Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 9 de julio de 2006 Num: 592


Portada
Presentación
Bazar de asombros
Una certeza, dos dudas y una carta inconclusa
MARCOS
Para mayor gloria del teatro
OTTO MINERA
El siglo de Brecht
LUIS DE TAVIRA
Ocho momentos en la vida y la obra de Bertolt Brecht
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
La ópera de los millones de centavos
Ricardo Bada
La Comala del sur en Abril rojo
ADRIANA CORTÉS KOLOFFON Entrevista con SANTIAGO RONCAGLIOLO
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
Y Ahora Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Indicavía Sonorosa
ALONSO ARREOLA

Tetraedro
JORGE MOCH


Directorio
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NAIEF YEHYA
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LOS MUY OCCIDENTALES ORÍGENES DEL
FUNDAMENTALISMO ISLÁMICO (VIII Y ÚLTIMA)

LA GUERRA DESDE LEJOS: SOMALIA

El 8 de junio de 2006, la primera plana del New York Times anunciaba que "Los esfuerzos de la cia fracasaron en Somalia". Los esfuerzos a los que se refiere el artículo de Mark Marzetti correspondieron al apoyo que dio la agencia de "inteligencia" a ciertos líderes de milicias laicas en ese país africano con la finalidad de capturar o matar a los sospechosos de pertenecer al grupo terrorista Al Qaeda. Nuevamente, poniendo en evidencia que no ha aprendido nada de las pasadas catástrofes, la cia decidió pagar a alguien más para pelear su guerra contra el terrorismo, especialmente después del fracaso de su misión en ese país, en 1994, cuando dieciocho soldados murieron al combatir a las milicias del líder Mohammed Farah Aidid. Agentes estacionados en Nairobi, Kenia, canalizaron miles de dólares hacia las milicias sin una estrategia clara. Marzetti señala que estas acciones tuvieron como resultado un resurgimiento del islam militante, con lo que el 5 de junio pasado milicias fundamentalistas tomaron el poder de la capital, Mogadiscio. Casi cinco años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, los servicios de inteligencia estadunidenses parecen no haber entendido el costo de aliarse con cualquiera que pueda servirles para combatir al enemigo en turno: inicialmente los soviéticos, ahora Al Qaeda.

LA GUERRA BUENA: AFGANISTÁN

Quizás la obstinación de usar este recurso tiene que ver con el aparente éxito obtenido en la Guerra de Afganistán. La guerra contra el régimen talibán se peleó básicamente con milicias pagadas (muchas veces con maletines de dinero en efectivo) que hicieron la mayor parte del trabajo sucio. De esa manera derrotaron a la turba fanática de Sheik Omar, y establecieron un gobierno presidido por Hamid Karzai, un líder proestadunidense con vínculos con la industria petrolera y el porte de mandatario requerido para dar un mínimo de credibilidad al proceso de imposición por el que llegó al poder. Sin embargo, cada primavera, la resistencia talibán reaparece con más fuerza, y este año se han enfrentado con ferocidad inaudita a las tropas de la otan y al nuevo y flamante ejército afgano. El talibán se ha aliado con los productores de amapola que antes reprimieron. Así, la guerra que parecía terminada, está ganando fuerza y sigue consumiendo vidas y recursos sin la menor promesa de una resolución del conflicto.

LA GUERRA CONTRA EL PUEBLO

El islam político es responsable también de una parte de las atrocidades que tienen lugar en Irak hoy. Grupos como el oscuro, mítico y multipromocionado Al Qaeda, en Mesopotamia, del recientemente asesinado Abu Musab al Zarqawi, se introdujeron en el conflicto con la finalidad explícita de expulsar a las tropas estadunidenses al desatar una guerra sectaria, matando a civiles indefensos indiscriminadamente. Así, el presunto peor enemigo de los intereses de las fuerzas de ocupación ha operado bajo la premisa de "divide y vencerás", una estrategia extraña que permite a eu asumir una actitud de superioridad moral. También han surgido grupos paramilitares chiítas, algunos formados por policías, militares y comandos especiales que han aprovechado para desatar su propia campaña de limpieza étnica. Pero mientras estos últimos son el producto "natural" de una sociedad en desintegración, Al Qaeda es un elemento provocador que parece justificar los motivos de la ocupación.

LA GUERRA FUNDAMENTAL

El islam político se ha convertido en una bestia destructora de sociedades que está provocando una cisma entre el mundo árabe y Occidente, un huntingtoniano "choque de civilizaciones" (que reduce a miles de millones de seres humanos a meros estereotipos y clichés), pero más grave es que está disolviendo vertiginosamente el tejido social del Medio Oriente. Entre hombres bomba, células terroristas durmientes, mujeres con burkas y libros de texto sauditas en los que se enseña a los niños de primer año que el judaísmo, el cristianismo y el paganismo son falsas religiones, y a los de quinto año se les prohíbe "ser leales a cualquiera que no crea en Mahoma", la liberación de esta peligrosa ideología reaccionaria no se ve cercana y esto es una tragedia gigantesca. Sin embargo, es inevitable que tarde o temprano aparezca en el mundo islámico un movimiento rebelde que se oponga al criptofascismo teológico, esperemos que para entonces Occidente deje de incitar y apoyar a los sectores más retrógradas, criminales e ignorantes de la sociedad musulmana.