Ofrendas al rey Kondoy en el cerro Zempoaltépetl
Mixes realizan ritual para pedir autoridades honestas
Ampliar la imagen Cada año indígenas mixes de Oaxaca presentan una ofrenda al mítico rey Kondoy para pedir autoridades que trabajen por el bienestar de su pueblo Foto: Archivo La Jornada
Oaxaca, Oax., 2 de enero. Indígenas mixes acudieron, como cada primero de enero, a depositar ofrendas prehispánicas en el sitio sagrado más grande de la zona, el cerro Zempoaltépetl, para que las nuevas autoridades de la región, que desempeñarán el cargo por un año, trabajen por el bien del pueblo.
Como hace siglos, pidieron al rey Kondoy por el bienestar de la población, sacrificaron aves de corral y le ofrendaron cigarros, mezcal, huevos y tepache.
El rey Kondoy es un personaje mítico que, según la creencia, vive entre las piedras del cerro y defendió a los mixes de la conquista española y de otros grupos indígenas que habitaban en la zona, como los zapotecos.
La primera presidenta municipal de San Pablo y San Pedro Ayutla una de las poblaciones más representativas de la región mixe, la maestra jubilada Irene Hernández de Jesús, dice que pidió hacer un buen gobierno porque muchos consideran ''que las mujeres no tenemos la capacidad para gobernar a nuestra gente''.
Juan Jiménez, presidente municipal de Santa María Tlahuitoltepec, una de las 19 comunas de la región, dijo esperar el apoyo del rey Kondoy porque ''es un gran compromiso estar al frente de los comuneros''.
Los mixes se llaman entre ellos ayuukja'ay. La lengua que hablan es el ayuuk, que es el nombre con que históricamente se conoce al grupo y que en su idioma significa ''gente del idioma florido''.
El cerro del Zempoaltépetl, donde acuden a realizar la ceremonia, en el noroeste de Oaxaca, es conocido con el nombre de Veinte Picos y tiene una altura de 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar.
Según la leyenda, los mixes llegaron desde Perú alrededor del año 1200. Tienen una economía basada en el cultivo de maíz y frijol, que siembran en pequeños valles entre la zona motañosa.
Para realizar su ritual, las nuevas autoridades caminaron cerca de tres horas hasta llegar al sitio sagrado, donde ''los martes, viernes y domingos no se puede ir, porque nuestros ancestros nos han dicho que son días malos, que en esos días sólo se puede ir si se quiere hacer alguna maldad contra una persona'', afirmó Juan Jiménez.
Esta costumbre sobrevivió a la labor de los franciscanos, primeros en catequizar a los mixes, quienes antes veneraban a la naturaleza.
Los más de 8 mil indígenas mixes que habitan la zona mantienen sus usos y costumbres, entre ellos las visitas a sitios sagrados de sus antepasados, el tequio (trabajo comunitario), la asamblea comunitaria como medio de elegir a sus autoridades y la guelaguetza, que significa compartir y ofrendar, aunque lo más conocido es la ceremonia de baile que se realiza para turistas.
Durante el cambio de autoridades, a las que engalanan con su propia bandera que representa a la naturaleza, cantan su himno, Konk ey (Rey bueno), cuya letra agradece las acciones del rey Kondoy