Usted está aquí: miércoles 21 de junio de 2006 Política Alto índice de conflictividad en 43 distritos electorales, alerta el IFE

Previsiones del instituto ante escenarios de riesgo por la cerrada competencia

Alto índice de conflictividad en 43 distritos electorales, alerta el IFE

Si la noche del 2 de julio no hay una tendencia ganadora clara la resolución se iría a los tribunales

ALONSO URRUTIA Y FABIOLA MARTINEZ

Ante la posibilidad real de que la noche del 2 de julio ni el conteo rápido que elabore el Instituto Federal Electoral (IFE) ni el flujo de información proporcionada por el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) apunten hacia un triunfador claro, existe el riesgo de que dos de los candidatos se proclamen ganadores de la contienda presidencial y se abra un periodo de incertidumbre durante ocho días, cuando se inicie y se concluya el cómputo oficial de los votos. En ese escenario de estrecha diferencia -entre 1 y 3 por ciento- se estima que el número de casillas que pudieran impactar o modificar la elección serían entre 960 y 2 mil 880.

Así se establece en un diagnóstico interno del organismo electoral en que se apunta la posibilidad de que, en ese periodo, los contendientes dirijan sus impugnaciones a ese número de casillas para incidir en el resultado de los comicios. Al IFE no escapa la posibilidad de que los partidos pudieran promover recursos legales que apelen a una nulidad por causal abstracta, donde no se cuestionan casillas específicas sino el entorno político-electoral de los comicios, por lo que el resultado tendría que dirimirse en los tribunales.

Polarización social y encono

De acuerdo con el documento del organismo, se considera un total de 43 distritos que tienen un índice de conflictividad electoral potencialmente alto, bajo diversas premisas englobadas en dos grandes rubros: aquellos distritos donde las condiciones sociales o la polarización por causas ajenas a la electoral generan encono, y los distritos donde la elevada competitividad propicia una disputa de orden político-electoral.

''Cabe destacar -subraya el documento- que dadas las condiciones de la competencia el número de distritos electorales que podrían definir el resultado de la elección oscila entre 3 y 9. Por tanto es muy importante que el IFE vigile a profundidad los distritos vulnerables para evitar los escenarios de riesgo''.

El diagnóstico destaca, entre otros aspectos, que la confianza en la institución mantiene los niveles alcanzados en la elección presidencial de 2000: entre 68 y 70 por ciento. Más adelante menciona como un escenario que la resolución de los comicios sea en los tribunales, partiendo de la posibilidad real de que existiera un empate técnico y la diferencia no supere el margen de 3 por ciento.

En esa lógica sería posible que partidos y coaliciones impugnaran un número relativamente bajo de casillas, entre 960 o 2 mil 880, lo que representaría entre 0.7 y 2.7 por ciento del total de las 130 mil 500 mesas electorales en el país.

Con base en encuestas levantadas por diferentes empresas, el IFE recoge la percepción de que comienza a haber un ''entorno de inestabilidad política'', como sugieren los conflictos sociales recientemente surgidos: el problema de los mineros y la policía en Lázaro Cárdenas y los acontecimientos de San Salvador Atenco, por ejemplo.

Del análisis de factores de riesgo se desprende que el instituto debe atender esos factores potenciales: injerencia y proselitismo de autoridades gubernamentales; presión de funcionarios públicos hacia el electorado para votar en favor de un candidato; uso de la fuerza pública; desigualdad en los medios de comunicación; apertura de paquetes electorales; quema de boletas y materiales; compra y coacción del voto; violencia en casillas el día de la jornada electoral; destrucción, robo o alteración de boletas; obstrucción del ejercicio de funcionarios de casilla, entre otros.

Para controlar el impacto de las variables de riesgo sobre el proceso electoral de la manera más eficiente, el IFE tendrá que concentrarse en los distritos que hayan presentado el mayor número de conflictos en elecciones pasadas y donde converjan factores de inestabilidad e inseguridad social potencialmente contenciosos.

Los factores de riesgo:

Inestabilidad social. Considera los distritos con elevados niveles de pobreza y en otros casos de población indígena con enconos de origen religioso, interétnico o intercomunitario que se traslaparían en lo electoral.

Indice de inseguridad. La presencia del narcotráfico genera corrupción y desgasta las estructuras de gobierno, además de ser un factor de violencia social donde operan estas redes de crimen organizado, para lo cual se valoró la incidencia de estos delitos por regiones de influencia.

Inestabilidad electoral. Derivada de la alternancia entre partidos políticos.

En el grupo de 43 distritos electorales se ubicaron 17 tradicionalmente marginados, con altos niveles de conflictividad, presencia de grupos armados, narcotráfico y población indígena. Se trata de distritos de corte rural con votantes dispersos y baja competencia electoral, gobernados en su mayoría por el Partido Revolucionario Institucional.

En este renglón hay varios distritos de Chiapas -en la zona de Ocosingo, San Cristóbal de las Casas y fronterizos con Guatemala-, y el estado de México, que incluye la región de Atenco. Por lo que hace a los distritos de competencia electoral se incluyen algunos ubicados en zonas urbanas como Puebla, Toluca, Cuernavaca, Querétaro e inclusive algunos del Distrito Federal.

 
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