Usted está aquí: domingo 21 de mayo de 2006 Cultura Juárez, el republicano, producto de la demagogia oficial

Jesús Vargas Valdez

Juárez, el republicano, producto de la demagogia oficial

Ampliar la imagen La figura de Benito Juárez sigue en el centro de la polémica Foto: Archivo

En septiembre del año pasado se imprimió, por encargo de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, Juárez, el republicano, libro de 128 páginas que, según se informó, fue distribuido en todo el país entre los profesores y alumnos de educación básica del ciclo escolar 2005-2006.

Esta es la biografía oficial que se ha entregado al pueblo de México en el contexto de los festejos conmemorativos del 200 aniversario del nacimiento de Benito Juárez, es la versión histórica que la Secretaría de Educación Pública elaboró para que todos los niños mexicanos conocieran la vida ejemplar del ex presidente.

Interesados en saber lo que estaban leyendo los niños de Chihuahua, revisamos uno de estos ejemplares, y después de hacer algunas consideraciones decidimos publicar un comentario muy general respecto de los contenidos de dicha obra.

Lo primero que tenemos que señalar es que nos parece una gran irresponsabilidad que un texto de tal importancia se le encargue a una sola persona, por más que su nombre se encuentre rodeado del prestigio de una institución tan reconocida como el Colegio de México pues, a diferencia de los libros de texto gratuito en cuya elaboración intervienen varios historiadores, en esta biografía sólo aparece como autora la doctora Josefina Zoraida Vázquez, reconocida especialista en la historiografía del siglo XIX y autora de muchos libros relacionados con ese siglo.

Pero, además, la del libro Juárez, el republicano no es una edición común y corriente de unos cuantos ejemplares, se trata de una publicación portentosa de millones de libros que supuestamente se distribuyeron en todo el sistema educativo (tan sólo en el estado de Chihuahua se repartieron 700 mil, y si proporcionalmente calculamos los que se repartieron en todo el país, tenemos una cantidad de aproximadamente 20 millones de ejemplares).

En el mensaje del presidente Vicente Fox, se indica que "este libro contiene una narración muy interesante de la vida de don Benito Juárez en el México del siglo XIX. Al leerlo, conocerás los claroscuros de un hombre que liberó al país en el que vives con tus padres y hermanos".

Con estas palabras se asume que es una biografía con lo más relevante en la vida del presidente; el caso es que al revisar lo que escribió la doctora Zoraida respecto de la invasión francesa, encontramos que casi omitió los acontecimientos de 1864 a 1866, años en los que, con su ejemplo, el presidente Juárez unificó a los mexicanos en la lucha decisiva contra el invasor, años también en que el norte de México no sólo fue la retaguardia del gobierno de la República, sino también el escenario donde se escenificaron algunos de los combates decisivos para el triunfo de la patria mexicana.

Después de que los invasores ocuparon la capital del país, el camino de la resistencia patriótica era hacia el norte; a principios de 1864, la ocupación francesa se había extendido hasta San Luis Potosí y Zacatecas; de las 25 entidadesque había entonces, la mayoría había sido ocupada por las tropas francesas, el gobierno de la República sólo podía moverse con seguridad hacia el norte, donde contaba con el apoyo de Nuevo León, Coahuila, Durango, Chihuahua, Sinaloa , Sonora y Baja California.

Así, el presidente Juárez, con su gobierno, decide la marcha hacia el norte, se establece temporalmente en Saltillo, luego en Monterrey, para de allí seguir a Chihuahua.

De las condiciones en que el presidente tuvo que sostener su gobierno en esos días, nada se dice; no se menciona a los ciudadanos patriotas del estado de Coahuila, a quienes el presidente dejó encargada la custodia del archivo de la nación, el cual defendieron y protegieron a costa de sus vidas. Pero no sólo se omite el norte, en realidad casi nada se dice de lo que sucedió en las demás entidades durante estos años porque los acontecimientos más relevantes de la lucha contra el invasor tuvieron lugar en la provincia y no en la capital del país .

Por la gran distancia y por las dificultades de comunicación, el norte se había quedado relegado desde los tiempos de la Colonia y durante los primeros 50 años del México independiente, y es durante estos años de la lucha contra los franceses cuando el norte se incorpora a un movimiento nacional que une a esta parte con el resto de la República.

