Usted está aquí: jueves 12 de octubre de 2006 Espectáculos Cadenas de cine de EU rehúsan exhibir Muerte de un presidente

Polémica por la cinta en la que asesinan a Bush

Cadenas de cine de EU rehúsan exhibir Muerte de un presidente

ANDREW GUMBEL THE INDEPENDENT

Dos de las mayores cadenas de cines en Estados Unidos anunciaron que no presentarán la controvertida película Muerte de un presidente, de Gabriel Range, en el que se muestra el asesinato de George W. Bush.

La película causó sensación durante su estreno en el Festival de Cine de Toronto, el mes pasado, y se presentó a principios de esta semana en la televisión británica. Su estreno en Estados Unidos está programado para finales de mes en unas 100 pantallas. Sin embargo, ninguna de éstas pertenecerá al grupo Regal Entertainment, la mayor cadena del país, ni a Cinemark. Juntos, los dos grupos poseen casi 900 pantallas.

"No nos inclinamos a exhibirla", declaró a Hollywood Reporter el jefe ejecutivo de Regal, Mike Campbell. "Nos parece impropio presentar el asesinato futuro de un presidente en funciones, cualquiera que sea la filiación política." La segunda exhibidora del país, AMC Entertainment, no ha revelado sus intenciones al respecto. Otro grupo importante, National Amusements, señala que aún está en negociaciones con la distribuidora.

Improbable que provoque daño

Es improbable que el boicot cause mucho daño a las perspectivas comerciales de Muerte de un presidente. Por el contrario, la controversia será buena para suscitar el interés público, y de por sí no es una película destinada al público de los complejos comerciales de salas múltiples.

La mayoría de los cines que mostrarán la cinta el 27 de octubre, menos de dos semanas antes de las elecciones de mediano término en Estados Unidos, son salas de arte de las grandes ciudades cosmopolitas o de las que albergan universidades. La película es distribuida en el país por Newmarket Films, que se especializa en nichos de mercado e hizo fortuna al adquirir La pasión del Cristo, de Mel Gibson, en un tiempo en que el sentido común sugería que jamás llegaría a un público masivo. La cinta ganó finalmente 600 millones de dólares en todo el mundo.

Muerte de un presidente está ubicada en el futuro cercano e imagina que Bush es asesinado luego de promulgar una tercera Ley Patriótica para combatir el terrorismo. Una escena que muestra el asesinato en sí es seguida por largas secuencias de la cacería del asesino; las sospechas recaen en un sirio que tal vez sea inocente. En el festival de Toronto, la cinta ganó un premio de la crítica internacional por lo que el jurado llamó "la audacia de distorsionar la realidad para mostrar una verdad mayor".

Otros críticos han sido menos tiernos, al sugerir que es algo así como una película snuff de corte político, que apela a las fantasías de los más vehementes opositores de Bush. Entre tanto, Newmarket se ve gratificada por la controversia e insiste en que el filme no incita a la violencia en la vida real. "Es un fascinante thriller político", declaró al Reporter el jefe de la distribuidora, Chris Ball. "De ninguna manera es un llamado a la violencia".

Ejecutivos de esa empresa comentan que muchos de los cines pequeños donde se exhibirá la cinta están entusiasmados, y se muestran seguros de que el éxito diluirá las reservas acerca de su tema. "Tenemos buena recepción en muchos lugares", afirma el consultor en distribución Richard Abramowitz. "Por escasas que sean las pantallas, una vez que una película tiene éxito, siempre es más fácil conseguir más."

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
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