Usted está aquí: miércoles 23 de agosto de 2006 Economist Intelligence Unit Las grandes petroleras

Las grandes petroleras

Con las solas reservas probadas de Aramco Saudita se podría mantener abastecido al mundo por varias décadas

Economist Intelligence Unit /The Economist

Ampliar la imagen Trabajadores de la ciudad de Biblos limpian el petróleo derramado en el puerto de la vieja ciudad en el centro de Líbano, donde el crudo inundó la costa tras el bombardeo israelí de una planta de energía el mes pasado Foto: Reuters

Cuando los activistas, periodistas y otros hablan de ''grandes petroleras'' sabemos exactamente a lo que se refieren: compañías como Exxon Mobil, Chevron, British Petroleum y Royal Dutch Shell. Estos titanes han estado ganando montones de dinero para sus accionistas; sus directivos gozan de magnánimos paquetes de pago y sus actividades nos afectan a todos. La decisión de BP de cerrar Prudhoe Bay, el campo petrolífero más grande de EU, para reparar las fugas de las tuberías, es un ejemplo: el cierre ha provocado la ira de muchos y que los precios de la gasolina se eleven más.

Con todo, las grandes petroleras son bastante pequeñas al lado de los verdaderos gigantes de la industria: las empresas petroleras nacionales (EPN), en poder o bajo el control de los gobiernos de países ricos en petróleo, las cuales manejan más de 90% del crudo del mundo, dependiendo de cómo se cuente. De las 20 compañías más grandes, en términos de reservas de crudo y gas, 16 son EPN. Aramco Saudita, la más grande, tiene más de diez veces las reservas de Exxon. Los que recelan del petróleo -que su precio es demasiado alto, que las reservas se agotan, que daña el ambiente, que es más una maldición que un activo para los países que lo producen- deben mirar a las EPN para tranquilizarse.

Cierto, estas compañías están sentadas sobre una tranquilizadora cantidad de petróleo. Con las solas reservas probadas de Aramco Saudita se podría mantener abastecido al mundo por varias décadas. Pero Aramco explota sólo 10 de sus cerca de 80 campos, así que podrá seguir extrayendo al promedio actual durante unos 70 años, aunque nunca más se descubra otra gota de crudo. De hecho, es posible que si Aramco y otras EPN buscan, encuentren mucho más, ya que su territorio no se ha explorado minuciosamente. Según Leonardo Maugeri, petrolero italiano, sólo se han perforado 2 mil pozos exploratorios en los países alrededor del Golfo Pérsico, en comparación con más de un millón en Estados Unidos.

Pero si la cantidad de petróleo a disposición de las petroleras estatales no es una gran preocupación, sí lo es la manera en que la manejan. Pocos de los príncipes, políticos y hombres fuertes que ejercen la última autoridad sobre estas empresas pueden resistir el impulso de interferir. En el mejor de los casos, eso conduce a las ineficacias que se encuentran en compañías propiedad del gobierno: excesivo personal, baja inversión y así sucesivamente. En el peor de los casos, el negocio de extraer y vender petróleo es absorbido de manera total por la política, como pasa con Petróleos de Venezuela, una de las EPN más grandes. En cualquier caso, producen menos crudo del que deberían y a un costo mayor.

Por supuesto, eso es malo para los consumidores, ya que presiona al alza el precio del petróleo. Pero también es malo para los países productores de crudo, que podrían obtener mayor beneficio de cada barril si su compañía estatal fuese más eficiente. Por otra parte, varias empresas gubernamentales que no están limitadas por las cuotas de la OPEP, como Pemex de México y Rosneft de Rusia, desearían elevar su producción para aprovechar el elevado precio actual, pero tienen problemas para hacerlo.

La manera más fácil de mejorar el funcionamiento de las petroleras estatales sería privatizarlas. Las autoridades ya no vacilarían entre proteger sus empresas u ordeñarlas con todo el esfuerzo de que son capaces, y podrían concentrarse en maximizar sus ingresos por concepto de crudo a través de impuestos y derechos. Si eso no fuera posible, podrían inculcar un poco de disciplina de mercado y sujetar sus empresas a la competencia, fomentando su ampliación al extranjero y permitiendo a las empresas extranjeras cierto acceso a su territorio casero. Por lo menos deberían conceder a sus empresas petroleras autonomía operacional, y permitir que conserven e inviertan cierta porción de sus ganancias. Después de todo, entre menos interferencia burocrática, las compañías petroleras generarán más dinero para el gasto gubernamental.

FUENTE: EIU

 
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