Sepultan a la quinta niña amish asesinada

Una acongojada comunidad amish sepultó este viernes en Lancaster (Pensilvania) a Anna Mae Stoltzfus, de 12 años, la quinta niña muerta a tiros el lunes pasado en una escuela del área por un repartidor de leche que entró fuertemente armado a la escuela, sacó a los varones y a los adultos, disparó a once niñas en la cabeza y se suicidó cuando la policía entró en el edificio.

Los funerales de otras cuatro menores fallecidas en esa tragedia se efectuaron el jueves, en el mismo cementerio de la localidad amish de Nickel Mines. Otras cinco escolares se encuentran hospitalizadas en estado muy grave.

A una se le desconectó el jueves el equipo que la mantenía artificialmente con vida y hoy, viernes, regresó a su casa a morir.

Los amish -protestantes que viven recluidos del mundo moderno, sin electricidad, ni automóviles, ni medios de comunicación- no han permitido la presencia de los medios de comunicación en los funerales.

El jueves pasado fueron sepultadas Marian Fisher, de 13 años; Naomi Rose Ebersol, de siete, y las hermanas Mary Liz Miller, de ocho, y Lena Miller, de siete.

Charles Carl Roberts, de 32 años, quien se suicidó tras perpetrar sus crímenes, ya ha sido perdonado por los líderes de la comunidad amish, quienes también han creado un fondo para asistir a la viuda de Roberts y a sus tres hijos. Roberts explicó en cartas de despedida que escribió a su familia antes de perpetrar la matanza que estaba lleno de odio hacia sí mismo y hacia Dios.

El asesino también había dicho por teléfono celular a su esposa, antes de iniciar el ataque armado, que cuando tenía 12 años había abusado sexualmente de dos niñas de la familia, lo que fue negado por sus parientes.

De la redacción