, evadió ser más preciso.

Comentó que en el caso del azúcar la cadena de producción y comercialización tienen una estructura no competitiva, y dijo que lo mismo ocurre con el maíz. En el caso del grano, el principal insumo para la elaboración de tortillas, la política vigente es que si se prevé que sobre maíz, el gobierno concede permisos para exportar; si, por el contrario, se estima que faltará para satisfacer la demanda (de un millón 200 mil toneladas por mes), abre los "cupos" para importar mayor cantidad.

''Es por esa política que, por ejemplo, en 2006 se permitió la exportación de maíz, y una vez que se supo que faltaría para satisfacer la demanda interna no se procedió con rapidez para importar una mayor cantidad del grano'', comentó. ''Y cómo había restricciones para importar, quienes tenían grandes cantidades las guardaron; ya se han detectado casos específicos de especulación y acaparamiento que están penados por la ley''.

El gobernador del banco central también se refirió al programa anunciado hace dos semanas por el gobierno federal para tratar de hacer que bajara a 8.50 en el mercado abierto el precio de la tortilla, y al que sólo se adhirió una parte de la industria.

Hasta ahora, reportó Ortiz Martínez, el precio de la tortilla ha bajado del punto máximo de 9.30 pesos por kilogramo en promedio a 8.86 pesos en promedio el 30 de enero, todavía arriba del precio fijado en el acuerdo del gobierno federal. ''Sí está habiendo convergencia al precio que se fijó (en el acuerdo); también sabemos que el precio del azúcar al menudeo está bajando''.

 
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