Usted está aquí: miércoles 9 de agosto de 2006 Opinión Bajo la Lupa

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

La guerra global de la banca israelí-anglosajona

El extraño cierre del oleoducto de British petroleum en Alaska ha arreciado la especulación en el precio del petróleo.

¿Por qué hacer efectivo el cierre apenas ahora?

Ampliar la imagen Soldado en un puesto de artillería en la frontera norte de Israel FOTOAp

Ha sido muy extraña la justificación -por "inesperada (sic) corrosión severa" (New York Times, 8/8/06)- de la petrolera anglosajona British Petroleum para cerrar su oleoducto de Alaska en el mayor campo extractivo de EU, que redujo en 8 por ciento su producción cotidiana, lo cual ha arreciado la especulación del precio del petróleo, que está llegando a los linderos de 80 dólares el barril. La "corrosión" (en el doble sentido de la palabra) de British Petroleum era ampliamente conocida desde marzo pasado (Reuters, 7/8/06). ¿Por qué hacer efectivo su cierre apenas ahora?

Lo mejor: los ejecutivos de British Petroleum, controlada por la dinastía bancaria israelí-británica, los Rothschild, adujeron que "no sabían cuánto tiempo duraría el desperfecto". El reportero Jeremy Peters, del NYT, comenta que el "cierre es la más reciente de una cadena de situaciones embarazosas (sic) de British Petroleum, que ha padecido en los meses recientes un sinnúmero de problemas ambientales, regulatorios (nota: la explosión criminal de su refinería en Texas, que cobró la vida de 15 trabajadores el año pasado) y de seguridad, entre ellos el derrame de petróleo en Prudhoe Bay a principio de año". Agrega que British Petroleum "se encuentra también (sic) bajo investigación debido a las sospechas (sic) de que manipuló los precios del propano". Ya ni Pemex en su aciaga fase neoliberal -desde De la Madrid Hurtado, pasando por los neoanistas Reyes-Heroles González y Téllez Kuenzler, hasta Calderón Hinojosa: todos controlados por la banca israelí-anglosajona mediante títeres interpósitos- ha exhibido tantas deficiencias deliberadas como las de British Petroleum.

De dos cosas una: se busca una coartada para soltar las reservas estratégicas por el Departamento de Energía (tesis benigna), o bien se acelera la reconversión de todo el pletórico papel-chatarra impreso (en dólares devaluados) por los bancos centrales anglosajones para transformarlo en valores más perdurables, como las materias primas que han volado a la estratosfera en forma deliberada, en particular los binomios petróleo-gas y oro-plata, mediante la especulación de los ominosos hedge funds -fondos de cobertura de riesgo--en el entorno propicio de la guerra global (tesis maligna).

Como no se puede esperar nada benigno de la triada bancaria israelí-anglosajona, que lleva en su haber la detonación de la Primera Guerra Mundial (la coalición de los banqueros Rothschild y J.P.Morgan), Bajo la Lupa apuesta, a su pesar, por la tesis maligna, que explica en buena medida la guerra global en proceso de la dupla Cheney-Rumsfeld coaligada a la dupla Netanyahu-Olmert en Israel (Ver Bajo la Lupa, 16/7/06).

La vida de cualquier oleoducto es de 20 años y, en caso de ser ciertos los problemas que aduce British Petroleum, difícilmente podrá ser reparado a satisfacción, sino que deberá ser cambiado por completo, a sabiendas de que la construcción de uno nuevo toma ocho años. ¿Por que se le ocurrió a British Petroleum la "reparación" de su oleoducto con seis meses de retraso? ¿No tomó en cuenta las repercusiones mundiales que tendría su decisión en los "mercados"? ¿Por qué tomó la decisión ahora, cuando se despliega la guerra global en proceso en la costa oriental del mar Mediterráneo, que se puede conectar con otras guerras en el golfo Pérsico?

