Balance de la Jornada
Un penal de regalo definió una final gris
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El portero del San Luis, Adrián Martínez, pasó muchos apuros para detener los ataques de los Tuzos
Foto: Notimex
Fue una final para el olvido: cero emociones y un gol en 180 minutos de un futbol gris, de marca excesiva y peleado con el espectáculo.
Lo único sobresaliente fue que el Pachuca superó la maldición del superlíder, pero lo hizo gracias al árbitro Armando Archundia, quien de seguir así poco podrá hacer en el Mundial de Alemania.
Y más allá de ese polémico penal marcado por el silbante, los Tuzos ganaron porque se salieron un poco del juego medroso que caracterizó la final del torneo.
Y ese sería el reproche para el equipo de Raúl Arias, quien se excedió demasiado en sus precauciones defensivas y no pudo culminar lo que hubiera sido una hazaña, después de haberse salvado a escasos segundos del descenso, hace apenas tres semanas.
Es el primer título para un técnico estudioso como José Luis Trejo, quien con el Cruz Azul en la Copa Libertadores había demostrado tamaños para grandes empresas. Un campeonato merecido para el llamado Káiser, quien sucede así al argentino Américo Gallego.
La diferencia en dos partidos tediosos fue establecida por el uruguayo Richard Núñez, sin duda el mejor hombre de los Tuzos en la liguilla, y a quien los Cementeros dejaron ir por un capricho personal del ratificado timonel Isaac Mizrahi.
Y quién lo iba a decir, Emilio Azcárraga ahora se puso la camiseta del San Luis, su equipo más despreciado, que sin embargo le dio más satisfacciones que los decepcionantes América y Necaxa.
Una vez terminado el torneo ahora todo se enfocará al balón mundialista.
El Tri ya se encuentra en Europa. Va al Mundial, a decir de La Volpe, con la idea de hacer "algo grande". Se da por descontado que superará la primera fase y ya se hacen cuentas alegres de que vencerá a Irán y a Angola, y empatará con Portugal, que luce como el rival más difícil.
Reina un ambiente de excesivo optimismo, similar al que se vivió en Argentina 78. En aquellos años se tenía por seguro el triunfo sobre Túnez, un empate o victoria ante Polonia y un duelo reñido frente a Alemania. La historia ya se sabe: tres derrotas, 12 goles en contra, dos a favor y el último lugar de la Copa.
Las televisoras, que se comportan como dueñas de la selección, llaman a ponerse la verde y a pintarse el rostro en aras de su negocio de millones de dólares.
Lo único seguro es que esas empresas serán las grandes ganadoras, ya que el Tri podría tener en Alemania un amargo despertar, totalmente distinto al sueño que la línea aérea oficial está tratando de vender: "México será campeón mundial".
Por motivación no pueden quejarse los tricolores. En la semana recibieron la visita de tres personajes ganadores del país: Ricardo Finito López, Saúl Mendoza y Alejandro Fernández. Convivieron también con dos candidatos presidenciales y horas antes de emprender el vuelo final ratificaron su fe, en espera que eso les ayude en las cuestiones mundanas del futbol.
Es de destacar en la semana la conquista de la Liga de Campeones por el Barcelona de Rafael Márquez, quien sigue debiendo una buena actuación con la camiseta de la selección nacional.
También es de alabar el pase a la Champions conseguido por el Osasuna de Javier Aguirre, quien ahora con el Atlético de Madrid deberá confirmar los grandes logros conseguidos con un equipo chico.
En la etapa de pretemporada el que está dando de qué hablar es el América. Primero por la contratación anunciada de Luis Fernando Tena y luego por tres fichajes que atraen los reflectores pero no son garantía de triunfos.
No hay duda de que al argentino Matías Vuoso y a los paraguayos Salvador Cabañas y Nelson Cuevas les sobra futbol en los botines, pero muchas veces la camiseta amarilla les quita el talento.
El ex campeón Toluca hizo lo adecuado y ratificó al Tolo Gallego, mientras el Atlas confía en Rubén Omar Romano, quien regresa con ánimos de revancha.