Usted está aquí: jueves 20 de julio de 2006 Cultura Cantar ópera requiere excelencia y vitalidad completa; lo demás es fraude, dice Bañuelas

Presentan en Bellas Artes un disco doble con lo más relevante del barítono

Cantar ópera requiere excelencia y vitalidad completa; lo demás es fraude, dice Bañuelas

ANGEL VARGAS

Considerado uno de los más grandes cantantes mexicanos de todos los tiempos, el barítono Roberto Bañuelas está lejos de sentir nostalgia por regresar a los escenarios operísticos, de los cuales se retiró hace casi 15 años.

''Y no es porque ya no pueda cantar ópera -aclara-, sino porque se trata de una expresión que requiere excelencia y vitalidad completa; lo demás es fraude."

Con 75 años, el intérprete originario de Chihuahua se ha enfocado así, desde su último montaje, a ofrecer sólo conciertos y recitales ''clandestinos", dice en broma.

De allí la relevancia de la aparición de un disco compacto doble en el que se registran algunos de sus más brillantes momentos a lo largo de 34 años de trayectoria operística, de 1958 a 1992.

Se trata de un material sonoro que reúne una selección de grabaciones en vivo, inéditas, realizadas en la ciudad de México entre 1964 y 1984, 11 en total, que suman cerca de 75 minutos.

El disco es el tercer volumen de la serie Grandes voces de la ópera en México, proyecto emprendido por el contratenor Héctor Sosa para recuperar la memoria de la época de oro del arte lírico en el país. Su edición se debe a la Universidad Autónoma Metropolitana y será presentado hoy, a las 19 horas, en el la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Bañuelas se dice feliz por lo que la música le ha dado en este casi medio siglo de carrera, el cual cumplirá en 2008.

''Estoy satisfecho de haber elegido el canto y la música como forma de vida. Ha sido una profesión muy generosa conmigo, porque me ha dado alegrías incomparables, el tiempo para amar y tener familia", indica en entrevista con La Jornada.

''¡Claro que he pasado también por momentos difíciles!, pero la ingratitud forma parte de la vida y de toda profesión. Para superarla, no le queda a uno sino ser fiel a sus deseos y vocación."

-¿Puede incluirse entre las circunstancias no del todo gratas el poco reconocimiento que, que en términos generales, se da a otras tesituras que no son la de tenor?

-No puedo sentirme triste y ofendido por ello. Como sucede también en el teatro y en el cine, el tenor representa generalmente en la ópera ese papel imprescindible del galán joven, el caballero seductor. Hay, pues, cierta idealización en la mentalidad del público de inclinarse e identificarse con el héroe triunfador. De allí la predilección que existe por los tenores.

''Aunque existen excepciones, el barítono representa casi siempre papeles más de carácter, más conflictivos, más contrastantes. Decía Bernard Shaw que todos los argumentos operísticos están basados en que el tenor debe conquistar a la soprano y el barítono debe tratar de impedirlo."

De 1971 a 1980 fungió como principal en los teatros de Hamburgo y Colonia, en Alemania, así como invitado constante en algunos de los más renombrados escenarios de Europa, alternando al lado de estrellas como Luciano Pavarotti.

El escritor Carlos Montemayor, de quien fue maestro de canto -como lo ha sido de otras renombradas voces que hoy día gozan de fama mundial, entre ellos el tenor Francisco Araiza-, lo ha definido como ''un nuevo hombre del Renacimiento".

En la creación musical su catálogo cuenta con más de una treintena de obras, entre ellas la ópera Agamenón, que permanece sin estrenar.

 
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