Usted está aquí: sábado 11 de noviembre de 2006 Cultura Una voz en la memoria del corazón: Emilio Ebergenyi

Hilda Saray*

Una voz en la memoria del corazón: Emilio Ebergenyi

En el panorama de la radio mexicana contemporánea hay una voz que se ha vuelto símbolo de una época. Emilio Ebergenyi es esa presencia sonora que muchos atesoramos, una especie de referencia vital que nos devuelve la imagen de nosotros mismos. Encender la radio cada mañana era una forma de comprobar que había una presencia que podía hablar por muchos de nosotros, una presencia que con la forma de voz hacía que el devenir cotidiano fuera festivo, crítico y entrañable y apasionado.

Hace un año que esa voz no está en el dial. Un año puede ser mucho o poco tiempo, según se le vea, pero de cualquier manera es un espacio en el que hemos tenido la oportunidad de ver en panorama el significado de una presencia que se hizo patrimonio de la comunicación. Porque Emilio no sólo era una voz de amplios y contundentes registros, ni sólo una voz educada que hallaba al micrófono su natural medio de expresión.

Detrás de la voz había un hombre caracterizado por su generosidad y su inteligencia, un hombre hecho día a día por las contradicciones del tiempo que le tocó vivir, una sensibilidad modelada a golpe de palabra, que expresaba lo que muchos teníamos en la punta de la lengua, ya sea en el momento del optimismo, en la rabia de la sinrazón cotidiana o en la farsa de la vida pública nacional.

Los medios y quienes en ellos trabajamos, tenemos una deuda con Emilio Ebergenyi. Su ejercicio ético al aire le significó como el personaje contemporáneo que cambió las coordenadas de la radio mexicana de hoy día. Su aportación está aún por ser revisada y valorada en la amplitud de su influencia. Bien se puede hablar de su agudo sentido del humor, de su amplísima cultura, de su irreverencia, de la precisión de sus dardos intelectuales, de la exactitud de sus tonos e inflexiones, de la corrección de su lectura al aire; pero no sólo eso, el ejercicio cotidiano de ser la voz de Radio Educación, nos llevó a la certeza de que a través de las ondas hertzianas era posible el ejercicio cierto de la comunicación como una manera de estar con los otros, a la plenitud de que mediante la palabra el mundo se puede crear de nuevo y que la honestidad intelectual puede ser posible.

Maestro de muchos y muchas, aun sin que él lo supiera y aun cuando algunos no lo reconozcan, Emilio fue un hombre en el amplísimo sentido de la palabra, que asumió su vida ante el micrófono con la combinación de sus partes oscuras y sus partes luminosas, sin la parafernalia de la fama efímera y más allá de las modas que impone la tarea de exponerse en pelotas ante un auditorio de suyo heterogéneo.

Un año sin la presencia física de Emilio nos lleva pensar en la contundencia de la muerte, pero también en el valor del trabajo de todos los días, asumido con la convicción de que la tarea vale la pena en la infinita duración de lo efímero.

Y también, su partida nos lleva a comprobar la contundencia de su voz y la necesidad de actualizarla desde nuestra personal experiencia. Para quienes suponíamos que su presencia era algo dado en el panorama de la radio, que nunca imaginamos que iba a faltar, ahora nos queda escarbar en la memoria para traer al presente los tonos, las formas y las aportaciones de un profesional de la comunicación en toda la extensión de la palabra.

Para Emilio Ebergenyi, hacer radio era como respirar, era sinónimo de vida, le era tan natural como el estar en el mundo, sin dobleces, sin concesiones, con la certeza de que se es un viajero de paso en el mundo, un viajero que va leve de equipaje y que con cada escala se despoja de lastres.

La radio, como medio transparente, nos permitió conocer al hombre detrás de la voz y ahora, es la voz que resuena en nuestros oídos, la que nos permite actualizar el recuerdo y la que nos impele a estar en el aquí y el ahora. Donde estés, Emilio, gracias por todo.

* Locutora en Radio Educación. El texto alude a que ayer se cumplió el primer aniversario luctuoso del comunicador Emilio Ebergenyi

 
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