Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 14 de mayo de 2006 Num: 584


Portada
Presentación
La rebelión estudiantil de 1918 en Córdoba, Argentina
RAQUEL TIBOL
Autorretrato con gorra de terciopelo
AVIGDOR ARIKHA
Rembrandt y la sombra de las Pirámides
RICARDO BADA
Rembrandt y el cuerpo
JOHN BERGER
Rembrandt en su propia existencia
MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ
El humor en la pintura
RICARDO GUZMÁN WOLFFER
Entrevista con ARTURO RIVERA
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO
Bazar de asombro

Columnas:
Ana García Bergua

Javier Sicilia

Naief Yehya

Luis Tovar

Germaine Gómez Haro
Jorge Moch

(h)ojeadas:
Reseña de Jorge Moch sobre Cuerpo náufrago

Reseña de Alberto Chimal sobre Reportaje al pie de la horca


Directorio
Núm. anteriores
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GERMAINE GÓMEZ HARO

ALEJANDRO SANTIAGO: 2501 MIGRANTES

El fenómeno migratorio como consecuencia de la globalización económica y de las políticas neoliberales es uno de los temas más candentes y preocupantes de nuestra actualidad mundial. A pesar de todas las vicisitudes y peligros, año con año aumenta el número de personas que deciden dejar su terruño para lanzarse a la desesperada búsqueda de mejores oportunidades de trabajo en el país vecino, realidad siniestra que, por una parte, afecta a miles de familias marginadas que se quedan temporal o definitivamente sin sus hombres, mientras que, por la otra, paradójicamente constituye la principal fuente de captación de divisas de nuestro país.

Alejandro Santiago es un destacado artista oaxaqueño que ha vivido en carne propia la paulatina desaparición de la población principalmente masculina en su lugar de origen, Teococuilco, en la Sierra Norte. Migrante él mismo, partió de niño con su familia a la ciudad de Oaxaca, donde se formó como artista plástico. Años más tarde viajó a Europa y se instaló un tiempo en París, donde la nostalgia por sus orígenes se vio reflejada en su pintura, preñada de referencias a la cultura oaxaqueña. De vuelta en su tierra, el impacto de encontrar su pueblo natal prácticamente "vacío" debido al gran número de paisanos que se habían ido al otro lado, lo sacudió a tal grado que decidió adentrarse en la problemática de la migración y elevar su muy personal protesta en un canto solidario a través de su trabajo plástico. Así nació hace tres años el alucinante proyecto titulado 2501 migrantes, cuya primera fase se exhibe actualmente en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (maco), como parte de las celebraciones del xiv Aniversario de esta institución que ha sido la columna vertebral del singular movimiento artístico que prolifera en esa ciudad.

El proyecto 2501 migrantes contempla la creación de ese número de esculturas en barro que representan a los 2 mil quinietos hombres que han emigrado de Teococuilco, más uno que simboliza a aquellos que seguirán partiendo mientras que la política social de nuestro país no lleve a cabo los cambios necesarios para combatir la pobreza extrema y la desigualdad social. A la fecha, Alejandro Santiago ha logrado reunir más de trescientas figuras que han sido magistralmente museografiadas por grupos en las diversas salas del edificio colonial, ocupando la totalidad del recinto. En el patio lateral se colocaron algunos personajes dentro de sus cajas de embalaje a manera de féretros, como un homenaje conmovedor a las innumerables víctimas que han muerto en el intento de cruzar la frontera.

Por increíble que parezca, cada una de estas fabulosas esculturas de tamaño natural posee sus propios rasgos físicos y estilísticos, lo que provoca en el espectador la sorpresa de estar ante una muchedumbre de arcilla que alude a la diversidad humana. Una vez terminada la totalidad de las piezas, se planea presentarlas en Teococuilco y después transportarlas a algún punto de la línea fronteriza y montar una magna instalación colocando las figuras en ambos territorios.

Con la ayuda de un equipo de unas diez personas debidamente instruidas en la compleja técnica de la cocción en alta temperatura, Santiago modela sus migrantes en barro rosa de Zacatecas y aplica en forma individual a cada pieza texturas, colores y engobes para proporcionarles una identidad personal. Adicionalmente, por medio de pastillaje y esgrafiado las reviste con diversos elementos icónicos que nos remiten directamente a su universo pictórico: máscaras, calaveras, varas, ramas, huesos al desnudo, un sinfín de referencias que funcionan como vocablos de un lenguaje expresionista de una gran fuerza vital.

Los migrantes de Alejandro Santiago son protagonistas de una marcha solemne y silenciosa que despierta en el espectador una profunda sensación de respeto y admiración. Sus rostros impávidos y sus miradas penetrantes reflejan la tensión psicológica que resulta del miedo y de la incertidumbre. El desconsuelo y la nostalgia están presentes en la rugosa piel de barro que muestra las heridas abiertas y revela un insondable hueco en el alma. Es un ejército callado de héroes y mártires anónimos que caminan con paso firme y valiente hacia la esperanza de alcanzar una vida digna.

Con sus sobrecogedores migrantes de barro, Alejandro Santiago denuncia el drama diaspórico y lanza un grito de protesta como tenaz acto de solidaridad desde la creación estética.

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