Usted está aquí: sábado 28 de octubre de 2006 Cultura Aumenta la cantidad de libros que se lee en el país; la cifra anual llega a 2.9

ENCUESTA NACIONAL DE LECTURA

Aumenta la cantidad de libros que se lee en el país; la cifra anual llega a 2.9

La Biblia, el Quijote y Juventud en éxtasis, los preferidos por la gente, revela

El 40 por ciento de los que declararon haber leído no pudo recordar ningún título

Según la investigación, 42.5 por ciento de los entrevistados leía textos escolares

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Más allá de las retórica optimista o bienintencionada de gobernantes, políticos y autoridades culturales sobre la importancia de leer, y a pesar de las acciones y programas promovidos para fomentar ese hábito, México se mantiene entre los países con más bajos índices de lectura.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura 2006 (ENL), efectuada por iniciativa del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), en México se leen en promedio 2.9 libros al año. En tanto que 33.5 por ciento de las personas encuestadas dijeron no leer ningún libro al año.

Ese porcentaje de 2.9 supera el 0.5 que hasta hace poco se manejaba oficial y extraoficialmente. Sin embargo, la situación no está para lanzar las campanas al vuelo. Por ejemplo: 40 por ciento de quienes declararon leer o haber leído alguna vez, no recordaron un título.

Entre ese universo de lectores, el libro más mencionado fue La Biblia (4 por ciento), seguido de Juventud en éxtasis (de Carlos Cuauhtémoc Sánchez), Don Quijote (Miguel de Cervantes) y Cien años de soledad (Gabriel García Márquez). Cada uno alcanzó 1.2 por ciento de las menciones. Otros de los títulos más mencionados fueron Cañitas, El Principito, Harry Potter y Volar sobre el pantano.

Por tipo de lectura, la encuesta arroja los siguientes resultados: 42.5 por ciento de los entrevistados acostumbra (o acostumbraba) leer textos escolares; 22.2 por ciento, libros de historia; 18.7 por ciento, novelas; 16 por ciento, libros de superación personal; 14.7 lee biografías; 13.6, enciclopedias; 13.4 frecuenta libros científicos y técnicos; 11.3, cuentos, y 8.7 libros religiosos.

En el rubro de "Autopercepción y gusto por la lectura", 15.4 por ciento dio que le gusta mucho leer; 33.3 señaló simplemente que le gusta; a 36 por ciento le gusta "poco", y a 15.3 no le gusta leer.

La mayor parte de quienes no lee (69 por ciento) lo atribuyeron a la "falta de tiempo"; 30.4 dijo que porque no les gusta; 19.1 prefiere otras actividades recreativas; sólo 14.6 dio como razón para no leer que "los libros y revistas cuestan mucho dinero".

De acuerdo con la ENL, leen más las personas con más alta escolaridad y quienes pertenecen a los niveles socioeconómicos "medio" y "medio alto/alto".

La Encuesta Nacional de Lectura 2006 fue dada a conocer ayer por la presidenta del CNCA, Sari Bermúdez, quien la describió como un instrumento para conocer "la cultura de la lectura en México", precisando que "no existe un solo modelo de ser lector".

Entender esta diversidad -sostuvo- "es esencial para diseñar políticas culturales sólidas y para comprender quiénes somos, de dónde venimos y con qué contamos para construir nuestro futuro".

La ENL fue realizada por el Area de Investigación Aplicada y Opinión del Instituto de Investigación Aplicada y Opinión del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Fue aplicada del primero de noviembre al 7 de diciembre de 2005, entre 4 mil 57 entrevistados mayores de 12 años en 29 estados de la República, 136 municipios y seis regiones (Noroeste, Noreste, Centro-occidente, Centro, DF y Sur).

Para llevarla a cabo, se elaboraron dos cuestionarios, "uno de hogar y otro de opinión". El primero incluye 33 preguntas "que indagan sobre las condiciones de vida de los hogares y su equipamiento"; el segundo cuestionario contiene preguntas de tres tipos: a) 80 preguntas cerradas, diseñadas para recoger características de "las prácticas lectoras"; 25 preguntas abiertas "dirigidas a indagar las representaciones sociales y valoraciones de la lectura y modalidades de consumo, y c) dos preguntas de léxico, abiertas, diseñadas "para captar en forma espontánea las asociaciones con las palabras lectura y lector".

El marco conceptual del proyecto y el contenido de los cuestionarios fueron definidos por un grupo de especialistas del CNCA, de la propia UNAM y de la Secretaría de Educación Pública, en colaboración con el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, perteneciente a la UNESCO.

Todos los datos -señaló Sari Bermúdez- "están acompañados de información sociodemográfica y socioeconómica, a fin de poder definir los perfiles de los distintos tipos de lectores".

En ese sentido, "la encuesta tiene una utilidad especial por ser el primer ejercicio que se hace en nuestro país con tan amplia variedad de aspectos, así como permitir conocer las particularidades de los diversos grupos sociodemográficos".

La discusión pública sobre la lectura -explicó la funcionaria- suele concentrarse "en el número promedio de libros leídos por año; esta encuesta responde a dicha pregunta pero al mismo tiempo advierte que focalizar la discusión solamente en una cifra promedio oculta mucho más de lo que revela y puede simplificar de manera excesiva un análisis que debe ser más complejo".

 
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