Usted está aquí: sábado 6 de mayo de 2006 Capital Para Elena y su padre, el sueño cumplido se tornó en pesadilla

El murió por una falla en el exclusivo edificio donde compraron departamento

Para Elena y su padre, el sueño cumplido se tornó en pesadilla

La constructora evade su responsabilidad en las deficiencias del inmueble, señala

ROCIO GONZALEZ ALVARADO

Ampliar la imagen Instalación eléctrica improvisada en el exclusivo edificio de departamentos ubicado en la colonia Narvarte Foto: María Luisa Severiano

Ampliar la imagen Instalación eléctrica improvisada en el exclusivo edificio de departamentos ubicado en la colonia Narvarte Foto: María Luisa Severiano

A sus 83 años de edad, don Antonino Martínez Romo llegó a ocupar el 20 de diciembre de 2004 uno de los "exclusivos" departamentos del edificio ubicado en el número 549 de la avenida Cuauhtémoc, en la colonia Narvarte, delegación Benito Juárez, en lo que sería su primera casa propia.

Acabados de lujo, incluido un sofisticado sistema contra incendios y otro de captación de agua pluvial, fue la oferta que recibió de la inmobiliaria Baita su hija, Elena Martínez Alvarez, quien después de años de trabajo como asesora educativa decidió invertir todos sus ahorros para cumplir uno de los sueños de su progenitor.

Un día bastó para que las expectativas de "buena vida" de padre e hija se vinieran abajo.

De esa negociación, por la cual pagó en una sola emisión un millón 27 mil pesos, Elena sólo tiene malos y trágicos recuerdos.

A su llegada al inmueble, que le fue entregado con tres meses de atraso, descubrió inumerables anomalías.

Por los grifos no caía ni una gota de agua. En cambio, ésta se trasminaba por las paredes en la época de lluvia. Tampoco había luz ni gas y los pisos presentaban una especie de "chichones". De los sistemas especiales simplemente no había nada.

Amparada en su contrato, que le daba oportunidad de pedir cambios si así lo deseaba, Elena Martínez hizo varias peticiones a la inmobiliaria; entre éstas, la de colocar pasamanos y tiras de material antiderrapante en las escaleras.

Su espera ha sido inútil, y la poca seriedad de la compañía cobró en su padre la primera víctima. El 15 de febrero de 2005, un resbalón en las escaleras, que le provocó un golpe en la cabeza, cegó su vida. La inmobiliaria no se ha hecho responsable.

Pese a su avanzada edad, refiere, "mi padre era ágil, eso se lo puede decir cualquier vecino, y ese accidente le puede ocurrir a cualquiera en estas condiciones".

Elena expresa: "compré esta casa para disfrutarla con mi padre, pero poco me duró el gusto; cada vez que llego me acuerdo de la tragedia y ya no es una entrada grata".

 
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