Usted está aquí: jueves 28 de diciembre de 2006 Sociedad y Justicia Albañilería, oficio de paradojas: hacen casas, pero no tienen una

En la mayoría de los casos, el salario no les permite tener acceso a créditos

Albañilería, oficio de paradojas: hacen casas, pero no tienen una

Necesario, un programa de vivienda exclusivamente para ellos, señalan

Padecen explotación gremial, pues los líderes venden los contratos colectivos en condiciones onerosas

CAROLINA GOMEZ MENA / I

Ampliar la imagen La mayoría de los trabajadores de la construcción reciben apenas 56 pesos por jornada, en ocasiones de más de ocho horas Foto: Yazmín Ortega

A lo largo de su vida laboral construyen muchas, quizá cientos de casas, pero la mayoría sólo puede darse el gusto de verlas terminadas para que las habiten otros, nunca ellos. Esta es una de las principales paradojas que enfrentan los albañiles en México, pues la mayoría no percibe un salario que les permita acceder a un crédito, ni en una instancia gubernamental, ni mucho menos en una institución bancaria, porque ellos no tienen mérito para el mismo, les dicen. Otra contradicción es que las erigen con cimientos para otros, pero ellos, por lo general, habitan construcciones endebles e improvisadas.

Pero este problema no es el único que enfrentan los albañiles: también tienen que lidiar con los bajos salarios, la falta de seguridad social, la inestabilidad laboral, aun las precarias medidas de seguridad en el trabajo y también en contra de los sindicatos y seudosindicatos que venden contratos colectivos de trabajo a las constructoras, las cuales si no los aceptan corren el riesgo de que se les clausure la obra.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) más de la mitad de los albañiles en el país (50.7 por ciento) habitan "viviendas precarias", es decir, que no son de materiales resistentes en paredes y techos, y ocho de cada 10 de las viviendas son propiedad de alguno de los miembros de la familia.

"Nos la pasamos haciendo casas, pero nosotros no tenemos, las vemos terminadas, nada más; hasta burla parece, porque no nos alcanza para comprar una, no nos dan crédito y por lo general no alcanzamos los puntos que pide el Infonavit", narró Fortino González, originario de Guanajuato y albañil desde hace 30 años.

Fortino asegura que "se siente orgullo ver lo que hacemos, pero da coraje que no nos alcance para comprar una casa; de dónde sacamos para dar el enganche, para pagar cuotas y además nos piden comprobantes de ingreso y estabilidad en el empleo", lamentó.

Diversos albañiles entrevistados por La Jornada coincidieron en que se requiere la aplicación de un programa de vivienda diseñado exclusivamente para ellos, y confiaron en que el actual gobierno de Felipe Calderón "haga algo" en favor del sector.

Justamente esta es una de las demandas que ha planteado el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción, Actividades Similares y Conexas de la República Mexicana (SNTICSCRM). Rodolfo Bastida Marín, secretario general de este gremio independiente, señaló que el principal escollo para que los trabajadores de la construcción tengan un bien inmueble es que muchos no están afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), o bien esta afiliación es intermitente, ya que no todos los constructores otorgan prestaciones.

Datos del INEGI refieren que "nueve de cada 10 albañiles no tienen seguridad social como prestación laboral". A ello se suma que sólo 23 por ciento cuenta con contrato escrito, poco más de las tres cuartas partes son contratados en forma verbal, lo cual no sólo los hace más vulnerados en el respeto a sus derechos laborales, sino que también pone en evidencia la "poca estabilidad" laboral con que cuentan.

Pero los albañiles, azulejeros, carpinteros, tierreros, marreros y en general todos los trabajadores de esta rama, no sólo enfrentan estas carencias, otro problema es el de los salarios y las jornadas de trabajo. De acuerdo con datos del SNTICSCRM la mayoría de los albañiles labora "más de ocho horas por día", y percibe apenas "56 pesos por jornada, cuando por lo menos deberían ganar 150 pesos".

