Usted está aquí: martes 30 de mayo de 2006 Política La Corte critica magros resultados de 11 años de vida del Consejo de la Judicatura

Halló calificaciones bajísimas en reciente proceso de selección de jueces de distrito

La Corte critica magros resultados de 11 años de vida del Consejo de la Judicatura

JESUS ARANDA

El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) en sus 11 años de vida, ha sido incapaz de implementar un sistema de selección y designación de juzgadores que "generen confianza" en la ciudadanía. Además, éstos no garantizan "un ejercicio adecuado de la función jurisdiccional", asevera un documento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la cual ante la gravedad del problema, emplazó a los consejeros a emitir un acuerdo general que establezca "en forma definitiva" la solución del problema.

Los "focos rojos" se prendieron cuando los ministros se enteraron de que en uno de los últimos concursos de oposición para designar jueces de distrito, sólo 4.3 por ciento sacó más de 80 puntos (de cien posibles); que 57.4 reprobó los exámenes y que el promedio de calificación de los aspirantes fue de 58.3 por ciento.

El documento denominado Sistema de selección y designación de jueces de distrito, elaborado por el ministro Juan N. Silva Meza, que sirvió de fundamento para que el pleno tomara cartas en el asunto, señala lo anterior y añade que el nombramiento de los juzgadores -de 1995 a la fecha han sido designados mediante concurso de oposición 577 jueces de distrito-, es inherente a la "formación" de los mismos y que el problema radica precisamente en ésta.

Cuestiona el documento que después de 13 concursos de selección implementados por el CJF, aún exista "una indefinición del perfil del juzgador que el país necesita y, en consecuencia, se nulifica la preparación de los candidatos a ocupar esas plazas".

Además, el documento, en poder de La Jornada, reconoce que hay preocupación sobre el sistema de designación de jueces "con motivo de la percepción de la sociedad de que la justicia es formalista, lenta, tardía y que se maneja con sistemas procesales inadecuados".

La gota que colmó la paciencia de los ministros fue la calificación "verdaderamente alarmante" que obtuvieron los participantes del séptimo concurso de oposición para la designación de jueces de distrito, previsto en el acuerdo 5/2004 del CJF, en el que de los 669 participantes sólo 29 lograron un promedio superior a los 80 puntos (de 100) -calificación mínima aprobatoria para los estudios de posgrado en el país-, lo que representó únicamente 4.3 por ciento de los concursantes.

Lo anterior arroja una calificación promedio de 58.3 puntos (de 100) de quienes pretendendieron ser jueces federales.

Como resultado de ese concurso de oposición, el CJF sólo pudo designar a 18 jueces de distrito, cuando se pretendía cubrir 30 plazas.

Estos resultados, enfatiza el documento, demuestran que el método de selección utilizado por el CJF "no es el adecuado", pues, además de las bajísimas calificaciones que obtuvieron la mayoría de los concursantes, "desde el punto de vista pedagógico demuestra una falla en la elaboración del examen", ni siquiera satisfizo las necesidades urgentes que motivaron la emisión de la convocatoria, "no obstante contar con un gran universo de participantes (669)".

Esta problemática, hace impostergable un análisis de los concursos implementados por el CJF -que a lo largo de estos años ha tenido como presidentes a Vicente Aguinaco Alemán, Genaro David Góngora Pimentel y Mariano Azuela Güitrón-, mediante los cuales se han seleccionado y designado a jueces de distrito.

Antes de la reforma de diciembre de 1994, los ministros de la Corte designaban directamente a los jueces de distrito; en cambio, con la creación del CJF la ley estableció concursos para los aspirantes a juzgador y desde entonces se han adoptado variantes que permiten que participen secretarios de juzgado, secretararios de tribunales colegiados y unitarios, secretarios de estudio y cuenta de la Suprema Corte, funcionarios del CJF y de la SCJN e incluso, académicos o litigantes externos.

Sostiene que "el gran crecimiento que ha experimentado el Poder Judicial de la Federación no tiene su origen en la planeación a mediano y largo plazos", ya que pareciera que lo importante "ha sido resolver la necesidad urgente de designar jueces, sin un seguimiento en los métodos de selección", lo que ha generado una diversidad de modelos y carácterísticas de los concursos de selección.

El texto cuestiona severamente al CJF -cuyos consejeros recién se asignaron un bono de marcha por más de 8 millones de pesos por cinco años de labor, en tanto consiguen que se les reconozca una pensión vitalicia, como la de los ministros de la Corte-, al señalar que "el CJF ni siquiera ha realizado una evaluación particularizada del desempeño de cada persona designada en el cargo de juez de distrito" que permita determinar con qué concurso y bajo qué modalidades se obtuvieron mejores resultados.

Pese al "activismo" en la designación de jueces, "no ha existido una previa formación de éstos que garantice un adecuado ejercicio de la función jurisdiccional", agrega el documento.

Cumplir con la "carrera judicial"

Ante estos hechos, el pleno de la Corte ordenó al CJF que emita un acuerdo en el que se tome en cuenta el cumplimiento de la "carrera judicial" para la elección de jueces, para evitar que se repitan casos en que son designados secretarios de juzgados y tribunales en lugar de secretarios de estudio y cuenta de la Corte.

La idea de los ministros es que los secretarios de juzgados asciendan a secretarios de tribunales y de ahí pasen a la Corte como secretarios de estudio y cuenta, y que se elija entre éstos a los futuros juzgadores. Esto porque al trabajar en el máximo tribunal, los secretarios adquieren una formación profesional más completa.

Para ello se requiere de un sistema de selección para acceder al cargo de secretario de estudio y cuenta, dirigido a los secretarios de tribunales colegiados y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, además de los mecanismos para ascender de secretarios de juzgado a secretario de tribunal. Todo ello, con la idea de que se privilegie la carrera judicial en la elección de los futuros juzgadores y que éstos respondan a las necesidades que sociedad espera de ellos.

 
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