Usted está aquí: jueves 10 de agosto de 2006 Cultura Documentan el origen, esplendor y ocaso arquitectónico del Pedregal

Se presenta una exposición alusiva en el Museo del Palacio de Bellas Artes

Documentan el origen, esplendor y ocaso arquitectónico del Pedregal

Luis Barragán concibió ese desarrollo residencial como ''un santuario contra la opresión del mundo moderno''

De 800 casas sólo quedan 60; las demás sucumbieron ante la especulación

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen La muestra Arquitectura del Pedregal 1940-1975, que concluirá el 1º de octubre, propone un recorrido visual y documental por una de las zonas de la ciudad con mayor valor estético y urbanístico en el país Foto: María Luisa Severiano

El Pedregal de San Angel -una de las zonas con más alto valor inmobiliario en la ciudad de México- era hasta hace 60 años un paraje inhóspito y hermoso a la vez.

Cautivado por ese paisaje, en 1948 el arquitecto Luis Barragán vislumbró ahí uno de los desarrollos residenciales de mayor valor estético y urbanístico del país. Hoy, ese legado arquitectónico está a punto de desaparecer.

Jardines del Pedregal de San Angel se llamó aquel ambicioso proyecto de Barragán, posible gracias al contexto favorable para México que generó la Segunda Guerra Mundial, pues mantenía a las grandes potencias mundiales en una economía bélica. Esto representó grandes oportunidades para el desarrollo de la industria nacional en prácticamente todas su ramas, la construcción por delante.

Fue un texto de Diego Rivera, Requisitos para la organización del Pedregal, publicado en 1945, el que sembró la idea en el arquitecto jalisciense.

En ese texto el pintor orientaba el tipo de arquitectura que debía construirse en la zona: ''Las obras realizadas por Frank Lloyd Wright en terreno rocoso, como la Casa Kaufman de Pensilvania, demuestran con un ejemplo insuperable la posibilidad de las condiciones propuestas y su resultado plástico".

Funcionalismo y naturaleza

El 3 de julio de 1948 se publicó el anteproyecto que sirvió de base para el diseño de casas, paisaje y la asignación de nombres a las calles (Lava, Roca, Cantil, Xitle, Cráter, Colorines, Agua, Fuentes, Lluvia, Brisa, Nubes).

De 1948 a 1958 se construyeron 800 casas que correspondían a lo que se dio en llamar el ''estilo Pedregal", promovido por Barragán y consolidado por un grupo de notables arquitectos.

De aquellas 800 casas en las que se combinaron con singular tino las tendencias del funcionalismo y la naturaleza del lugar, actualmente sólo quedan 60. Todas las demás sucumbieron al embate de la especulación inmobiliaria: fueron demolidas para construir otras nuevas caracterizadas por el mal gusto, y en muchos casos fueron remplazadas por condominios horizontales.

La exposición Arquitectura del Pedregal 1940-1975, que se presenta en el Palacio de Bellas Artes y concluirá el 1º de octubre, es una crónica visual y documental del surgimiento, esplendor y decadencia de lo que Barragán concibió como ''un santuario contra la opresión del mundo moderno".

La primera imagen que se ofrece al visitante es una foto en gran formato, Los volcanes desde el Pedregal; le siguen, algo más pequeñas, El Edén y Sin título. Las tres fueron tomadas en 1939 por Armando Salas Portugal.

Aproximadamente 600 años aC, en erupciones separadas, los volcanes Xitle, Cuauzontle, Olaica y La Magdalena formaron las tres capas distintas de lava de lo que se conoce como el Pedregal y cuyo grosor va desde cinco hasta 50 metros.

Comparado con el conglomerado urbano que es hoy, apenas puede creerse lo que todavía en los años 30 del siglo pasado era aquel vasto terreno de origen volcánico en el que gustaba de pa-sear Luis Barragán, acompañado por el Dr. Atl y por Salas Portugal. De hecho hay una foto del arquitecto observando el agreste paisaje, tomada también en 1939.

Xavier Guzmán Urbiola, director del Museo de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes, explica en un texto de presentación de la muestra que ''junto con la construcción de la Ciudad Universitaria, el Pedregal contribuyó a desarrollar el crecimiento de la capital hacia una región secularmente inhóspita".

La exposición -añade Guzmán Urbiola- rinde homenaje ''a quienes con su talento e ingenio levantaron uno de los desarrollos residenciales de mayor valor estético y urbanístico del país".

Mediante fotografías de gran formato, planos, maquetas y carteles, el visitante puede tener idea de lo que fueron aquellas construcciones de ensueño, símbolo del optimismo económico de la época. Fue una de esas veces en que el dinero y el buen gusto se dieron la mano.

Carteles reveladores

La exposición Arquitectura del Pedregal 1940-1975 considera tres etapas: la inicial, en la que predomina la escuela arquitectónica de Barragán y otros arquitectos afines. De esa etapa son representativas la Casa Prieto López (1949) y la Casa Max Cetto (1949).

De acuerdo con los especialistas, la segunda etapa es la más lograda, propositiva y renovadora. Estuvo encabezada por el arquitecto Francisco Artigas, acompañado por Antonio Attolini, José María Buendía Júlbez, Augusto H. Alvarez, Fernando Luna, Reynaldo Pérez Rayón, Joaquín Sánchez Hidalgo, David Cynet y Enrique Yáñez.

En la primera época, el diseño obedecía a un criterio de adaptación al paisaje. En la segunda, a un criterio de contraste con el paisaje. Más allá de las diferencias formales, en todos los casos destacan los grandes ventanales, las terrazas, los amplios espacios interiores, piscinas y extensos jardines.

Los carteles promocionales del fraccionamiento también son reveladores de las aspiraciones del momento:

''JARDINES DEL PEDREGAL DE SAN ANGEL, el lugar ideal para vivir. El tamaño de los lotes de 2000 metros cuadrados mínimo, garantiza una zona residencial de primer orden, donde usted encontrará las comodidades de la ciudad aunadas a las bellezas panorámicas y amplitud de la quinta de fin de semana."

Otro cartel que forma parte de la exposición reza:

''PONGA USTED AL ALCANCE DE SUS HIJOS LA FABULOSA CIUDAD UNIVERSITARIA. Finque su residencia en la zona donde se construye el México del Futuro... Y NUNCA HABRA HUNDIMIENTOS. Compre su lote ahora mismo con un pequeño enganche y pague el resto muy fácilmente en cinco años. Pronto valdrá mucho más."

Originalmente los predios ofertados iban de 2 mil a 16 mil metros cuadrados y el costo por metro era de un peso. Dos años después, el precio por metro cuadrado oscilaba entre 12 y 15 pesos. Para 1956 ya había aumentado a 100 y 200 pesos. Actualmente el valor aproximado por metro cuadrado va de 3 mil 600 a 5 mil pesos y los lotes son de 750 metros cuadrados.

La exposición está presentada como ''un estudio de caso", pero los curadores advierten que de no proteger las construcciones restantes de lo que fue el orgulloso ''estilo Pedregal", en poco tiempo se estará hablando de ''un estudio de arqueología".

 
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