Usted está aquí: jueves 28 de diciembre de 2006 Sociedad y Justicia En AL, 6 millones de niños enfrentan "severos abusos"

El castigo físico es una práctica habitual en la región

En AL, 6 millones de niños enfrentan "severos abusos"

KARINA AVILES

En Latinoamerica, las distintas formas de violencia, como el abuso sexual, la explotación económica, la discriminación o el castigo físico amenazan o terminan cada año con la vida de los menores de los niños y jóvenes: el 28 por ciento de los 120 mil homicidios anuales corresponden a adolescentes entre 10 y 19 años, mientras que 6 millones de niños sufren "abuso severo" y más de 80 mil mueren a causa de la violencia doméstica, de acuerdo con el Estudio mundial sobre la violencia contra los niños, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El informe que fue difundido en América Latina el mes pasado establece también que en América Central y México se calcula que hay "82 mil miembros de maras o pandillas" cuyas edades fluctúan entre los 13 y 10 años.

La extensa investigación documenta la naturaleza y el impacto de la violencia contra los niños en la familia, la escuela, la comunidad, las instituciones y los entornos de trabajo. En el ámbito familiar destaca que el abuso sexual es el maltrato infantil menos denunciado. Los agresores suelen ser varones y ocho de 10 casos de los delitos son cometidos por padres, esposos o parientes.

En los países de la región, el castigo físico es una práctica habitual en la crianza y la disciplina y ninguna de las naciones latinoamericanas prohíbe expresamente en la ley la violencia física, pese a que los niños de meses y 12 años son las principales víctimas, añade.

En el ámbito escolar, los conflictos armados, junto al tráfico de drogas y la disponibilidad de armas en países como Colombia y Brasil "constituyen una grave amenaza para el derecho de los niños a recibir una educación apropiada y de calidad". En otras naciones, entre ellas, México y Guatemala, la exclusión por razones étnicas limita el derecho de los niños indígenas, especialmente de las niñas, a la educación.

Respecto a la violencia en la comunidad, los datos muestran la urgencia de acabar con la impunidad que permite terminar con la vida de los niños y jóvenes. En Honduras, entre enero de 2002 y enero de 2006, fueron asesinadas mil 976 personas menores a los 23 años. Mientras que en Guatemala, 334 jóvenes menores de 18 años fueron víctimas de homicidios durante 2005.

Brasil, Colombia, El Salvador y Venezuela tienen los índices de homicidios más altos entre hombres de 15 a 24 años.

Por otra parte, en los países centroamericanos, 57 por ciento de los niños han sido expulsados de sus familias y muchos han huido de sus hogares por problemas de maltrato y abuso. La mayoría no estudia, agrega el reporte.

"Los procesos represivos y de mano dura puestos en marcha por los gobiernos de Centroamérica para luchar contra la delincuencia juvenil, en algunos casos violan los derechos humanos, y no se ha demostrado que hayan tenido impacto en los niveles de seguridad ciudadana porque no atacan las causas estructurales del problema: inequidad, exclusión y falta de oportunidades para los jóvenes y sus familias".

Frente a las nulas opciones, 5.7 millones de niños entre cinco y 14 años trabajan en América Latina y El Caribe. De ellos, se estima que dos millones laboran en el servicio doméstico que "no sólo es uno de los peores pagados y menos regulados sino que además es una de las ocupaciones menos valoradas social y culturalmente".

 
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