Pero esta no es la constante, muchos de los que trabajan de manera independiente o forman un grupo que se contrata de construcción en construcción y no pertenecen a algún sindicato, perciben mayores recursos, y esto también va ligado a su especialización y al rango que hayan alcanzado, pero sobre todo depende de la disponibilidad financiera de la constructora que los contrate.

Categorías y salarios

En dinero, no es lo mismo ser ayudante que oficial, maestro o carpintero. Marcos López es oficial: "yo sé hacer desde cimentación hasta acabados, y por tanto he llegado a ganar hasta mil 800 pesos por semana; ahora gano 235 por día" (alrededor de 5 mil 600 pesos al mes). Cabe destacar que sus actuales jornadas de trabajo son de nueve horas, más una hora para comida de lunes a viernes y de cinco horas los sábados.

Marcos lleva tres años en este oficio y asegura que lo prefiere a todos los otros que desempeñó antes. El es hijo de albañil. Su padre alcanzó el nivel de maestro, "que es lo más a que se puede llegar", y ha logrado ganar hasta "7 mil pesos a la semana; claro, porque a veces ha tenido tres o cuatro obras al mismo tiempo".

Un maestro por lo general se rodea de un grupo de trabajadores. "Aquí el maestro tiene gente que lo ha seguido por años, trabajamos por grupo, el maestro trae su flotilla y él nunca nos ha dejado sin trabajo", aseguró Marcos, quien cuenta con bachillerato, pero asegura que en esto el estudio no ha servido de nada.

Marcos es una excepción porque la mayoría de los trabajadores de la construcción cuentan con pocos estudios. La escolaridad promedio en el sector es de 5.2 años, lo que equivale a quinto de primaria. De cada 100 albañiles sólo 34 terminaron la primaria, 15 la secundaria, 47 no tienen estudios o no los completaron, y 3.8 por ciento tiene possecundarios.

Valentín Flores Suárez es "un poco más que albañil", él se dedica a la carpintería negra; es decir, a cimbrar loza, muros y columnas; a las cimentación de las obras, esta especialización le permite percibir a la semana un poco más: "cerca de mil 800 pesos", unos 300 al día, pero "he llegado a ganar hasta 500 pesos diarios". Valentín también probó muchas "chambas: electricista, carpintero, pegué tablarroca, pero en esto me quedé porque aprendí más y me gustó".

Las horas extra

En cuanto al pago de horas extraordinarias, dice que en ocasiones se les asegura que se le pagarán, pero no ocurre, sobre todo cuando no hay contrato escrito. "Hay veces que te hacen trabajar y te dicen que te van a pagar horas extra, y nada, te traen de semana en semana con la promesa."

Pedro Cedas Fuentes, de 18 años de edad, es ayudante general de albañil; es decir, se encuentra en la parte más baja del escalafón, y percibe al día casi 150 pesos. A Pedro también le gusta su trabajo y su interés es ir subiendo de categoría por lo pronto sus tareas son ayudar a pegar bloques, aplanar, afinar y hacer la mezcla. Como él hay muchos e inclusive bastante más jóvenes. La estimaciones son que 20 de cada 100 trabajadores de esta rama tienen entre 12 y 29 años de edad.

Pero en general el problema no es la escasa edad de los trabajadores, sino todo lo contrario. En México la edad promedio de quienes laboran en la construcción es de poco más de 41 años.

Referencias del INEGI y del Observatorio Laboral indican que para 2004 había más de un millón 130 mil personas dedicadas a este oficio, y que 36.4 por ciento contaba con más de 45 años de edad. La migración es una de las causas de la no renovación de esta mano de obra, y es que en otros países, como Estados Unidos, los albañiles pueden ganar hasta 30 dólares por hora.

Esto ha sido un problema para muchas constructoras, las que deben ocupar mano de obra de migrantes de Centroamérica.

 
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