Usted está aquí: martes 6 de junio de 2006 Cultura ITACATE

ITACATE

Cristina Barros y Marco Buenrostro

Cocina queretana

AUNQUE SE HA escrito poco acerca de la cocina de Querétaro, ahí, como en tantos lugares del país, las familias atesoran recetas que se han transmitido de generación en generación. En el campo, los secretos del cultivo y la recolección, tienen también depositarios.

PARA DIFUNDIR ESTA riqueza culinaria, la semana pasada se efectuó en Jurica un primer festival de cocina queretana. Participaron el gobierno y municipios del estado, la Universidad Autónoma de Querétaro, la cámara que reúne a los restauranteros (Canirac), e instituciones que imparten las carreras de gastronomía y turismo.

LA INTENCION ES continuar anualmente con este esfuerzo y alentar la publicación de recetarios y aspectos de la historia de la cocina de los queretanos.

HAY ANTECEDENTES en este campo. En 1997, la asociación civil Tradición y Cultura de Querétaro publicó Cocina queretana de principios de siglo, al que ya nos hemos referido. Reúne numerosas recetas de diversas familias oriundas de la capital de ese estado.

AGUSTIN ESCOBAR Ledesma ha sido viajero infatigable que recorre los caminos de su estado natal con los ojos y el corazón abiertos, recuperando la palabra de hombres y mujeres que transmiten conocimientos de gran interés. Chical: gastronomía queretana es su nueva aportación.

EN EL MISMO festival recibimos de manos de un entusiasta conocedor de la historia de los fogones de estas tierras, un ejemplar de Cuatro siglos de sabor: la cocina queretana. Ramón González Flores ha reunido desde hace años un acervo documental considerable acerca de la historia de su estado y en particular de la cocina.

ANTECEDE AL recetario un recorrido histórico, que abarca desde la época prehispánica hasta nuestros días; refleja los conocimientos acumulados y las propias vivencias de González Flores.

ACERCA DE LOS antiguos habitantes de la región, cita a Francisco Ramos de Cárdenas (1582), quien refiere que la comida de los otomíes era el chile y, además, ''tortillas de maíz y frijoles''. En los años de sequía aprovechaban, escribe el cronista, ''la miel que hacen del árbol o planta llamado maguey, hojas de nopales que es el árbol que da las tunas, y unas matas de una planta silvestre que da unas biznagas muy agudas de la misma suerte que nosotros comemos alcachofas". Posiblemente se refiere a los cabuches.

EL MISMO CARDENAS menciona que los ''indios chichimecas hacen unos panes muy grandes de esta fruta (la vaina del mezquite], que comen entre el año. El pan sequísimo y sin virtud alguna". Aquí se equivocó el fraile, pues ahora sabemos que esta harina es una de las más nutritivas que se conocen.

ESCRIBE SOBRE LA chía que compara con el alpiste de Andalucía. ''Es semilla muy fría y de ella hacen un brebaje para la época de calor". Asienta que siembran huauhtli, que no es sino el amaranto; los españoles lo comían ''cocido con aceite y vinagre y sabe bien"; de seguro se refiere a las hojas de la planta cocidas y aderezadas. Los indios las consumían cocidas con chile; con las semillas preparaban, como hoy, ''unos panes".

[email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.