Usted está aquí: domingo 26 de noviembre de 2006 Cultura Necesito 200 años para escribir los libros que tengo dentro: Lobo Antunes

EL TURNO DE LOS LIBROS

El autor, quien se encuentra en la FIL de Guadalajara, se presentará en Bellas Artes

Necesito 200 años para escribir los libros que tengo dentro: Lobo Antunes

Preocupa que internacionalmente sea una pequeña oligarquía la que viva bien, porque esa clase social no lee

El drama de los pobres, más importante que la literatura, señala

ERICKA MONTAÑO GARFIAS ENVIADA

Ampliar la imagen Antonio Lobo Antunes, durante la entrevista con La Jornada Foto: Carlos Cisneros

Guadalajara, Jal., 25 de noviembre. Antonio Lobo Antunes en primera persona: "Te voy a contar una cosa: cuando tenía 23 años había terminado la universidad, estudié medicina, y me pusieron en una unidad de pediatría de niños que se estaban muriendo, con enfermedades terminales. Me enamoré de un chico de cuatro años enfermo de cáncer que se llamaba José Francisco, que era muy bonito, tenía una alegría de vivir increíble pero murió. Cuando en un hospital se muere un adulto llegan dos hombres con una camilla y se lo llevan a la morgue cubierto con una sábana. Pero ese chico era solamente un niño, llegó un hombre con una sábana y lo cargó bajo el brazo. Yo estaba en la puerta de la enfermería en un pasillo largo y vi al hombre llevándose al niño, alejándose, y uno de sus pies salió de la sábana y se iba balanceando. Pensé: 'escribo para este pie'. Aún ahora sigo pensando que escribo para aquel pie".

Durante su visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que también es su primera visita al país, el escritor portugués habla en entrevista con La Jornada, unas horas antes de la conferencia magistral que ofreció como parte de sus actividades y a unos días de viajar a la ciudad de México para una charla en el Palacio de Bellas Artes.

La verdad, dice mientras da una calada a su cigarro, "me siento mucho más Antonio que Lobo Antunes. Lobo Antunes es un hombre muy raro que escribe porque no sabe hacer otra cosa, porque no comprende su vida sin hacerlo. Mi vida sin eso se quedaría sin sentido y al mismo tiempo es muy curioso porque me pagan por hacerlo. He tenido mucha suerte de vivir de lo que escribo porque es algo que no puede hacerse: o eres periodista o eres médico o tienes otra profesión. He tenido mucha suerte pero no es un secreto, es solamente una cuestión de trabajo.

"Me hacen falta como 200 años, porque sientes que tienes dentro de ti muchos libros y no vas a tener tiempos de hacerlos. Eso me hace sentir indignación, por ejemplo, me provoca indignación que Schubert se haya muerto de 29 años, o que Mozart haya muerto de 36. Nunca sabes cuándo será el día, si será muy lejano o muy cercano. Todo es tan rápido, todo se pasa con tanta rapidez. La gente dice que después de los 30 el tiempo pasa muy rápido, pero esto es porque los adultos tienen siempre la misma vida, salen de casa y todos los días es lo mismo, por eso la impresión de que todo pasa con más rapidez, reflexiona el autor de Libro de crónicas, Fado alejandrino, En el culo del mundo y Exhortación a los cocodrilos.

Reconocido en el mundo como uno de los mejores exponentes de la literatura, Antonio Lobo Antunes subraya que con ninguno de sus libros ha quedado satisfecho, aun cuando lo han colocado como uno de los favoritos para el Premio Nobel, que por cierto no le interesa y al que califica como "el más mediático de todos".

Nunca, dice, he pensado en términos de sentirme satisfecho con lo que escribo. "De mis libros, todos y ninguno me han dejado contento. Cuando los termino estoy contento, pero después de uno o dos meses comienzo a pensar que lo podía haber hecho mejor, y entonces comienzo un nuevo libro para hacerlo mejor que el anterior."

Una de las cosas que más lo han marcado, además de su experiencia en la guerra de Angola, es haber nacido en el seno de una familia importante, que tenía una casa grande en uno de los barrios pobres de Lisboa.

"He nacido en una familia importante, y toda la vida a mí y a mis hermanos nos ha dado una culpabilidad muy grande porque las capas sociales no se interpenetran y mis amigos y las mujeres que me interesan, y me interesaban, no pertenecían a esa clase social en la que nací. Entonces te sentías muy solo porque la clase donde habías nacido no te interesaba y las otras te miraban con desconfianza, pero nunca podría vivir con una mujer del medio donde había nacido, no me interesan. No son ricas por dentro. Lo que dicen no me interesa, lo que piensan no me interesa.

"Con los hombres es igual. Lo que me interesaba era esa gente que vivía en el barrio, la que te dice que la gente que no tiene dinero no tiene alma, que te dicen cosas de gran profundidad.

"Nosotros tendemos a confundir cultura con erudición, haber leído muchos libros, visitado muchos museos, pero cocinar es una forma de cultura, saber amar es una forma de cultura . En ese entonces tenía la impresión de que el amor no era químicamente puro, estaba el dinero, era una relación de interés mutuo.

Me preocupa la desigualdad social

"Quizá estoy exagerando porque hay excepciones, pero al mismo tiempo escribo para gente que no puede leerme, porque la gente que me interesa que me lea no puede hacerlo porque, por una parte no tiene dinero para comprar mis libros; la otra, no sabe leer, algunos están muertos y para los muertos pienso que no es muy fácil leer, no sé, no estoy seguro.

"Me preocupa esa desigualdad, que se viva mal en países ricos, que haya una pequeña oligarquía que vive muy bien, porque la gente que lee no son las clases sociales más altas, esos no leen nada, la gente que lee es la clase media, la clase media baja, y que no tiene dinero para comprar libros porque son muy caros. Lo he visto en Portugal y en Colombia: la gente que sí le interesa tiene un hambre de libros y no tiene dinero, eso me parece muy injusto, porque a la gente que le interesa no tiene acceso a bienes que de derecho les deberían pertenecer como la belleza, la literatura.

"Una vez una vieja pobre que no sabía leer me dijo una frase que nunca he olvidado, me dijo 'quien no tiene dinero no tiene alma'. Y eso me emocionó hasta las lágrimas porque es tan verdad. En el hogar donde vivo ahora, en Portugal, hay mucha gente que está viviendo muy mal y no tiene alma, van a los hospitales si están enfermos y ves centenares de gente en urgencias y los médicos pasan por ellos sin mirarlos, no los tocan, no les sonríen, no les hablan. Si tienes dinero en media hora te atienden, te cuidan, si eres pobre te quedas esperando, sufriendo. Cuando era médico eso me indignaba porque la gente que sufre está siempre sola con su sufrimiento y están allá esperando horas y horas, esperan tres meses para que los vea un médico, y después el médico les pasa un papelito para especialidad para dentro de otros tres meses. Eso sí es mucho más importante que la literatura".

 
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