En este contexto, el caso de Chihuahua tuvo un significado especial, porque en esta entidad se estableció la capital de la República desde el 29 de septiembre de 1864 hasta el 18 de diciembre de 1866; es decir, los dos años en que se definió el destino del país. Jorge Luis Tamayo, uno de los más acuciosos investigadores del juarismo, escribió en unas líneas la importancia de este momento histórico:

"Durante los terribles años de 1864 a 1866, Chihuahua recibió al Gobierno nacional y se convirtió en la atalaya desde la cual se tomaron trascendentales resoluciones y de donde salían para todos los rumbos del país, las consignas y directivas para la lucha patriótica."

Pero la doctora Josefina Zoraida Vázquez se refiere a este acontecimiento en unas cuantas líneas, indicando que "los chihuahuenses recibieron cordialmente al presidente", no informa nada más respecto de las actividades del gobierno de la República: no menciona que desde aquí le comunicaba sus instrucciones a los jefes militares, se redactaban las proclamas dirigidas a toda la nación, no se menciona que con una pequeña y rudimentaria prensa se imprimía el periódico oficial... en fin, que desde aquí el presidente Juárez anunció a toda la nación que extendía por un periodo más su gobierno, y que en estos dos años el gobierno de la República no dejó de actuar, aunque se hubiera movido de su sede oficial.

Con cierta frecuencia, quienes nos dedicamos a investigar la historia desde el interior del país nos referimos a ciertos autores oficialistas que sólo consideran importantes los acontecimientos que tienen o han tenido lugar en el centro de la nación; el libro en cuestión de la doctora Josefina Zoraida V. es un ejemplo típico e ilustrativo de esta forma de hacer la historia, y desafortunadamente es el mismo caso de la ambiciosa compilación de la Historia general de México, publicada por el Colegio de México, en cuyas páginas también se omite casi por completo este periodo en que se estableció la capital de la República en Chihuahua, como si fueran los "años perdidos" en la vida de Juárez.

En cuanto a la edición del Juárez, el republicano, es muy atractiva, muy vistosa porque se utilizó el mismo modelo de incluir gran cantidad de elementos gráficos como se hizo en el libro Una historia de México de la misma autora, publicado por la SEP en 1995; esto fue un gran acierto, pero también se trasladó de este libro el mismo estilo de redacción... se le olvidó tal vez a la autora que aquel era un libro dirigido a los profesores y éste es un texto para niños y adolescentes que no manejan en su lenguaje cotidiano escolar ni los términos ni la estructuración de ideas que aparecen frecuentemente en las páginas de Juárez, el republicano.

Lástima de tanto dispendio por parte de un gobierno que en realidad no se preocupa del contenido, sino de la forma, de las apariencias y de la demagogia, pues a final de cuentas el de Vicente Fox se definió desde el principio como un gobierno que nada quería saber del juarismo, porque ni se identifica con él ni comprende los ideales republicanos que enarboló y sostuvo hasta la muerte el licenciado Benito Juárez.

Jesús Vargas Valdez (Parral, Chihuahua), profesor investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), es reconocido como uno de los principales especialistas en historiografía del norte de México, en especial de Chihuahua. Su trabajo en ese campo incluye la coordinación de los trabajos de rescate y clasificación de documentos históricos y la organización del Curso Estatal de Capacitación para el Rescate de Archivos. Entre sus trabajos publicados cabe mencionar Ensayo de la Historia del Movimiento Obrero en Chihuahua (1992); Historia Mínima del estado de Chihuahua (INEA, 1996); Catedral de Chihuahua, testigo de la historia (Ed. Camino,1992); Tomochic, la Revolución adelantada (UACJ, 1994); Chihuahuismos (1994); Máximo Castillo y la Revolución en Chihuahua (Nueva Vizcaya ediciones, 2003); Chihuahua, raíces de una vocación electoral (UACJ/IEE, 2003). Fue subdirector fundador de la revista regional Cuadernos del Norte (Historia Política y Cultural) y director y fundador de la revista documental Textos de la Nueva Vizcaya.

 
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