DISQUERO
Un himno a la vida
Entre la asombrosa producción discográfica de sir Simon Rattle figura una grabación impresionante, al frente de la City of Birmingham Symphony Orchestra, de una de las partituras esenciales del siglo XX: la Sinfonía Turangalila, del compositor francés Olivier Messiaen (1908-1992), que es una obra monumental, en 10 movimientos asombrosos y un monumento a la vida y al amor. Como no existen las coincidencias, en los anaqueles de novedades discográficas esplenden algunos números de la serie en dvd Orchestral Music in the 20th Century, dirigida por Rattle con aquella orquesta, y que incluye fragmentos de la Sinfonía Turangalila, así como otras partituras fundamentales del siglo pasado, entre ellas La canción de la Tierra, de Gustav Mahler. Explica en ese filme Rattle: ''Turangalila es un himno a la vida, al amor. Turanga en sánscrito significa tiempo, movimiento. Lila significa acto, amor. Messiaen describe la alegría de alguien que vislumbra una luz, una alegría deslumbradora y sin límites". La obra también está concebida como un gran concierto para piano y orquesta e incluye en su gran orquestación un instrumento singular: las Ondas Martenot, con un circuito electrónico y un teclado que producen música celestial, cósmica, intergaláctica, la música de las esferas que descubrieron los antiguos griegos y que vislumbró Messiaen, ese arcángel que descendió a la Tierra para comunicarnos un mensaje de amor, de inmenso gozo por la vida y sus confines más allá de la muerte, en una gran alegría sin límites.
El álbum, doble, incluye otra obra legendaria de Messiaen: el Cuarteto para el fin de los tiempos, creado en un campo de concentración para una instrumentación igualmente singular.