Por desgracia, la biografía empresarial de British Petroleum -con suculentos intereses bancarios, además de los conocidos con los Rothschild, en Goldman Sachs- no ha sido nada virtuosa desde su fundación, y su decisión más bien parece destinada a provocar un alza especulativa del "oro negro" mediante el "apalancamiento" (leverage) financiero de los hedge funds que le han proveído las mejores ganancias de su historia desde la llegada de Baby Bush al poder.

En el intervalo de las cumbres del G-8 del año pasado y de éste sucedieron "historias extraordinarias" que no hubiera imaginado Edgar Allan Poe y que han descarrilado los objetivos de sus agendas. En 2005 el objetivo de la cumbre del G-8 en Gran Bretaña era el control de los ominosos hegde-funds, como habían planeado los mandatarios de Alemania, Francia y Rusia. En forma milagrosa, un día antes se escenificó el bombazo criminal en el Metro londinense (por simple coincidencia el ex primer ministro israelí y líder de Likud, Bibi Netanyahu, se encontraba en el hotel de arriba). Resultado: se optó por fustigar el terrorismo internacional (hasta la fecha "se desconoce" la autoría) y el control de los hedge funds fue enviado a las calendas israelíes-anglosajonas.

La cumbre del G-8 en San Petersburgo tuvo como objetivo la "seguridad energética global". No solamente el bombazo criminal en Bombay, India, la silenciosa invasión de Etiopía a Somalia y la guerra de Israel contra Líbano (acordada por las duplas Cheney-Rumsfeld y Netanyahu-Olmert en Beaver Creek, Colorado, en junio pasado; otra vez surge la figura inevitable de Netanyahu en la retaguardia) torpedearon la cumbre, sino también su tema nodal fue enviado a las calendas israelíes-angosajonas.

No se debe pasar por alto que el "documento Netanyahu" de 1996 (Clean Break -ruptura limpia-; ver Bajo la Lupa, 6/8/06) es la bisagra que conjuga la doctrina Wolfowitz (1992), "el choque de civilizaciones" del racista Huntington (1993) -reducido ahora a una "subguerra de religiones" entre protestantes anglosajones blancos y guadalupanos morenos en su reciente libro mexicanófobo ¿Quienes somos?, con la asesoría de Castañeda Gutman desde la cancillería foxiana-, la doctrina Bush en EU (2002) y la doctrina Halutz en Israel (2006).

Tampoco se puede soslayar que Bibi Netanyahu, anterior vendedor de productos electrodomésticos, es el hijo de Ben Zion Netanyahu, secretario particular del ucraniano-israelí Ze'ev (alias Vladimir) Jabotinsky, idólatra de Mussolini que solía vestirse con el uniforme fascista en forma desafiante, quien fue fundador del "sionismo revisionista", más vinculado ideológicamente a los intereses financieros y librecambistas británicos y situado a la extrema derecha del sionismo original más amigable con las ideas socialistas.

La proclividad bélica de Jabotinsky, que dio lugar al partido Herut y luego al Likud moderno, la manifestó mediante su liderazgo del grupo paramilitar Irgun Zeva'i Le'umi (Organización Militar Nacional), calificado de terrorista en su tiempo, y adelantó los tiempos presentes en su indeleble artículo en el periódico Ha'aretz de 1923: "El Muro de Hierro", excluyente de cualquier negociación con los palestinos.

Todo el universo cerebral que mueve a Bibi Netanyahu es jabotinskiano, mezclado de las teorías apocalípticas del judío-alemán Leo Strauss que adoptaron los neoconservadores israelíes-estadunidenses: el summum de una explosiva mezcla mental.

Nuestra hipótesis operativa : los verdaderos manipuladores de los hedge-funds y su concomitante alza del precio del petróleo, en específico la banca israelí-anglosajona, son quienes se encuentran detrás de los actos "terroristas" y bélicos conectados en el intervalo de las dos cumbres del G-8 de Gran Bretaña y Rusia. Seguiremos informando.

 
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