Usted está aquí: jueves 1 de junio de 2006 Gastronomía Recetas tradicionales con un sabor propio, el secreto del restaurante Assao

A sólo dos meses de inaugurado, ya se perfila como una opción en la colonia Del Valle

Recetas tradicionales con un sabor propio, el secreto del restaurante Assao

AISSA GARCIA

Ampliar la imagen Iñigo Aramburu, uno de los propietarios de Assao, restaurante internacional Foto: Carlos Ramos Mamahua

Justo sobre la avenida Insurgentes, frente a los famosos murales de Siquieros que adornan el Polyforum de esta capital, y a pocos pasos del World Trade Center, se encuentra Assao, un sitio nuevo donde se puede comer muy bien a precios accesibles y recibir excelente atención.

Con poco menos de dos meses de haber sido fundado por los chefs de origen vasco Iñáki Aguirre e Iñigo Aramburu, y el mexicano Alberto Ituarte (también propietario del Alaia), este restaurante bar presume además de tener una variada cava de vinos tintos, blancos y espumosos de unas 55 denominaciones, así como una majestuosa barra, de esas que por sí solas invitan a tomar una copa o degustar algo sabroso mientras se lee, se platica o se disfruta de algún evento deportivo, desde la una de la tarde hasta la medianoche.

Para el chef Aramburu, el secreto de este nuevo restaurante -que emerge del corazón de la colonia Del Valle como una interesante opción dentro de una zona de restaurantes caros- reside en preparar recetas tradicionales, pero con sabor propio y aprovechando lo mejor de cada producto. "Esto hace a nuestra cocina, que es sencilla, diferente y especial", acota.

Menú internacional

Aunque assao es un vocablo rioplatense que significa carne asada, y este restaurante es crisol de una parrilla de cortes de res ciento por ciento antojadiza, en realidad su cocina obedece a un menú mucho más variado, resultado de una ingeniosa combinación de platillos típicos de las comidas vasca, italiana, argentina y, por supuesto, mexicana.

La forma de elaborar y presentar los alimentos se cuida con esmero, tal vez con el mismo acento con el cual sus propietarios concibieron el sitio para dotarlo de un ambiente agradable: colores que rinden honor a los diferentes tipos de vino y champaña postrados en las cavas de las paredes a la vista de los comensales, cinco pantallas de televisión, el grupo musical mexicano Long Play -los jueves y viernes- y la posibilidad de jugar dominó, aun sin ser una cantina. Por esas razones se ha convertido en uno de esos pocos lugares a los que se puede llegar a comer solo, sin el menor complejo.

Pero la mayor de sus bondades es precisamente su comida, como reconoce Aramburu, quien es graduado de la Escuela de Cocina de San Sebastián, y además de trabajar como chef en varios restaurantes en el País Vasco y en México, impartió clases durante los 10 años pasados en la Universidad Iberoamericana.

Aranburo recomienda, para comenzar, tacos de pato con salsa de tamarindo, empanadas de queso con pimientos, tostadas de ceviche estilo yucateco o, sencillamente, unas sabrosas croquetas de jamón serrano o de elote con chile poblano, entre otras opciones. Se antoja una ensalada de atún corte grueso con soya y aguacate, para seguir con el plato fuerte, que bien puede ser una pasta o un rissoto (cremoso con verduras y hongos), o elegir entre la variedad de sopas, pescados y carnes.

Entre los platillos más exquisitos figuran el ossobuco a la Toscana, el salmón con costra a la provenzal, el atún fresco a la parrilla y los medallones a las finas hierbas, además de los diferentes cortes que ofrece la parrilla.

Para comer entre dos o más personas, según el apetito, una buena opción es el huachinango a la talla o con refrito (basado en una receta vasca), cualquiera de éstos marinado al gusto con los vinos del Assao, pues nadie discute, ni los más avezados expertos, que es la bebida ideal para acompañar pescados.

Ahora, si la idea es ir a tomar una copa, no estaría demás probar ciertos bocadillos, como los tacos de camarón, las empanaditas de carne, la morcilla asada con cebolla o la chistorra frita.

Como colofón, se sugiere la copa 724, una combinación de helado de yogurt con frutas rojas (frambuesas, zarzamoras y fresas), receta de la casa que lleva por nombre el número de lote del restaurante ubicado en la avenida Insurgentes.

Algunas razones para acudir al Assao son la pasión por la buena mesa, el servicio excelente, el ambiente perfecto y los buenos precios, los cuales oscilan desde 65 hasta 180 pesos, o sea, desde una ensalada hasta un buen corte de ribeye de 350 gramos, respectivamente.

Comer en México, donde la comida tiene un origen milenario y una variedad infinita, es uno de los ritos más agradables de la vida cotidiana, en los cuales participan restaurantes como Assao, de comida internacional y sabores exquisitos.

Assao se encuentra en Insurgentes Sur 724, col. Del Valle; teléfono: 5536 4434.

 
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