Usted está aquí: domingo 21 de mayo de 2006 Cultura Mónica Lavín toca las zonas oscuras del ser humano

Esta semana aparece su libro Ruby Tuesday no ha muerto

Mónica Lavín toca las zonas oscuras del ser humano

El volumen es protagonizado por villanos y perdedores, pero hay que comprender que tienen una razón de ser, afirma

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen La autora, durante la entrevista Foto: Cristina Rodríguez

Cada vez que Mónica Lavín (DF, 1955) escribe novelas, "se le atraviesa" un cuento que le pide, casi a gritos, nacer. Entonces, la escritora debe buscar el momento y el espacio necesarios para dedicar bastantes horas a esa especie de "trabajo de parto" literario ya que, en su opinión, el cuento "se hace de golpe, en una sola sentada, pues debe ser incisivo, vigoroso".

Su oficio y el deleite que le causa escribir cuentos se refleja en el libro Ruby Tuesday no ha muerto que aparece esta semana en librerías bajo el sello editorial Punto de Lectura. Se trata del trabajo con el que Lavín obtuvo, en 1997, el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen. La reducida edición que entonces se realizó hace varios años y que ya no circula motivaron el deseo de presentarla de nuevo a los lectores.

Los relatos fueron concebidos bajo el ritmo de diversas canciones de los Rolling Stones, aunque de ellas sólo permanecen el título "y el espíritu de la música, suave o violento, desgarrador o dulce".

La autora aclara que no se trata de un libro para fanáticos del rock ni para conocedores de aquel grupo musical, ni siquiera son historias basadas en la letra de temas como I can't get no satisfaction o Start me up.

El proyecto va más allá, explica Lavín en entrevista con La Jornada: "en este libro me adentro en las zonas oscuras y densas del ser humano, a zonas límites y presento gente que roba, que mata, que encuentra cadáveres en un parque, que pierde los sueños. Por eso me parece que puede tener lectores."

El punto central es que escribir cuentos le da la oportunidad a la autora "de irse cambiando de pellejo: ahora eres el ladrón, luego el científico, es decir, cada historia pide una voz propia para ser contado y a mí me gustan las sacudidas que me da una sola historia, una sola escena, un momento que sin embargo me dice mucho más.

"Es un libro sobre la condición humana, con cuentos desprendidos de las canciones que les dan nombre. En la segunda parte del libro (o lado B) Ruby Tuesday, un personaje de canción, escribe cuentos que necesitan canción, un poco con ese espíritu de vacío de fin de siglo. La literatura tiene sus propios elepés, porque proponen su propia música de los tiempos."

En cuanto a los personajes de cada uno de los relatos de Ruby Tuesday, Lavín explica que reflejan su interés por "las personas que están aquí en esta vida, con los que te topas todos los días, no los héroes de guerra sino, por ejemplo, el astronauta que no pudo ir a la Luna a pesar de haberse entrenado.

"Estos cuentos son la casa de los perdedores, donde cabe la esposa que se fue por seguir una pasión pero que regresa con el marido a suplicar un espacio, el ladrón de obras de arte que pierde su esencia cuando se enamora del cuadro robado y ya no quiere deshacerse de él.

"Aunque sean villanos uno debe amar a sus personajes, sentir compasión por ellos y comprender que sus partes oscuras tienen siempre una razón de ser. Son personajes dolidos que piden que el lector sea cómplice, que construya lo que no está dicho."

-En literatura, ¿cuál es el sueño que usted persigue?

-Que no se me acaben las ideas. Me gusta tomar riesgos. Me da miedo quedarme en la formulita. El riesgo implica que no aciertes, pero a mí me gusta buscar moldes menos rígidos, porque el cuento los usa en su estructura. Ahora me interesa buscar formas más sueltas para narrar, con el riesgo de no poder lograr una historia incisiva, pero queriendo lograrla.

 
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