Número 122 | Jueves 7 de septiembre de 2006
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus

El virus no va a poder conmigo

Antonio Medina | Luego de siete años de vida en común como pareja serodiscordante, José y Antonio se casaron el pasado mes de abril en Barcelona, España. Antonio Giraldo es secretario general de la Coordinadora Gay Lesbiana de Barcelona. Su activismo se centra en la lucha contra el sida y a favor de la población de la diversidad sexual desde mediados de los años noventa.

Contrajo el virus en 1990 y desde aquella fecha ha luchado por ser feliz y promover la felicidad de otras personas. “José y yo nos hemos querido mucho desde que nos conocimos. Hemos sido una pareja feliz, con altibajos, pero muy feliz. Por ese motivo decidimos unir nuestras vidas legalmente y acceder al derecho que nos da el Estado español con la nueva ley de matrimonio.

“Desde que nos conocimos, José supo que yo era una persona seropositiva y no tuvo mayor conflicto. Ejercemos nuestra sexualidad de manera intensa, con pasión, como lo hace cualquier otra pareja, sólo que con preservativo.

“Mi relación más larga no ha sido con José ni con ningún otro ex, sino con el doctor López Coronez, mi médico, con quien desde hace 15 años llevo en conjunto el tema de mi salud. Debatimos, platicamos, consultamos a otros especialistas y decidimos lo mejor para mí.

“En todos estos años he vivido de todo: me he cansado de los medicamentos, de las citas con el doctor, de los altibajos de mi salud, de usar el preservativo; pero hay algo muy importante en la vida de las personas seropositivas que les ayuda a superar todo eso: la solidaridad de sus seres queridos. Desde mi punto de vista es lo que puede hacer que soportes y sea más ligera la carga.

“Yo recuerdo que el día que me dijeron que era seropositivo me dije que ese virus no iba a poder conmigo. Cada día que pasa me repito lo mismo. Ha habido momentos de flaqueza, pero lo que me ha quedado claro es que nadie es culpable del sida, pero sí somos todos responsables de que no se siga expendiendo.

“El sida social es más maligno que el virus en la sangre de una persona. El estigma y la discriminación son los peores cánceres de la sociedad. Son los que provocan la discriminación, el rechazo, la burla. Son los que hacen que las personas sean infelices y que mueran, física o socialmente. Yo creo que una buena estrategia para que los jóvenes que están iniciando su vida sexual se concienticen sobre la importancia de permanecer negativos, es que nos pregunten a quienes ya vivimos con el virus lo que esto significa. Yo creo que eso les hará poner los pies en la tierra.

“Aún en el mundo desarrollado existe ignorancia, homofobia y discriminación. En ese sentido, es tarea de sociedades y gobiernos luchar contra el desconocimiento, los prejuicios y fobias sociales. Fortaleciendo el amor, cualquiera que este sea, el conocimiento y unas buenas políticas públicas, el sida será cada vez más una enfermedad llevadera”.